La gripe es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa causada por el virus de la influenza. Aunque para muchas personas puede parecer un malestar pasajero, la gripe puede tener complicaciones graves, especialmente en grupos vulnerables.
En este contexto, la vacunación se presenta como la medida más eficaz para prevenir las infecciones de transmisión respiratoria, incluidas la gripe y sus complicaciones asociadas.
La campaña de vacunación contra la gripe, junto con la de la COVID-19, comenzó el pasado mes de octubre en Gipuzkoa. Estas campañas tienen como objetivo reducir la carga de estas enfermedades en la población, especialmente en los meses de mayor incidencia, que suelen coincidir con el otoño e invierno.
Las autoridades sanitarias y la Asociación Española de Vacunología (AEV) recomiendan especialmente la vacunación a personas mayores de 60 años, embarazadas, niños entre 6 y 59 meses y otros grupos de riesgo, como pacientes con enfermedades crónicas o inmunodeprimidos.
Sin embargo, incluso si no perteneces a ninguno de estos grupos, puedes considerar vacunarte para protegerte y proteger a quienes te rodean. Consultar con tu médico es el primer paso para recibir información adecuada y tomar una decisión informada.
¿Cómo funciona la vacuna de la gripe?
La vacuna contra la gripe se desarrolla cada año para proteger contra las cepas más comunes en circulación. Una vez administrada, el organismo necesita aproximadamente dos semanas para desarrollar una respuesta inmunitaria que ofrezca protección contra el virus. Durante este período, el cuerpo produce anticuerpos que ayudarán a combatir la infección si te expones al virus más adelante.
Es importante señalar que la vacuna de la gripe no garantiza una protección del 100%. Según datos de la AEV, la eficacia de la vacuna es de aproximadamente el 80%, lo que significa que algunas personas pueden contraer la enfermedad incluso después de vacunarse.
Esto puede deberse a varios factores, como la incubación del virus en los días anteriores o posteriores a recibir la vacuna o la aparición de nuevas cepas no incluidas en la formulación de la vacuna. No obstante, las personas vacunadas suelen experimentar síntomas más leves y tienen un menor riesgo de complicaciones graves.
¿Por qué vacunarse incluso después de haber tenido gripe?
Una de las recomendaciones clave de los expertos es que, incluso si ya has pasado la gripe, es aconsejable vacunarte. Esto se debe a que hay diferentes cepas de influenza en circulación, y haber estado infectado con una de ellas no garantiza protección frente a otras. La vacunación proporciona una defensa adicional contra posibles reinfecciones en la misma temporada.
Beneficios de la vacunación
Además de protegerte a ti mismo, vacunarte contra la gripe contribuye a proteger a quienes te rodean, especialmente a las personas más vulnerables que pueden tener un mayor riesgo de complicaciones graves.
En este sentido, la vacunación tiene un impacto positivo a nivel comunitario, reduciendo la propagación del virus y la presión sobre los sistemas de salud.
Los expertos también destacan la importancia de vacunar a los niños pequeños y a los menores de seis meses frente al virus respiratorio sincitial (VRS), que puede causar complicaciones graves en los más pequeños. Este enfoque integral busca reducir la incidencia de enfermedades respiratorias en los grupos más vulnerables.
Vacunación y complicaciones: reduciendo riesgos
La vacunación contra la gripe no solo disminuye el riesgo de contraer la enfermedad, sino que también reduce significativamente la gravedad de los síntomas y las probabilidades de complicaciones graves, como neumonía, hospitalización o, en casos extremos, fallecimiento.
Esto es especialmente crucial en personas mayores y aquellos con enfermedades crónicas, quienes suelen ser más propensos a desarrollar complicaciones severas.
La vacunación contra la gripe es una medida esencial para proteger nuestra salud y la de quienes nos rodean. Aunque la eficacia no es absoluta, sus beneficios son innegables: disminuye la incidencia de la enfermedad, reduce la gravedad de los síntomas y ayuda a prevenir complicaciones graves.
Si aún no te has vacunado, es un buen momento para hacerlo. Recuerda que protegerte a ti mismo también significa cuidar de tu comunidad. Consultar con un profesional de la salud te permitirá tomar decisiones informadas y garantizar una temporada más saludable para todos.