Adiós a los callos: la solución de Lidl para tener unos pies perfectos
Los callos se desarrollan como respuesta del cuerpo a una fricción o presión constante
Los callos en los pies son zonas de piel endurecida que se forman por fricción o presión repetida, generalmente al usar calzado inadecuado.
Su función es proteger la piel subyacente, pero pueden causar molestias. Se tratan con limado, hidratación y plantillas ortopédicas, o en casos severos, con atención podológica especializada.
Una de las soluciones más accesibles y rápidas es el eliminador de callos de Lidl Silk'n. Por solo 24,99 euros, este artículo elimina la piel dura de forma segura, sin esfuerzo y sin dolor en solo unos segundos.
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Callos en los pies: por qué salen y cómo prevenirlos
Los callos en los pies son áreas de piel engrosada que se desarrollan como respuesta del cuerpo a una fricción o presión constante. Su función es proteger las capas más profundas de la piel frente a agresiones externas, pero cuando se vuelven demasiado gruesos o aparecen en zonas sensibles, pueden causar dolor, incomodidad y dificultar la marcha.
Las causas más comunes de la aparición de callos incluyen el uso de calzado inadecuado, ya sea por ser demasiado ajustado, tener tacones altos o una suela muy dura. También influyen deformidades en los pies como juanetes o dedos en garra, así como actividades que generan roce repetido, como caminar largas distancias, correr o estar mucho tiempo de pie. Las personas con alteraciones en la pisada o con enfermedades como la diabetes también son más propensas a desarrollarlos.
Para prevenir la formación de callos, lo primero es elegir un calzado adecuado: cómodo, con buen soporte, sin costuras internas que rocen la piel y con espacio suficiente para los dedos. Usar plantillas ortopédicas si hay problemas de pisada puede ser clave para evitar zonas de presión anómalas. También se recomienda el uso de calcetines acolchados que amortigüen la fricción.
Una buena higiene y cuidado regular de los pies es esencial. Mantenerlos hidratados con cremas específicas ayuda a evitar el engrosamiento excesivo de la piel. Si ya han aparecido callos, se puede recurrir a limas o piedras pómez para reducir su grosor, aunque debe hacerse con cuidado para no dañar la piel sana.
En caso de callos persistentes, dolorosos o en personas con enfermedades circulatorias o diabetes, es fundamental acudir al podólogo para un tratamiento profesional y seguro. La prevención y el cuidado son claves para mantener unos pies sanos y sin molestias.