La Hoya de Huesca es la comarca de entre la llanura del valle del Ebro y las sierras y montañas que anuncian la proximidad de los Pirineos y que rrodea la capital. A su gran variedad paisajística se une un legado patrimonial histórico marcado por la Edad Media, cuando los reinos musulmanes y cristianos se disputaban el dominio de la península Ibérica en general y de esta comarca en particular. Como disposición básica, los musulmanes dominaban la parte sur, la llanura que sube desde el valle del Ebro y los cristianos ocupaban los montes y valles escarpados del norte. En el centro la ciudad de Huesca. Esta disposición hace que todavía se puedan encontrar castillos y fortalezas, restos de ellas, en los altos desde los que vigilaban las planicies del sur.

Actualmente, el norte se divide en dos, al oeste el Reino de los Mallos, que se vertebra en torno al paso del río Gállego entre las sierras de de Santo Domingo, Loarre y Caballeras. Se da la circunstancia que dos de los municipios que forman parte de esta comarca pertenecen a Zaragoza, Murillo de Gállego y Santa Eulalia de Gállego. Desde ellos hacia el este se extienden los llanos del valle de Ayerbe y la Sotonera. La segunda zona, también montañosa, del norte son las sierras de Gratal y de Guara, por el lado noreste de la Hoya.

La localidad de Agüero, a los pies de un mallo. Turismo Hoya de Huesca

La llanura meridional, esencialmente cerealística, se encuentra al sur y su pasado musulmán se manifiesta en su arquitectura mudéjar, haciendo de la Hoya el extremo más septentrional de este estilo artístico. Además, si las castillos fueron la base de la conquista militar cristiana, las iglesias y monasterios asentaron la cristianización social.

De oeste a este

En la localidad de Agüero, en el noroeste de la Hoya, se levanta en la zona de los mallos, imponentes paredes verticales de roca refugio de aves y escaladores. En un caso urbano caracterizado por las cuestas, destaca la iglesia parroquial de El Salvador, de origen románico, como la mayor parte de los edificios históricos de La Hoya, pero de la que destaca su torre, levantada entre los silos XVI y XVII. Pero la joya de la localidad es la iglesia de Santiago, sobre la ladera de una colina que baja al barranco de Espaldiero, en dirección hacia Ayerbe. Esta iglesa románica del siglo XII ofrece un aspecto robusto, pero con la particularidad de tener solo la cabecera del templo. No tiene naves como otros templos de planta de cruz latina.

Tras atravesar brevemente la Hoya zaragozana se llega hasta Ayerbe, cabecera de esta comarca, donde un desvío hacia Sarsamarcuello y el castillo de Marcuello, junto a la ermita de San Miguel. Aunque la fama se la lleva el cercano castillo de Loarre, la elevada situación de esta fortaleza del siglo XI lo convierten en la mejor atalaya para vigilar esta zona en la que el río Gállego es el rey. Habitado hasta el siglo XVI, solo quedan restos de la muralla adosada a las rocas y la base y una pared con restos laterales de la torre.

El castillo de Loarre es uno de los hitos de casi obligada visita al recorrer la Hoya de Huesca. Turismo Hoya de Huesca

Una espectacular carretera de montaña lleva hasta el castillo de Loarre, el castillo románico mejor conservado de Europa, muy popularizado por la película El reino de los cielos, de Ridley Scott, y la serie El Ministerio del Tiempo. Junto al de Marcuello, formaba parte del sistema defensivo cristiano frente a los musulmanes de la Plana de Huesca, cuya plaza fuerte era Bolea. Su estado de conservación permite recorrer sus diferentes estancias civiles, como la estancia de la reina; militares, como la torre del homenaje, o religiosas como la iglesia o la cripta.

Bajando desde Loarre, la localidad de Bolea no queda lejos y de su pasado musulmán quedan los restos de su antigua alcazaba de Buluya, aunque de todo su patrimonio destaca la colegiata de Santa María, ubicada en un alto y dominando la localidad. Se levantó en el siglo XVI sobre una iglesia románica del que se conserva la cripta. En su interior destaca el retablo del altar mayor, de fianles del XV y comienzos del XVI en estilo gótico mudéjar.

Camino de Salto de Roldán se pasa por Nueno, población de origen romano y localidad más al norte al que llegaron los musulmanes en esta zona. Su huella se ve en la arquitectura donde el estilo mudéjar es su seña de identidad. La torre de la iglesia de San Miguel es un claro ejemplo.

No muy lejos, y entrando en la sierra de Guara se encuentra el Salto de Roldán, dos moles rocosas, dos enormes peñas separas entre sí por el río Flumen. Una es la de San Miguel o Sem, que en lo alto muestra los restos del castillo, y la otra es la de Amán. Cuenta la leyenda que durante la retirada del ejército de Carlomagno, el caballero Roldán, protegiendo la retaguardia hizo salta a su caballo desde Amán hasta San Miguel. Después, en Roncesvalles no tuvo tanta suerte huyendo del enemigo.

La contraparte al castillo de Loarre en el este de la Hoya de Huesca es el castillo de Montearagón, en el municipio de Quicena. Desde lo alto del monte Aragón se controla gran parte de la Hoya y su capital, Huesca, apenas queda a 5 km en linea recta. Es un conjunto fortificado del siglo XI con un castillo militar que alberga también en su interior un monasterio real y una iglesia. Con el paso del tiempo se convirtió también en lugar de entierro de los reyes de Aragón, aunque con el tiempo fueron trasladados a Huesca o a San Juan de la Peña, cerca de Jaca.

La fortificación sobre el monte Aragón fusiona un castillo militar con un monasterio y una iglesia. Danybum

En el camino hacia Antillón, un desvío hacia Ibieca permite visitar la iglesia de San Miguel de Foces, que en el siglo XIII mando construir la familia Foces dentro de su señorío con el fin de servir de panteón familiar. Fue entregado a la orden de San Juan de Jerusalem. Su interior se encuentra ricamente decorado con pinturas medievales de gran valor patrimonial de estilo gótico.

Ya en la jacobea Antillón, se encuentra en el tramo aragonés del camino catalán, se podrá disfrutar, en su casco histórico del más puro sabor medieval tras pasar la puerta que cruza los restos de la muralla que la defendía y se sube por sus empinadas callejuelas. La iglesia de la Natividad de la Virgen es uno de sus ejemplos de patrimonio histórico, pero conserva también ejemplos de usos y oficios comunes como la vieja almazara de aceite, un antiguo horno de pan y un museo de oficios antiguos desaparecido pero no olvidados.

Pertusa cierra este recorrido. Ya los romanos hicieron pasar por aquí su vía Osca Ilerda, entre Huesca y Lleida, que después se convirtió en un ramal del Camino de Santiago para los peregrinos que venían desde la costa mediterránea. A orillas del río Alcanadre, su iglesia parroquial de Santa María hace conjunto monumental con la Torre, la primera es románica del siglo XII y la segunda es renacentista de estilo herreriano de finales del siglo XVI. La torre se construyó separada del templo, pero esto no se hace extraño, se integran perfectamente. Quizá sea porque Santa María a sufrido añadidos y modificaciones entre los siglos XVI y XVIII que las han unificado.