Se considera que alguien sufre pérdida de audición cuando no es capaz de oír tan bien como una persona cuyo sentido del oído es normal, es decir, cuyo umbral de audición en ambos oídos es igual o mejor que 20 dB. La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda. Puede afectar a uno o ambos oídos y entrañar dificultades para oír una conversación o sonidos fuertes.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas “duras de oído” son personas cuya pérdida de audición es entre leve y grave. Por lo general se comunican mediante la palabra y pueden utilizar como ayuda audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos, así como los subtítulos.

Las personas “sordas” suelen padecer una pérdida de audición profunda, lo que significa que oyen muy poco o nada. A menudo se comunican mediante la lengua de signos.

Actualmente, y según los datos del organismo internacional, más del 5% de la población mundial (430 millones de personas) padece una pérdida de audición discapacitante y requiere rehabilitación (entre ellos 34 millones de niños). Se estima que para 2050 esa cifra podría superar los 700 millones (una de cada diez personas). 

Malos hábitos auditivos

Los malos hábitos auditivos, como el abuso de auriculares para escuchar música, la asistencia a conciertos y locales de ocio con música alta o la contaminación acústica que se sufre en las ciudades industrializadas españolas, aumentan el riesgo de sordera, según advierte la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).

Según datos de la OMS, el 50% de las personas entre 12 y 35 años utiliza dispositivos electrónicos a niveles inseguros en países de ingresos medios y altos.

Además, casi un tercio de los españoles están expuestos a niveles de ruido por tráfico superiores a los aceptables, lo que provoca pérdida de audición y otros problemas de salud, siendo responsable de un 85 por ciento de las emisiones acústicas. Ante este contexto, desde la SEORL subrayan que para garantizar una buena salud auditiva se recomienda no superar los 65 dB.

En este sentido, advierten de que una exposición a un sonido superior a 85 dB supone un riesgo de pérdida auditiva si se repite en el tiempo y, por encima de 100 dB, existe un riesgo de pérdida inmediata. El ruido llega al umbral del dolor cuando se sobrepasan los 125 dB y puede ser insoportable a los 140 dB. La pérdida de oído por ruido es irreversible, pero se puede prevenir. 

Estudios publicados por la Universidad de Oxford relacionan el tabaquismo con un 60% más de posibilidades de padecer pérdida auditiva

Tabaquismo

Aunque el ruido es uno de las factores que más afectan a nuestra salud auditiva, son muchos los factores que pueden afectar a nuestro oído, y aunque algunos son congénitos, otros se pueden prevenir. Uno de ellos es el tabaquismo, y es que estudios publicados por la Universidad de Oxford relacionan este hábito con un 60% más de posibilidades de padecer pérdida auditiva y, además, estos niveles aumentan en función de la adicción que tenga el individuo al tabaco y del número de cigarrillos que consuma diariamente. Pero el tabaquismo no solo es un riesgo para aquellos que fuman sino también para las personas que reciben el humo de forma pasiva ya que la American Cancer Society advierte de que este humo causa al año 750.000 infecciones de oído medio en Estados Unidos.

Seis consejos para tener unos oídos sanos

La pérdida de oído afecta a personas de todas las edades y he aquí seis consejos para prevenir que se vea afectada nuestra salud auditiva: 

• Revisiones: si tienes antecedentes familiares o más de 40 años, conviene realizarse revisiones periódicas.  

• Evitar el ruido: Protégete del ruido excesivo, usando tapones, alejándote de fuentes ruidosas como altavoces y limitando el volumen de los dispositivos. 

• Cuidado del oído: Mantén una cuidadosa higiene de los oídos. No utilices bastones de algodón en el interior del oído, ni gotas o productos de limpieza sin prescripción facultativa. Mantén los oídos secos, sécate con gasas o toallas, sin introducir nada.

• Manos: Es importante mantener una adecuada higiene de manos para evitar la transmisión de gérmenes a los oídos. 

• Audífonos: Si usas audífono, úsalo correctamente y mantén una buena higiene. 

• Consulta al médico si aparecen estos síntomas: dificultad para comprender conversaciones en entornos ruidosos, necesidad de aumentar el volumen de la televisión, dificultad para percibir el timbre de voz de algunas personas, o problemas para detectar sonidos agudos