La Real Sociedad espera a la mejor versión de Kubo
El club realista confía en que el japonés recupere su mejor versión para ser por fin diferencial ya que, entre otras coas, en Liga no da una asistencia desde el 16 de mayo de 2024
El comienzo de temporada, sumado al mal final de la anterior, se ha llevado muchas cosas que parecían incuestionables. Entre otras, la vitola de intocable que logró Kubo desde que convenció a todos los agoreros y apocalípticos que se apresuraron a manifestarse en contra de su fichaje incluso de forma vehemente. Un esguince de tobillo que se produjo en el amistoso ante México el 7 de septiembre de este año, precisamente en el primer parón, lo ha condicionado todo. Como ha reconocido él mismo, forzó para jugar ante Real Madrid y Barcelona y se marchó muy tocado en el de octubre para “intentar recuperarse” en la concentración de Japón. Casi no pudo entrenarse con sus compatriotas y, tras quedarse sin jugar en un amistoso, finalmente participó en el de Brais. Cuando regresó, con el equipo en descenso, sufrió una recaída al poner “un centro” y se vio obligado a parar en los duelos ante Celta, Negreira y Sevilla.
En el derbi volvió a buen nivel y en Elche confirmó que todavía no se encuentra a su mejor nivel, a pesar de su gran trabajo solidario en defensa. Incluso estuvo cerca del gol, aunque finalmente no lograra hacer diana. Lo malo y grave es que después de regresar a la titularidad el viernes en el Martínez Valero, mes y medio después de la última vez que saliera de inicio ante el Mallorca, ha tenido que volver a su país para concentrarse con su selección.
La sensación de frustración y de hartazgo por una situación en la que parece ser una víctima del sistema con el Mundial a la vuelta de la esquina de fondo ha acabado por poner los focos y la lupa sobre su rendimiento, que, cuando ha estado enchufado, ha demostrado que es de categoría mundial. Y en la actual plantilla solo queda un futbolista de ese nivel o incluso por encima, como es Mikel Oyarzabal.
Bajón de nivel
A nadie se le escapa que su rendimiento ha ido bajando al mismo ritmo que el equipo perdía prestaciones por las salidas de varias de sus vacas sagradas como Martin Zubimendi, Robin Le Normand, Mikel Merino, David Silva, Alexander Sorloth o Alexander Isak. El propio Kubo lo manifestó con claridad cuando atendió a los medios desplazados a la gira de Japón cuando los fichajes se hacían esperar: “Eso quiero saber yo, a ver quién llega, que de momento no ha llegado nadie y eso no es cosa nuestra. Cuando vine aquí estaba rodeado de David Silva, Mikel Merino, Zubimendi, Brais...”. Su entrenador y su presidente le reprendieron públicamente al día siguiente e incluso le obligaron a pedir disculpas, algo que sin duda pareció exagerado.
Pero, insistimos, alguna explicación debe tener que su aportación haya bajado bastantes enteros, tanto en juego como en números. Si miramos atrás, Kubo aterrizó en Donostia en 2022 y, en su primera entrevista, afirmó que le gustaría participar en 20 goles, ya fuese con tantos o con asistencias. Se quedó en nueve dianas y nueve pases decisivos, pero acabó incluso molesto porque en realidad perdonó demasiado y pudo aportar incluso bastante más. Fue un curso casi redondo, con una clasificación estelar para la Champions y con unas actuaciones diferenciales.
Tridente mágico
Todo iba bien el curso siguiente, con el famoso tridente mágico inventado por Imanol que maravilló a propios y extraños en la máxima competición de clubes a nivel mundial. El problema es que, tras clasificarse primeros de grupo y quedar emparejados con el PSG en el mayor ejemplo de mala e inmerecida suerte, se marchó en enero con Japón a la Copa de Asia y cuando regresó ya nada fue lo mismo. En palabras en privado de Imanol, “se nos han caído Traoré y Kubo”, y su segunda vuelta acabó resultando muy decepcionante. Su balance global fue de siete goles y cinco asistencias.
El año pasado las cosas se fueron torciendo poco a poco y, a falta de más referentes ofensivos en el equipo, Kubo se convirtió en el hombre a anular por los rivales que le preparaban encerronas con tres o incluso cuatro jugadores vigilándole en defensas con coberturas. Sus números se quedaron en siete dianas y cuatro pases decisivos, pero hay un registro muy llamativo y significativo, y es que no fue capaz de dar ninguna asistencia en Liga.
Sin asistencia en Liga
En su titubeante y accidentado inicio de este campeonato, cuando hemos cruzado el primera cuarto de la campaña, ha firmado un gol que supuso el empate en el estreno liguero en Valencia, pero aún no ha estrenado su casillero de asistencias. Es más, no regala un tanto desde el 16 de mayo de 2024, cuando sirvió un gran centro que finalizó André Silva en el 1-0 de la Real ante también el rival ché.
Hasta ahí las estadísticas. Ahora bien, nadie puede poner en tela de juicio su compromiso, ya que lo ha jugado todo y apenas se ha perdido partidos. Su imagen es un filón en Japón y los niños txuri-urdin le adoran. Es un futbolista que jamás se esconde y que siempre la pide. Que recibe patadas de forma escandalosa y se levanta sin ninguna mala cara. Que en el único momento en el que llegamos a soñar del curso pasado, en la semifinal de Copa en el Bernabéu, fue el protagonista que estuvo a punto de llevar a Sevilla de nuevo a la Real.
24 años
En lo táctico, se podrá discutir si le conviene jugar siempre abierto en banda a pie cambiado, cuando podría actuar tanto de mediapunta como por el otro flanco, donde apenas le ponen nunca. Si la compañía de un lateral defensivo como Aramburu no le ayuda para aprovechar la ayuda y encontrar vías para hacer más daño. Pero Kubo, que ha llegado a portar el brazalete de Japón y que es una de sus grandes esperanzas de cara al Mundial, solo tiene en 24 años y su futuro continúa siendo más que ilusionante con todo lo que le queda de carrera por delante. Uno de los realistas más valorados en el mercado y con una larga lista de pretendientes de la Premier. Aquí muchos han optado, al parecer, por discutirle por no estar tan bien como antes...
La Real le espera para marcar diferencias en cuanto aterrice del avión tras este nuevo parón de selecciones. No le puede esperar mucho más. Es su hora.
