Síguenos en redes sociales:

La Real se hunde en La Cartuja (3-1)

El equipo realista se cae tras marcarse Remiro un autogol nada más comenzar una segunda parte en la que se desintegró por completo

La Real se hunde en La Cartuja (3-1)José Manuel Vidal

Resulta complicado encontrar las palabras para definir el esperpento que acaba de protagonizar la Real Sociedad esta noche de viernes en Sevilla. El equipo realista ha vuelto a regalar dos goles en los primeros minutos de cada tiempo. Uno tras un comienzo tibio de partido y una permisividad indigna de su central fichado; y un segundo, después de haber sido superior en el primer acto tras empatar, en una acción en la que Remiro se ha metido el balón en su portería. Lo decía Di Stéfano, “por lo menos no te metas los balones que van fuera”. Una salida lamentable del meta ha vuelto a poner por delante al Betis y ha provocado el hundimiento de los realistas, como ya sucedió en Oviedo. Mandíbula de cristal y una tendencia exagerada a pegarse un disparo en el pie.

El segundo crochet, insistimos en una acción en su propia meta, ha vuelto a hundir a un equipo sin sangre, sin alma, sin orgullo, sin casta, sin personalidad, sin autoestima, sin confianza... Sin nada. Un equipo que tiene números de descenso en el año 2025. Que no es broma, que se van a Segunda. Que esto no hay quien lo aguante. Que sumar dos puntos de quince son unos registros que provocan que hasta al más optimista se le pongan los pelos de punta y se pase la segunda mitad maldiciendo a todos los jugadores realistas. Es que en realidad parece que no quieren ganar. O lo que es peor, que les da igual perder.

Ha sido un 3-1, pero pudieron ser varios más al recibir dos postes y fallar Pablo García un tanto increíble. Es para que a algunos se les caiga la cara de vergüenza y para que Sergio comience a temblar porque se le está empezando a mover la silla. Y repetimos, los que le dan la palmada en la espalda son los que, como se vean amenazados, firmarán su finiquito.

Efectos olvidados

Es que la Real no podía esperar más. La verdad es que ya se nos habían olvidado un poco los efectos por arrancar mal la temporada. Y el año pasado, que era el sexto seguido de Imanol, había colchón suficiente como para no rasgarse las vestiduras, pero este curso, con nuevo director deportivo y nuevo entrenador, la cosa varía bastante.

Cuando se aterriza en la elite lo más importante es evitar generar dudas y convencer cuanto antes a la mayor parte de la afición. Como venimos repitiendo, el club no ha protegido a su entrenador, le ha dejado a la deriva con su planificación y, por mucho que transmita tranquilidad, la situación no es ni la esperada ni la deseada. Dos puntos en cinco partidos, tres derrotas seguidas, sin ir por delante en el marcador en los más de 450 minutos es un bagaje que está muy lejos de corregir la dinámica negativa del equipo.

Es cierto que Sergio no ha cambiado nada al frente de la Real. A muchos les sorprendió el once de circunstancias que presentó contra el Madrid, pero la víspera ya lo había ensayado en Zubieta. Otra cosa no, pero consecuente con sus ideas es un rato. Un técnico que se guía por el sentido común y por lo que le demuestran los jugadores tanto en los entrenamientos como en los partidos.

Las notas de Mikel Recalde: la Real naufraga en La Cartuja ante el BetisMikel Recalde

20

Por eso, en una situación incómoda y en un estadio exigente como el del Betis, ha vuelto a apostar por los jugadores que le habían convencido esta semana. En la defensa ha entrado, como se esperaba, Jon Mikel Aramburu; en el centro del campo ha insistido, por sorpresa, con Pablo Marín por quinta vez consecutiva, en lugar de Carlos Soler (la única explicación que sale del club es que en Zubieta le ve en mejor forma que al resto de jugadores que pueden actuar ahí, aunque no se puede olvidar que la última adquisición juega en su puesto, ha sido internacional y viene del PSG, el de París), y ha regresado Brais Méndez, que vuelve a demostrar que es un titán; y arriba, como cabía esperar, Kubo ha sentado a Guedes, una vez superado su esguince de tobillo. Y, también lógicamente, Sadiq se ha quedado en la grada. 

La Real ha tratado de explotar el influjo de La Cartuja al máximo al hospedarse en el mismo hotel que en la final, aunque no se encuentre demasiado cerca de la tierra santa. Lo que no se esperaba es que el terreno de juego estuviera lamentable, indigno de un partido de Primera División. Lleno de charcos porque está muy seco e intentaron, sin acierto, que estuviera más rápido para la circulación del balón. 

Las mejores jugadas del Real Betis-Real Sociedad en La CartujaJose Manuel Vidal / Efe

29

A los cuatro minutos, Gorrotxategi, a quien se ha visto especialmente incómodo en esa charca, ha perdido un balón en el área y el remate de Lo Celso lo ha detenido Remiro. A los siete minutos, en un saque de banda, especialidad de la casa, Brais no ha podido presionar a Lo Celso porque ya tenía tarjeta y el Cucho Hernández, sin oposición de Caleta-Car, que se ha quedado plantado como un árbol para ver su ejecución, ha colocado la pelota en la escuadra con violencia.

Un duro golpe al que ha reaccionado rápido la Real, ya que, solo cinco minutos después, Oyarzabal, el más listo de la clase, le ha robado una pelota a Junior y ha dejado solo a Barrenetxea, quien no logra regatear a Pau en su salida, aunque ha mantenido la frialdad para ceder atrás a Brais para que este clavara una buena rosca.

La afición opina: ¿quién ha sido el mejor realista contra el Betis?

A partir del gol, aunque siempre con alternancias en el dominio, la Real ha parecido estar más cerca de ponerse por delante por fin en el marcador en este campeonato. Kubo ha dispuesto de una buena opción, pero no ha llegado ni a rematar; a Fornals se le ha escapado fuera un disparo seco y raso; Barrenetxea se ha topado con un seguro Pau; una prolongación de un córner de Marín la ha repelido con apuros el meta local; Kubo y Marín se han encontrado con piernas de adversarios en su intento de disparo en la misma jugada; Aramburu no ha atinado desde cerca, en otro saque de esquina; y un gran centro de Brais lo ha cabeceado fuera Oyarzabal. La polémica ha llegado en la tarjeta que ha visto Natan en el minuto 39, que debía ser la segunda porque cinco antes, ha cortado una contra de Oyarzabal, pero, al parecer, Busquets ha amonestado a Amrabat cuando la falta la había cometido con claridad el central. Todo muy raro.

Autogol y hundimiento angustioso

En la reanudación ha llegado el autogol de Remiro y la Real se ha venido abajo de una forma angustiosa e incomprensible. Sin reacción ha llegado el tercero de Fornals y han podido ser varios más. 

La situación sí que es caótica una vez más. Y ahora sí, tras una planificación lamentable, muchos empiezan a verle las orejas al lobo. Jokin Aperribay declaró antes de Krasnodar que tenían un buen equipo y pocas semanas después despidió a Jagoba Arrasate. Ahora también repite que cuentan con una gran plantilla, pero... En septiembre, ante su Mallorca, primera final del curso.