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¿Una copa de vino tinto es buena para el corazón? Un cardiólogo lo explica

El doctor José Abellán se basa en la evidencia científica para analizar estos supuestos beneficios del vino

¿Una copa de vino tinto es buena para el corazón? Un cardiólogo lo explica@doctorabellan

Desde hace varias décadas mucha gente defiende que tomar una copa de vino tinto protege el corazón.

La idea se popularizó tras un estudio de 1992 que observó que los franceses, a pesar de una dieta relativamente rica en grasas saturadas, tenían tasas más bajas de infarto coronario que otros países. Pronto se apuntó al vino tinto como la explicación: sus compuestos antioxidantes, en especial el resveratrol, habrían sido el "secreto" de esa aparente ventaja cardiovascular.

El cardiólogo José Abellán ha defendido en sus redes sociales una lectura más crítica y basada en la evidencia científica. Abellán recuerda que la presencia del resveratrol en el vino es muy baja; para alcanzar las dosis que en algunos estudios experimentales muestran efectos beneficiosos habría que consumir cinco litros de vino al días, algo muy dañino.

Esta cifra convierte cualquier supuesto beneficio del resveratrol en irrelevante frente al riesgo del alcohol. En otras palabras: no es razonable ni seguro beber grandes cantidades de vino con la intención de proteger el corazón.

Copa de vino tinto

No solo tomaban vino

Además, la interpretación simplista del estudio de 1992 pasó por alto factores dietéticos y de estilo de vida complementarios. Aquella población francesa consumía no solo vino, sino muchas más frutas y verduras, y seguía patrones alimentarios y sociales distintos que incluyen, por ejemplo, comidas en familia y menor prevalencia de tabaquismo en ciertos grupos.

La evidencia científica más reciente apunta a que la protección cardiovascular se asocia de forma más sólida con el consumo habitual de alimentos vegetales —ricos en fibra, vitaminas y diversos antioxidantes en conjunto— que con el consumo de alcohol.

Además, el alcohol tiene efectos dañinos bien documentados —sobre el hígado, el sistema nervioso y el riesgo de ciertos cánceres— que anulan la idea de usarlo como "medicina preventiva".

¿Qué hacer para cuidar el corazón?

La lección práctica que subrayan Abellán y otros expertos es clara: no hay sustituto razonable ni seguro a una dieta rica en frutas y verduras, legumbres, pescado, frutos secos y aceite de oliva; estos patrones, junto con ejercicio regular, sueño adecuado y evitar el tabaco, ofrecen beneficios cardiovasculares comprobados.

El vino tinto puede seguir formando parte de la tradición gastronómica de quienes lo disfrutan, pero no debe considerarse como algo saludable o preventivo.

En resumen, quienes buscan obtener antioxidantes o mejorar su salud cardiovascular, la opción sensata es apostar por la alimentación integral.