Comes una pipa, y luego otra, y otra, y otra hasta que, para cuando te das cuenta, el paquete ya está medio vacío y junto a él solo queda la montaña de cáscaras, unas apiladas sobre las otras. No tenías pensado comer tantas pero casi sin ser consciente lo has hecho y ahora te preguntas: "¿Qué tienen las pipas de girasol que las hace tan adictivas?".

Deborah García, química y comunicadora científica, explica para el concurso de TVE Mapi que una de las principales razones que se esconden detrás de esta sensación de no poder parar de comer es el sonido crujiente que hacen. Sin embargo, el factor que realmente explica la "adicción" que pueden crear es que estos frutos secos contienen triptófano, "un aminoácido esencial que promueve la síntesis de serotonina, que es un neuotransmisor que regula nuestra felicidad".

Además, si las pipas contienen sal, aunque nuestras células ya estén saturadas de ella, "no mandan ese mensaje en nuestras neuronas al sistema del gusto", por lo que se vuelve muy difícil dejar de consumirla.

También hay que tener en cuenta, como afirma la nutricionista Jéssica Gutiérrez en RTVE, que los productos salados estimulan el hambre lo que, ligado a una acción tan "repetitiva y gratificante" como es el comer pipas, deriva en que no podamos dejar de consumirlas.

De esta forma, Teresa Cercós, directora general de calidad, innovación y medioambiente de Importaco, empresa de frutos secos que colabora con Mercadona, añade en Expansión que una de las ventajas de las pipas es que para comerlas necesitamos llevar a cabo el procedimiento previo de pelarlas lo que, además de distraer al consumidor, también le entretiene.

Un cuenco de pipas de girasol con cáscara. Freepik

Asimismo, y basándose en la neurociencia, también asegura que el hecho de que el consumo de pipas aumentara durante el confinamiento se debe a que a muchos les evocaba momentos positivos de relax y les permitía refugiarse "en un entorno seguro". Así, en el caso de Grefusa, la empresa española consiguió cerrar 2020 con unas ventas de 129 millones de euros frente a los 130,5 millones del año anterior.

Por eso, Cercós se apoya en esa neurociencia para intentar conseguir que los consumidores no podamos dejar de comer pipas. Es más, asegura que para ella el éxito es que empieces su bolsa de nueces y "quieras comértela entera".

Sin embargo, también puntualiza que en los frutos secos no se genera adicción debido a sus componentes sino que esto tiene lugar gracias a que, por ejemplo, en las pipas "hay un equilibrio en un montón de componentes, por el punto de tostado, la cremosidad del grano y el punto de sal".

Tres cuencos alineados con pipas de girasol peladas. Freepik

Beneficios de comer pipas

Entonces, ¿deberíamos rendirnos ante esa "necesidad" de no parar de comer pipas?

La verdad es que las pipas contienen ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados que ayudan a cuidar el corazón. Además, según el nutricionista Diego de Castro en CuidatePlus, aportan minerales como el zinc, que favorece a nuestro sistema inmunitario, o el magnesio, que facilita la relajación muscular, entre otros.

Y no solo eso. Las pipas de girasol también nos aportan una importante cantidad de vitamina E, un antioxidante que ayuda a proteger las células de los efectos de los radicales libres, que pueden influir en enfermedades como las cardíacas o el cáncer. Además, su aporte de fibra favorece la prevención contra el colesterol, a controlar la glucosa en sangre y el estreñimiento.

También ayudan a combatir el estrés por lo que en muchas ocasiones se recomiendan a personas que quieren dejar de fumar o a estudiantes en época de exámenes ya que, además, ayudan con los problemas de pérdida de memoria.

Tampoco hay que olvidar sus beneficios para dormir mejor: al igual que el triptófano favorece la absorción de serotonina, ayuda con la síntesis de la melatonina, una hormona que regula el sueño. Asimismo, el aporte de calcio de las pipas de girasol mejora nuestra salud ósea y su vitamina B la de nuestra piel y cabello.

Consumir con precaución

Aun así, es importante recordar que debemos mantener una dieta equilibrada y variada y un estilo de vida activo. Por eso, aunque las pipas nos aporten numerosos beneficios a la salud no debemos abusar de su consumo, especialmente si nos referimos a frutos secos salados, como pueden ser muchos tipos de pipas.

La nutricionista Gutiérrez advierte que 30 gramos de pipas saladas pueden llegar a contener hasta 12 de gramos de sal, teniendo en cuenta que la cantidad diaria recomendada de sal según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 5 gramos como máximo para adultos. Así, la experta en nutrición aconseja que optemos por versiones de pipas tostadas y sin sal.