Ayuno intermitente: cuándo puede ser recomendable y cuándo no lo es
Para perder peso, cada vez gana más adeptos el ayuno intermitente. Sin embargo, esta práctica no es adecuada para todas las personas. Hay momentos y condiciones físicas y de salud en los que evitarla es la mejor decisión
El ayuno intermitente es un patrón alimentario que alterna períodos de ingesta de alimentos con períodos de ayuno, no es una dieta en sí misma, sino un método de organización de las comidas.
Se ha convertido en una estrategia popular para controlar el peso y mejorar ciertos parámetros de salud, pero no es una solución que valga para todo el mundo. Es más, en algunos casos, puede resultar contraproducente y afectar al bienestar general. Antes de empezar a restringir horarios de comida es importante conocer en qué situaciones no está recomendado este método.
Mejor evitarlo...
En el embarazo y la lactancia
En estas etapas de la vida de la mujer, el cuerpo precisa un aporte constante de energía y nutrientes para sostener tanto a la madre como al bebé. El ayuno puede generar déficits de nutrientes que afecten el desarrollo del feto o la producción de leche, así como aumentar la fatiga y el estrés en la mujer.
Con antecedentes de trastornos alimentarios
Personas que han sufrido anorexia, bulimia u otros trastornos de la conducta alimentaria deben evitar cualquier patrón que conlleve la restricción de comida, ya que puede reactivar comportamientos compulsivos o de control excesivo, y dificultar el proceso de recuperación.
Con ciertas condiciones médicas
El ayuno intermitente puede desestabilizar a quienes padecen diabetes de tipo 1, problemas de tiroides, trastornos hormonales o presión arterial baja. En estos casos, las variaciones en los niveles de glucosa o en la ingesta de medicamentos podrían poner en riesgo la salud.
En situaciones con mucho estrés o fatiga crónica
Si el cuerpo ya está lidiando con un nivel elevado de cortisol, añadir una restricción alimentaria puede aumentar aún más el estrés, generando ansiedad, irritabilidad, insomnio e incluso pérdida e masa muscular.
Trabajadores por turnos
Los informes han mostrado problemas para seguir este tipo de costumbres a la hora de comer debido a sus cambiantes horarios. Lo mismo ocurre con quienes deben tomar sus medicaciones con alimento durante los períodos de ayuno.
Sí es recomendable...
Los expertos reconocen que el ayuno intermitente es beneficioso con su parte justa de beneficios para la salud, como aumentar el ajuste al estrés, reducir los riesgos para la salud cardiovascular y promover la pérdida de peso. Pero no se puede estar completamente ciegos y tomar los aspectos positivos sin reconocer que también tiene aspectos negativos.
Cuando se busca adelgazar de forma controlada
El ayuno intermitente puede ayudar a reducir la ingesta calórica total y favorecer la quema de grasa siempre que se mantenga una alimentación equilibrada durante las horas de comida y no se cumpla ninguno de los puntos antes mencionados.
Si hay resistencia a la insulina
Esta estrategia puede mejorar la sensibilidad a la insulina y estabilizar los niveles de glucosa en sangre, especialmente en personas con prediabetes y síndrome metabólico, siempre bajo control médico.
Puede reducir el estrés oxidativo y la inflamación del cuerpo
El estrés oxidativo es uno de los pasos hacia el envejecimiento y muchas enfermedades crónicas. Involucra moléculas inestables llamadas radicales libres, que reaccionan con otras moléculas importantes, como la proteína y el ADN, y los dañan. Varios estudios muestran que el ayuno intermitente puede mejorar la resistencia del cuerpo al estrés oxidativo.
Cuando se adapta al estilo de vida
Si se integra de forma natural en la rutina diaria, sin generar ansiedad ni desequilibrios, el ayuno intermitente puede ser una herramienta útil para evitar el picoteo constante.
Lo que es bueno para el cuerpo también lo es para el cerebro
El ayuno intermitente mejora varias funciones metabólicas que se conocen por ser importantes para la salud cerebral. Varios estudios en ratones y ratas han demostrado que el ayuno intermitente puede aumentar el crecimiento de nuevas células nerviosas, lo que debería tener beneficios para la función cerebral.