El ferrocarril de Plazaola unió Donostia y Pamplona a comienzos de siglo. Esta vía, de ancho métrico y 20 kilómetros de longitud, que conectó las capitales guipuzcoana y navarra entre 1914 y 1953, se utilizaba, principalmente, como línea minera. Fue la Sociedad Anónima Leitzaran, propiataria de las minas de Plazaola, la encargada de ponerla en servicio, para el trasporte minero, aunque en ocasiones aisladas, también se utilizó para el transporte de viajeros. Sin embargo, la irrupción de la Guerra Civil dejó en una situación crítica esta línea de ferrocarril, que ya para esa época atravesaba importantes problemas económicos. Las fuertes lluvias de 1953 y sus consiguientes riadas, que se llevaron por delante algunos puentes del ferrocarril así como parte de la vía, resultó la puntilla para esta infraestructura cada vez más en desuso. Así, ese mismo año, se clausuró definitivamente la línea.

Desde hace unos años, aprovechando el antiguo trazado, la vía verde de Plazaola permite al excursionista adentrarse en el valle de Leitzaran y descubrir la belleza del paisaje que lo rodea. Lo hace a través de un recorrido de 25 kilómetros entre Andoain y Leitza, con un desnivel de apenas 442 metros, por lo que resulta casi llano, perfecto para recorrer andando o en bici. Se trata de una ruta que se realiza en cinco o seis horas en el caso de completarse a pie o en dos horas o dos horas y media si se elige la bicicleta

Personas paseando por la Vía Verde del Plazaola. N.M.

No obstante, cabe tener en cuenta que el recorrido está atravesado por 34 túneles que carecen de iluminación y la visibilidad es muy reducida, por lo que es más que recomendable portar linterna y, en el caso de utilizar en bicicleta, utilizar timbre. 

Asimismo, se recomienda precaución ya que a lo largo del recorrido hay tramos en los que circulan camiones.

Las riadas de 1953 se llevaron por delante parte de la vía y supuso la puntilla para esta ruta minera que unía Gipuzkoa con Navarra

Monumentos prehistóricos, prados de pastoreo, minas, ferrerías, molinos... son solo algunos de los tesoros que los senderistas pueden encontrarse a lo largo de un recorrido en el que la naturaleza es sin duda la principal protagonista. Robles, castaños y hayas, entre otros, inundan las laderas, mientras que gran parte del río Leitzaran y sus afluentes han sido declarados Biotopo Protegido

Varios ciclistas disfrutan de la vía verde del Plazaola. Foto: Nerea Mazkiaran

A lo largo del recorrido hay una serie de áreas recreativas que permiten descansar y pararse a disfrutar del entorno. 

El recorrido entre Andoain y Leitza consta de cinco tramos. El primero, entre Andoain y Otegieta, es de 2,4 kilómetros, bien acondicionado y con firme de asfalto

Después llegan los 7,5 kilómetros que separan Otegieta de Olloki, un tramo en el que los vehículos autorizados tienen permiso para circular

Tramo Olloki-Ameraun (5 km) constituye el tercer tramo de la ruta, al que siguen los otros cinco kilómetros que separan Ameraun de Plazaola. En este tramo, los excursionistas pueden encontrar una de las pequeñas maravillas del valle: un acueducto de ocho ojos, del canal de la central de Ameraun, y un antiguo puente.

Cabe destacar también, para los menos deportistas, que Plazaola es un enclave al que puede accederse en coche desde una pista forestal que se encuentra junto a la carretera GI-2130 (Berastegi a Leitza), accesible desde la salida 138 (Leitza-Areso) de la autovía A-15. Además, dispone de aparcamiento.

Finalmente, el tramo Plazaola-Leitza recorre los 4,5 kilómetros finales de la ruta. 

Información práctica

  • 25 Kilómetros. Es la distancia que recorre el trazado de la vía verde de Plazaola desde Andoain hasta Leitza. Se trata de un recorrido que puede hacerse en cinco o seis horas a pie y en dos horas o dos horas y media en bicicleta. No obstante, la vía no termina en Leitza. Prosigue durante 25 kilómetros más a través del valle de Larraun, atravesando las localidades navarras de Huitzi, Lekunberri y Latasa. 
  • Recomendaciones. El recorrido tiene un desnivel de 442 metros por lo que es prácticamente plano. Lo atraviesan 34 túneles en los que apenas entra la luz natural por lo que es más que recomendable disponer de linterna y timbre en el caso de hacerlo en bicicleta. Hay partes del recorrido por las que circulan camiones, por lo que conviene extremar las precauciones.