Bexen Cardio es la única empresa del Estado que diseña, fabrica y distribuye desfibriladores, y lo hace desde Ermua. Se trata de una cooperativa de Corporación MONDRAGON con más de 40 años de experiencia en el ámbito de la salud, que ha instalado ya más de 60.000 equipos en todo el mundo y ha impulsado la creación de comunidades de rescatadores a través de una aplicación móvil. Para su directora comercial, Ainhoa Unibaso, más allá de la tecnología, uno de los grandes logros de la compañía es la formación y la generación de redes comunitarias preparadas para salvar vidas. 

Bexen Cardio es la única empresa que fabrica desfibriladores en el Estado. ¿Qué implica esto?

Así es, llevamos más de 40 años fabricando desfibriladores y todo el proceso se realiza en Ermua: diseño, fabricación y distribución. También es importante para nosotros trabajar con proveedores locales. Esta cercanía nos permite tener un control absoluto sobre el producto y mantener una relación muy cercana con los clientes, acompañándoles también en el mantenimiento, aconsejando cuándo cambiar los parches o la batería y ofreciendo formación.

La normativa en Euskadi es una de las más avanzadas. ¿Qué establece exactamente el Decreto 9/2015?

Ese decreto regula el uso de desfibriladores externos automáticos y semiautomáticos fuera del ámbito sanitario. Marca la obligación de instalar estos dispositivos en espacios con gran afluencia de personas: grandes establecimientos comerciales, estaciones de transporte con más de 2.000 usuarios diarios, recintos públicos con aforo superior a 700 personas o centros educativos con más de 2.000 estudiantes. En definitiva, se trata de garantizar que un desfibrilador esté disponible allí donde puede ser necesario.

"Contar con un desfibrilador cerca aumenta de forma decisiva las posibilidades de supervivencia en una parada cardiorrespiratoria"

¿Por qué es tan importante contar con un desfibrilador cerca?

Porque aumenta de forma decisiva las posibilidades de supervivencia en una parada cardiorrespiratoria. Cada minuto cuenta: por cada minuto que pasa sin atención, las posibilidades de supervivencia disminuyen un 10%. Por eso es esencial que estos equipos estén en lugares accesibles y que la gente no tenga miedo de utilizarlos. Nuestros desfibriladores son muy sencillos e intuitivos, y no requieren formación previa. Aun así, desde Bexen Cardio organizamos sesiones para aprender a actuar ante una parada, hacer una reanimación y saber usar el desfibrilador.

Habla de crear comunidades de rescatadores. ¿Cómo funcionan?

Cada vez que instalamos un desfibrilador, organizamos una formación para todas las personas que quieran participar. Además, les ofrecemos instalarse una aplicación móvil que conecta a quienes se han registrado como rescatadores. Si se produce una parada cardiaca, la app lanza una alarma en los móviles de las personas que estén cerca, les indica dónde se encuentra el paciente y les guía hasta él. Esto es fundamental, porque una reanimación es muy exigente y requiere que varias personas se coordinen. La tecnología nos ayuda a conectar a las personas y salvar vidas.

¿En qué trabajan actualmente?

Nuestro objetivo es conectar esta aplicación con el 112, que activará a nuestra comunidad de rescatadores. De esta manera, el 112 tendrá otro recurso sanitario (los rescatadores) que puedan llegar antes que una ambulancia. Ya estamos trabajando para hacerlo posible.

Nuestro crecimiento ha sido muy grande en el último año. Ya tenemos más de 60.000 equipos instalados y estamos presentes no solo en Euskadi y en el resto del Estado

¿Qué tipo de dispositivos producen?

Además de los desfibriladores de acceso público en los que estamos haciendo mejoras constantes como un nuevo botón que permite cambiar el idioma, también desarrollamos dispositivos más avanzados para emergencias hospitalarias y ambulancias medicalizadas. Son equipos ligeros que permiten monitorizar al paciente y realizar descargas de forma semiautomática o manual, según lo decida el médico. La innovación constante es lo que nos permite ofrecer soluciones adaptadas a cada necesidad.

Aunque lleva más de 40 años en el sector, actualmente Bexen Cardio está experimentando un fuerte crecimiento. 

Nuestro crecimiento ha sido muy grande en el último año. Ya tenemos más de 60.000 equipos instalados y estamos presentes no solo en Euskadi y en el resto del Estado, sino también en otros países. Un ejemplo muy ilusionante es Irlanda, donde vamos a instalar 600 desfibriladores en colegios públicos. La parada cardiorrespiratoria no entiende de edad, y cualquiera puede necesitar ayuda en un momento dado.

Bexen Cardio forma parte de Corporación MONDRAGON. ¿Qué significa trabajar dentro de este modelo cooperativo?

En primer lugar, supone que nuestro objetivo va más allá del beneficio económico: buscamos el bienestar social, crear puestos de trabajo estables y aportar valor a la comunidad. Corporación MONDRAGON está formada por 80 cooperativas, y todas compartimos esa filosofía. En nuestro caso, lo aplicamos desarrollando soluciones integrales en el ámbito de la salud y poniendo la tecnología al servicio de las personas.