Las pérdidas de la Real: cuatro goles en 40 segundos
El cuadro txuri-urdin ha encajado el 1-0 en las cuatro primeras jornadas tras sendos robos del rival. El tiempo global en que los adversarios los han aprovechado apenas supera el medio minuto
La Real Sociedad de Sergio Francisco no está protagonizando un arranque de temporada soñado. Ni mucho menos. Sólo ha sumado dos puntos de los primeros doce que se han puesto en juego en el campeonato de Liga. Y semejante bagaje significa sí o sí ocupar las profundidades de la tabla clasificatoria, una circunstancia nada recomendable tras un verano de cambios e inmerso como está el equipo en el inicio de un nuevo ciclo. La pobre recolecta no significa que los txuri-urdin lo estén haciendo todo mal sobre el terreno de juego: su fútbol ha evolucionado para bien en cuanto a agresividad ofensiva, con nuevos automatismos, movimientos y ubicaciones que vienen desembocando en un mayor número de ocasiones de gol generadas. Sin embargo, el camino andado no aporta excesivos frutos, al verse penalizado por lo mucho que están castigando a la escuadra blanquiazul los contragolpes rivales tras pérdida de balón. Se han celebrado ya cuatro jornadas, y el adversario se ha adelantado en todas aprovechando recuperaciones y rápidas salidas hacia Remiro.
Valencia: de Remiro a Foulquier
La Real había sido mejor que el Valencia en una aseada primera parte por parte de los txuri-urdin. La segunda mitad, mientras, arrancó algo más equilibrada, hasta que el marcador comenzó a agitarse en una acción ofensiva guipuzcoana que terminó en gol local. Los de Sergio Francisco trataron de iniciar un ataque desde Remiro, cuya diagonal hacia Aihen no resultó precisa. El balón le cayó a los pies a Foulquier, quien sirvió a un Raba con tiempo y espacio suficientes para asistir a Diego López. Pasaron sólo nueve segundos desde que el pie derecho del meta conectó con el esférico hasta que este se coló en el arco de Remiro, como consecuencia de una jugada con sus matices. Es cierto que su naturaleza, una salida desde atrás, invitaba a los futbolistas de la Real a abrirse y agrandar distancias para ofrecer soluciones. Pero no se dejaron de echar de menos acosos más agresivos del propio Aihen, Marín y Turrientes a los citados Foulquier y sobre todo Raba.
Espanyol: una contra de libro
La muestra respecto a la buena entrada realista en el partido bastante más reducida en tiempo si hablamos de la segunda jornada, en Anoeta contra el Espanyol, pues apenas duró nueve minutos. El notable fútbol desplegado por los de Sergio Francisco se vio interrumpido con el 0-1 de los pericos, quienes tardaron doce segundos en robarle un balón a Sucic en la zona ancha y lanzar un contragolpe perfecto para el gol de Pere Milla. Roberto Fernández sorprendió al croata con su presión. Turrientes demostró que durante la semana en Zubieta se había hablado mucho de la diana recibida en Mestalla, entrando en falta al espanyolista Dolan. Pero el árbitro aplicó la ley de la ventaja y el equipo se vio de nuevo en desventaja. Erró el propio Sucic con la mencionada pérdida. La primera reacción de sus compañeros no fue mala. Pero emergieron también los méritos del rival para firmar una transición perfecta, una de las suertes que mejor dominan los pericos.
Oviedo: de área a área
La comentada mayor agresividad realista en ataque implica sus riesgos. Sergio Francisco parece hacer hincapié en llegar al área rival con el mayor número posible de futbolistas. Y esto se puede volver en contra del equipo si se producen pérdidas como la de Aihen en el Tartiere ante el oviedista Hassan. Este arrebató el balón al navarro en la frontal del área propia, para recorrer todo el terreno de juego sin que la carrera correctora de Jon Gorrotxategi pudiera frenarle. El centro del extremo local se tradujo en el a la postre definitivo 1-0 de Dendoncker, gol que en el momento en que se produjo no hizo ninguna justicia a lo visto sobre el verde. La Real había dispuesto de ocasiones claras durante la primera media hora del encuentro. Y sin embargo se marchó al descanso con una desventaja que pareció acusar en lo psicológico tras el intermedio. El empate de los txuri-urdin nunca pareció cercano.
Madrid: un pase peligroso
La Real viene acreditando durante el inicio liguero un dinamismo importante entre sus futbolistas en ataque. Resulta especialmente característico del actual equipo txuri-urdin el reparto de espacios entre lateral, interior y extremo en cada uno de los dos costados del campo, existiendo unas ubicaciones predeterminadas que los ocupantes de los tres puestos se reparten sin pudor. Renta en cuanto a las oportunidades generadas, porque evita que los rivales fijen de forma sencilla determinadas marcas y porque supone una novedad en el libreto de la escuadra guipuzcoana. Pero penaliza también en situaciones como la previa al 0-1 del Madrid en Anoeta, una pérdida que cogió a los blanquiazules con Guedes dando amplitud, con Aritz de provisional interior rompiendo entre Huijsen y Carreras, y con Goti con el balón ejerciendo de lateral provisional. El mal pase de este a Igor Zubeldia superó al azkoitiarra y dio pie a la carrera de Mbappé, a quien Caleta-Car tuvo la oportunidad de frenar cometiendo falta. El defensa croata mantuvo la siempre recomendable sangre fría para evitar una expulsión en el minuto once. Aunque una vez más, eso sí, el equipo se vio en desventaja habiendo dispuesto de la posesión sólo siete segundos antes del gol.