La glándula tiroides, situada en la base del cuello, desempeña un papel fundamental en la regulación del metabolismo, la producción de energía y el equilibrio hormonal del cuerpo.

A partir de los 40 años, es común que los problemas tiroideos aumenten, especialmente en las mujeres. El mal funcionamiento de esta glándula puede provocar afecciones como el hipotiroidismo (tiroides hipoactiva) o el hipertiroidismo (tiroides hiperactiva), que pueden afectar significativamente la calidad de vida.

Sin embargo, existen maneras de cuidar y prevenir estos trastornos, y en este artículo exploraremos qué sucede con la tiroides a medida que envejecemos y cómo prevenir problemas tiroideos.

¿Por qué aumentan los problemas tiroideos a partir de los 40 años?

A partir de los 40 años, el cuerpo experimenta diversos cambios hormonales que pueden afectar el funcionamiento de la glándula tiroides. En las mujeres, la proximidad a la menopausia y la fluctuación de los niveles hormonales pueden alterar el equilibrio tiroideo.

De hecho, los problemas de tiroides son más frecuentes en las mujeres, quienes tienen una probabilidad de 5 a 8 veces mayor de desarrollar trastornos tiroideos en comparación con los hombres.

Uno de los problemas más comunes es el hipotiroidismo, que ocurre cuando la tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas.

Los síntomas pueden incluir fatiga, aumento de peso, intolerancia al frío, depresión, piel seca y pérdida de cabello. Por otro lado, el hipertiroidismo, menos frecuente, se produce cuando la tiroides produce un exceso de hormonas, lo que puede provocar pérdida de peso inexplicable, nerviosismo, palpitaciones y sudoración excesiva.

Además, con el envejecimiento, el riesgo de desarrollar nódulos tiroideos (bultos o crecimientos anormales en la glándula) también aumenta. Aunque muchos nódulos son benignos, algunos pueden ser cancerosos o interferir con la producción hormonal.

Factores de riesgo

Existen varios factores que pueden incrementar el riesgo de desarrollar problemas tiroideos a medida que envejecemos. Algunos de estos incluyen:

  • Antecedentes familiares: Los trastornos tiroideos tienen un componente genético. Si tienes familiares con problemas tiroideos, es más probable que tú también los desarrolles.
  • Sexo femenino: Las mujeres, especialmente aquellas que están cerca o en la menopausia, tienen un mayor riesgo de padecer trastornos tiroideos.
  • Enfermedades autoinmunes: Condiciones como la enfermedad de Hashimoto (hipotiroidismo) o la enfermedad de Graves (hipertiroidismo) son causadas por un mal funcionamiento del sistema inmunológico y afectan a la glándula tiroides.
  • Deficiencia de yodo: El yodo es esencial para la producción de hormonas tiroideas. Aunque la deficiencia de yodo es menos común en muchos países debido a la yodación de la sal, sigue siendo una causa de hipotiroidismo en algunas regiones.

¿Cómo prevenir problemas tiroideos?

Aunque algunos factores de riesgo, como los antecedentes familiares o el envejecimiento, no pueden evitarse, hay varias estrategias que pueden ayudarte a mantener tu tiroides saludable y prevenir trastornos:

Mantener una dieta rica en nutrientes clave

Una dieta equilibrada es fundamental para la salud tiroidea. Algunos nutrientes esenciales incluyen:

  • Yodo: El yodo es crucial para la producción de hormonas tiroideas. Se encuentra en alimentos como los mariscos, el pescado y los productos lácteos. Sin embargo, es importante no excederse en el consumo de yodo, ya que demasiado también puede causar problemas tiroideos.
  • Selenio: Este mineral, que se encuentra en alimentos como nueces de Brasil, huevos y semillas de girasol, ayuda a proteger la tiroides del daño oxidativo y promueve la producción hormonal adecuada.
  • Zinc: El zinc, presente en carnes magras, nueces y granos integrales, también desempeña un papel en la producción de hormonas tiroideas.

Controlar el estrés

El estrés crónico puede afectar el equilibrio hormonal y aumentar el riesgo de disfunción tiroidea. Prácticas como la meditación, el yoga, el ejercicio regular y la respiración profunda pueden ayudar a reducir los niveles de estrés y mantener un equilibrio hormonal saludable.

Evitar tóxicos ambientales

Ciertas sustancias químicas en el medio ambiente, como los disruptores endocrinos, pueden interferir con el funcionamiento normal de la tiroides.

Estos productos químicos se encuentran en plásticos, pesticidas y algunos productos de cuidado personal. Optar por productos naturales y evitar el uso excesivo de plásticos puede reducir la exposición a estas sustancias.

Chequeos regulares

Es recomendable realizar análisis de sangre periódicos para verificar los niveles de hormonas tiroideas, especialmente si tienes antecedentes familiares o síntomas relacionados con la disfunción tiroidea. Un diagnóstico temprano puede prevenir complicaciones mayores.

A partir de los 40 años, es común que los casos de problemas tiroideos aumenten, especialmente entre las mujeres. Sin embargo, siguiendo una dieta equilibrada, controlando el estrés y evitando sustancias nocivas, es posible mantener una tiroides saludable y prevenir trastornos.

Además, la realización de chequeos regulares y la atención a los síntomas pueden ayudar a detectar problemas a tiempo y tratarlos adecuadamente para garantizar una buena salud a largo plazo.