donostia - La calma no llegó tras la regata ayer a la tribuna de delegados. La lógica tensión de la jornada de arranque de La Concha acabó con diversas quejas por parte de Urdaibai y Orio. El presidente de la entidad bermeotarra, Agustín Aranburu, se quejó del GPS con el que directivos, delegados y periodistas siguen el transcurso de la competición: “Nos hemos visto con que, al final, la diferencia de cuatro segundos ha bajado a uno”, denunció el dirigente, que no entendía cómo “cuando faltaban 25 metros, llevábamos cuatro segundos y después solo 1.78”.
Aranburu explicó que, a su parecer, “en 25 metros no hay trainera que pueda sacar eso”. Pero su molestia no fue tanto por la variación repentina de los tiempos del GPS, elemento que funcionó “perfectamente”, según aseguró a este periódico un juez que se encontraba en el lugar, sino por “las formas de darme las explicaciones. No es por polemizar, pero tendrán que decir por qué está mal el GPS”. Además, el representante txo no compartía que se le pidiera “1.200 euros para ver el video-finish”. La explicación reside en que, según recoge la organización, para enseñar imágenes se ha de reclamar, que tiene una fianza de 1.200 euros, una cantidad que es devuelta si prospera la impugnación. Urdaibai, finalmente, no puso el dinero. Tampoco Orio, que concordaba con el club bermeotarra en su incomprensión de que se tenga que depositar un dinero para reclamar.
En su caso, el deseo de los aguiluchos por ver las imágenes del GPS lo explicó su presidente, Ibon Huegun: “Queríamos ver desde cuándo estábamos fuera de la calle -marcharon hacia la 3, dejada por Hondarribia, que viró a la 4- y nos sentimos molestados por Kaiku. Ver la enfilación y si es verdad que nos empujan o no”. No lo pudieron hacer, y eso molestó a los delegados oriotarras: “Lo que queríamos antes de hacer una reclamación era tener una prueba, pero no nos dejaron ver el vídeo sin reclamación, sin soltar 1.200 euros”.
Por otro lado, Izortz Zabala, expatrón y actual delegado de Urdaibai, quiso realizar una petición pública, después de la tanda desnivelada en la que bogó su trainera: “Pediría que la clasificatoria sirviera para algo más que para clasificar, y también sirviera establecer las tandas”. -J.I.