donostia - Cuando ayer, en Bermeo, en las aguas de su rival, Hondarribia adquirió seis segundos de ventaja en la primera ciaboga exterior, no daba la sensación de que los verdes pudieran romper la regata. Al menos, no aún. Quedaba mucha regata. Era esa la impresión, a pesar de los dos botes de diferencia a favor suyo, una renta más que notable en la igualdad de los dos transatlánticos, una diferencia que hace dos meses, si se echa la vista atrás, le hubiera valido a la Ama Guadalupekoa para llevarse la victoria. Ahora, tras un único triunfo en las últimas seis jornadas y no poder completar la remontada en la Bandera de La Concha, resulta más complicado ser categórico. Un análisis del momento actual de la dominadora de la Liga San Miguel en los últimos dos veranos que choca frontalmente con el de Urdaibai. Los txos viven en el Nirvana. Han alcanzado un estado de confianza absoluta. Les sale todo. Aciertan cuando deben acertar y, físicamente, están en un pico de forma que los hace intratables. Todo lo que no ha recogido en su red Hondarribia durante esta segunda mitad de temporada, lo ha atrapado la Bou Bizkaia. Y en ello sigue. Ayer, con un triunfo que sabe diferente. Deja un regusto mejor. Por el dónde, por el cuándo y por el cómo.

La trainera de Hondarribia, dentro de lo que cabe, no lo tenía mal dos minutos antes de la salida. Su rival por el título, que vivía ayer su penúltima batalla, remaba en casa, con la ilusión, pero también la presión que ello conlleva. Y con la Concha entre sus manos, todos en Bermeo esperaban una nueva alegría. Más presión. Cuando el sorteo de calles decidió que la Bou Bizkaia debía partir por la calle 1, las alarmas saltaron en la trainera azul. Habían caído en la vía que nadie quería. La fiesta, que ya comenzó en las horas previas por la celebración del Arrantzale Eguna, se pudo tornar en debacle cuando Hondarribia marcaba el mejor tiempo en la primera ciaboga, y Urdaibai se descolgaba a seis segundos y viraba en la cuarta posición de la regata.

Había padecido por esa calle 1 de los horrores la trapalla que convertía el campo de regateo en un escenario dispuesto para la épica marina. El fuerte viento -en algunos instantes sopló con ráfagas superiores a los 25 kilómetros por hora-, hacia un lado; la viva corriente, para el otro. Y en medio, olas de dos metros que dejaban imágenes espectaculares con los botes trabajando ante ellas. Una estampa que no impresionó tanto como el popare azul Bermeo. Tardó minuto y medio en descolgar a San Juan y Kaiku, que mantenían una pugna sin cuartel, y se fue a por la estela verde. Con Nando Rúa de marca de babor, que hoy se despide del arte de remar con un expediente imponente, el bote local le recuperó en cuatro minutos la ventaja a Hondarribia y no esperó. Para la segunda maniobra, ya iba por delante, centésimas más rápido.

En otra situación y en otra embarcación, semejante panorama en el primer largo podría haberle hecho perder la remada a cualquiera. Pero no a los pupilos de Jon Salsamendi, el director de una orquesta que domina el ritmo que pide cada momento. En el tercer largo rompió muchas de las nueve meritorias victorias ligueras con las que atraca hoy en Portugalete (12.00/ETB1) la Ama Guadalupekoa; ayer perdió en ese tramo la bandera y puede que la liga.

Igualados en el inicio del tramo, tres minutos, del 11 al 14, decidieron la regata. En esos 180 segundos, los txos imprimieron un ataque que anuló la expectación de los últimos 180 grados de maniobra. Ya no haría falta estar pendiente de la ciaboga exterior, complicada como nunca ayer, un suplicio que sortearon más bien que mal las dos favoritas en la regata más complicada del curso. Los siete segundos de renta que perdió en ese lapso de tiempo Hondarribia fueron definitivos. Los txos habían recuperado trece segundos en dos largos. Hondarribia, entonces, tuvo que mirar hacia atrás. San Juan, en plena batalla con Kaiku, fue recuperándole terreno en cada palada del último largo. Los verdes tuvieron la cabeza fría para no desfondar y mantener el segundo puesto, y aguantar el tirón de rosas y verdinegros, para acabar a 19 segundos de Urdaibai. Los tiempos hablan por sí solos. Los doce segundos que consiguió Urdaibai sobre los bidasotarras solo en el largo final acabaron por marcar la mayor diferencia entre un ganador y el segundo de una regata de liga este año. Un golpe rotundo a las ilusiones de Hondarribia. Una exhibición de campeonato. Ahora los verdes deberán ganar hoy en la ría y esperar que los txos clasifiquen por debajo del tercer puesto para lograr un milagro de última hora.

san juan logra el objetivo A San Juan su último largo no le dio para atrapar a Hondarribia, del que quedó a tres segundos, pero le valió para celebrar lo que desde el inicio de la liga lleva trabajando con mimo. La tanda de honor será hoy suya, salvo una descalificación que nadie espera. En Bermeo mostró que en cualquiera que sean las condiciones, y si es mala mar casi que mejor, la Erreka se defiende bien y ataca sin contemplaciones. Superó ayer a Kaiku, tras un duelo de inicio a fin y que ganó en los largos de vuelta, dominando Endika Pérez, desde la popa, el difícil navegar de la embarcación. La batalla, además, obligó a ambos botes para tener que dar su máximo y, con tanta oposición, mejorar el registro de Orio, que dio un recital en la primera tanda. La San Nikolas, antes de despedir hoy con honores a su técnico, Aizperro, mostró una elegante remada que le dio el quinto puesto final. Y a tres segundos del podio quedó. A él se subió San Juan, el ejemplo de un éxito labrado a fuego lento.