Con la llegada del invierno, los virus respiratorios se convierten en protagonistas indeseados, y la gripe se encuentra en pleno auge en Gipuzkoa.

Según el Gobierno vasco, la circulación del virus de la gripe en Euskadi continúa en ascenso dentro de parámetros de evolución normales y se prevé que alcance su pico en las próximas dos semanas.

Llevar una alimentación equilibrada y saludable no solo es una herramienta fundamental para prevenir el contagio, sino también para reducir los síntomas en caso de enfermar. Los especialistas insisten en la importancia de nutrir nuestro organismo con los alimentos adecuados, tanto para fortalecer el sistema inmunológico como para facilitar la recuperación.

La prevención es el mejor tratamiento para la gripe y otras afecciones respiratorias. El sistema inmunológico, como primera línea de defensa del cuerpo, depende en gran medida de los nutrientes que recibe a través de los alimentos. Incorporar una variedad de frutas, verduras, proteínas magras, grasas saludables y carbohidratos complejos es esencial para mantener nuestras defensas en óptimas condiciones.

Entre los alimentos más recomendados para reforzar el sistema inmune destacan:

  • Ajo y cebolla: Estos alimentos contienen compuestos como la alicina, con propiedades antimicrobianas y antivirales. Su consumo regular puede ayudar a reducir la susceptibilidad a infecciones.
  • Kiwi: Rico en vitamina C, este fruto es un potente antioxidante que refuerza las defensas naturales del cuerpo. Consumir un kiwi al día puede ser suficiente para cubrir las necesidades diarias de esta vitamina.
  • Jengibre: Sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes lo convierten en un aliado perfecto contra las infecciones respiratorias. Puede añadirse a infusiones, batidos o incluso en sopas.
  • Calabaza: Cargada de betacarotenos, precursores de la vitamina A, la calabaza favorece la salud de las mucosas respiratorias y refuerza el sistema inmunitario.
  • Huevo: Fuente de proteínas de alta calidad y nutrientes esenciales como el zinc, el huevo contribuye a la regeneración celular y al fortalecimiento de las defensas.

Alimentación durante la gripe

Si el virus logra atravesar nuestras defensas y enfermamos, la dieta sigue siendo clave para aliviar los síntomas y evitar complicaciones. Es normal que el apetito disminuya durante una infección, pero es importante mantener una ingesta adecuada de nutrientes para facilitar la recuperación.

Una dieta rica en alimentos frescos y naturales puede proporcionar los micronutrientes que el cuerpo necesita para combatir el virus. Por ejemplo:

  • Sopas y caldos: Son hidratantes, fáciles de digerir y ayudan a aliviar la congestión nasal.
  • Frutas cítricas: Naranjas, limones y pomelos son excelentes fuentes de vitamina C y antioxidantes.
  • Infusiones de jengibre con miel: Este remedio casero combina las propiedades antiinflamatorias del jengibre con el efecto calmante de la miel, ideal para la garganta irritada.
  • Alimentos ricos en zinc: Como el huevo, las semillas de calabaza o los frutos secos, este mineral contribuye a la regeneración de las células inmunes.
  • Verduras de hoja verde: Espinacas y acelgas son ricas en vitaminas A, C y K, esenciales para el sistema inmunológico.

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Otros hábitos complementarios

La alimentación no es el único pilar para prevenir y combatir la gripe. Adoptar hábitos saludables como lavarse las manos con frecuencia, mantener una buena hidratación y descansar adecuadamente también es fundamental. Asimismo, la vacunación antigripal anual es una medida efectiva para protegerse contra las cepas más comunes del virus.

Además, evitar el consumo de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares refinados y grasas trans, es clave, ya que estos pueden debilitar el sistema inmunológico y favorecer la inflamación en el organismo.

La gripe, aunque común, puede prevenirse y afrontarse mejor con una alimentación equilibrada y rica en nutrientes esenciales. Incluir alimentos como el ajo, la cebolla, el kiwi, el jengibre, la calabaza y el huevo en nuestra dieta no solo fortalece nuestras defensas, sino que también acelera la recuperación en caso de contagio.

Cuidar lo que comemos, acompañado de buenos hábitos, es una inversión directa en nuestra salud, especialmente durante la temporada de virus respiratorios.