Si hay algo que tiene más emoción que la clasificatoria de la Bandera de la Concha es, sin duda, esta misma prueba pero con mar movida, ola y viento. Si esto se suma a que esta regata lleva años dejando sorpresas, imprevistos, alegrías inesperadas y grandes sustos, es evidente que el caldo de cultivo es perfecto para que esta tarde todo el Cantábrico tenga el foco puesto en la bahía de Donostia. A las 18.00 horas arranca la presente edición del título más preciado de la temporada.
Un total de 21 embarcaciones van a buscar una de las siete plazas disponibles para bogar en aguas donostiarras los dos próximos domingos. Espera ya clasificada, en calidad de anfitriona después del cambio de reglamento que otorga este privilegio a la trainera de la capital guipuzcoana mejor clasificada en liga, Donostia Arraun Lagunak. La Lugañene, de hecho, fue la campeona de la Liga Euskotren, y también fue la ganadora de la última Bandera de La Concha. Al resto le tocará pelear en la contrarreloj, incluido a Donostiarra, que hasta ahora se había clasificado directamente y que participará por primera vez en la eliminatoria.
Favoritas
Orio y Tolosaldea, a priori, no deberían tener problemas para clasificarse, pero el trámite hay que superarlo, más aún con las previsiones meteorológicas y de mar que se esperan. A partir de ahí habrá que ver qué sucede y qué nivel dan todas, porque hay un puñado de embarcaciones que tienen posibilidades reales de pasar el corte, desde Zumaia, cuarta clasificada en la Liga Euskotren, hasta traineras de otras categorías como Zarautz y San Juan –primeras clasificadas de la Liga ETE–, o Chapela –campeona de la Liga Galega–, pasando por el resto de equipos de la Liga Euskotren como Hibaika, Astillero, Donostiarra u Hondarribia. Pero no hay hueco para todas, eso es evidente. La que mejor haga las cosas, más allá del potencial de cada una, tendrá premio. El pronóstico es difícil.
No va a ser una regata ni mucho menos fácil para las embarcaciones, pero sí apunta a ser un lujo para el espectador. Olas de más de metro y medio esperan a las traineras para una clasificatoria que, sumada a rachas de viento que pueden llegar a bufar a 21 kilómetros por hora, van a obligar a los equipos a hacer una regata casi perfecta.
Los botes que mejor se adapten a estas duras condiciones se llevarán el premio de bogar los dos próximos domingos en las dos jornadas de la Bandera de La Concha.