Futbolero donde los haya, Xabi Alonso fijó su cita quincenal con el estadio de Anoeta desde que el recinto de Amara fuera inaugurado en verano de 1993. El actual entrenador del Real Madrid, en plena transición entonces entre el equipo de la ikastola Ekintza y la plantilla infantil txiki del Antiguoko, acudía cada dos semanas a su localidad para ver jugar a la Real Sociedad, mientras pasaban las temporadas y su peso en el club celeste crecía a la par que su físico. El tolosarra fue uno de esos chavales a los que les costó dar el estirón. Y, quizás por ello, siempre compitió junto a compañeros de su edad (quinta de 1981) hasta juveniles. Ahí fue cuando, durante su segundo curso en la categoría, brilló en la División de Honor y escogió txuri-urdin antes que rojiblanco.

El propio Antiguoko era club convenido del Athletic. Xabi, sin embargo, apostó por aceptar la oferta de la Real y aquel mismo verano, aún en edad juvenil (le quedaba un año para pasar a senior), recaló en Zubieta para integrar la plantilla del Sanse. El filial blanquiazul, entrenado por Salva Iriarte, militaba en el grupo vasco de Tercera División. Y, por lo tanto, apenas jugaba en Anoeta. El premio de pisar el césped del estadio, en cualquier caso, le llegó muy pronto a Alonso, quien seguro que recibió feliz la noticia de que el Real Sociedad B-Lagun Onak de la segunda jornada liguera se iba a disputar en el campo de los mayores. Fue su bautismo sobre un verde que no vio goles (0-0) y en el que Xabi compartió alineación inicial con un tal Sergio Francisco...

De merengue

El resto de la historia resulta ya mucho más conocido. Xabi debutó con el primer equipo durante ese mismo curso, precisamente en Anoeta en un partido de Copa contra el Logroñés. Y apenas un año después del estreno, previo paso por el Eibar como cedido, ya se estaba metiendo en el bolsillo a un estadio que visitaría luego como rival hasta en cuatro ocasiones, siempre vistiendo la camiseta del Real Madrid. Logró en dichos encuentros un póquer de victorias, éxitos a los que aspira a sumar este sábado un quinto triunfo, ya en calidad de entrenador. Con las botas puestas venció 0-2 (77 minutos) en el partido del Centenario, 1-2 (partido completo) en la campaña 2010-11 justo tras el ascenso txuri-urdin, 0-1 (partido entero) en la Liga 2011-12 cuando Montanier puso el autobús ante el Madrid de Mourinho, y 0-4 (87 minutos) en la temporada 2013-14 que vio a Illarra marcar como merengue en Donostia. Seguro que Alonso agradeció también perderse por molestias el alocado 3-3 de la penúltima jornada de la Liga 2013-14, ya que a su equipo no le iba nada en el envite y la Real se jugaba buena parte de sus opciones de Champions.

GIPUZKOA, MUY PRESENTE EN EL STAFF BLANCO

A Xabi Alonso le aguardan emociones fuertes en su cercana visita a la Real, pero lo mismo sucede con otros dos miembros de su cuerpo técnico, guipuzcoanos ambos. Quizás Luis Llopis (Hernani, 1964) se haya acostumbrado ya a lo que significa viajar a Anoeta, pues lo ha hecho con equipos como el Athletic, el Mallorca, el Levante, el Granada o el mismo Real Madrid. Integró el staff realista entre 2018 y 2021, durante tres temporadas completas, pero a continuación fue repescado por la entidad merengue y acumula ya cuatro cursos adicionales trabajando con Courtois y compañía. Se trata de un preparador de porteros muy reputado en el mundo del fútbol.

Más novedoso resultará visitar Anoeta, mientras, para Beñat Labaien (Bergara, 1987), analista del cuerpo técnico madridista que ya ejerciera este mismo rol en la Real, entre 2018 y 2022. En diciembre de aquel año dejó el club para iniciar una aventura como entrenador en la segunda división japonesa, dirigiendo al Tokushima Vortis. Y después ha integrado los staff de Al-Wakrah (Catar) y Zaragoza, de la mano de Miguel Ángel Ramírez. Este verano, Alonso le reclutó para formar parte de su equipo de trabajo en Madrid.

Este sábado, el tolosarra dirigirá su primer partido de la máxima categoría en Anoeta. Y, curiosamente, lo hará en el banquillo visitante, cuando en 2019 todo parecía encarrilado para que, algún día, la oportunidad le llegase entrenando a la propia Real. Aquel verano, el club txuri-urdin anunció su incorporación como técnico del Sanse por espacio de dos temporadas, hasta 2021. Y la situación en el banquillo del primer equipo, mientras, hablaba de un contrato más corto, el de Imanol Alguacil, que expiraba en 2020. Uno de los grandes logros el técnico oriotarra en el club residiría luego en conseguir mantenerse en el cargo a base de resultados, y evitar así un relevo que en primera instancia parecía llamado a producirse más pronto que tarde. Una Copa, un billete para la Champions y cuatro de Europa League permitieron a Alguacil continuar en Anoeta mientras Alonso, quien también sumó sus éxitos con el Sanse (ascenso a Segunda), abandonó la entidad en 2022 tras consumarse el descenso de los potrillos a Primera RFEF.

Vínculos con Sergio

Tras unos meses sabáticos, Xabi fichó por el Leverkusen para hacer historia en Alemania (una liga, una copa, una supercopa y un subcampeonato de Europa League) y recalar este verano en el Real Madrid, equipo a cuyos mandos regresará a Anoeta este sábado. Su última comparecencia en la banda del estadio donostiarra data del 27 de mayo de 2022, con motivo de un 1-2 ante el Zaragoza que cerró aquella Liga. En esta ocasión, Alonso cambiará de banquillo para medirse a la Real de un Sergio Francisco indirectamente vinculado con la carrera del tolosarra.

Xabi Alonso, en Anoeta durante el Real-Logroñés de Copa que significó su debut con el primer equipo txuri-urdin.

Xabi Alonso, en Anoeta durante el Real-Logroñés de Copa que significó su debut con el primer equipo txuri-urdin. N.G.

Para el empezar, el técnico de Irun, dos años mayor que Xabi, integraba aquella plantilla del Sanse 1999-00 en la que recaló un joven Alonso procedente del Antiguoko. Para continuar, ambos mantuvieron durante tres años, entre 2019 y 2022, la estrecha relación que siempre se les presume a dos técnicos unidos por la filialidad de sus plantillas: uno entrenaba al propio Sanse y otro a la Real C. Y, para cerrar la historia por el momento, los dos se enfrentarán este sábado en una tarde especial. Para el preparador blanquiazul se trata de su primer gran partido en la élite. Para el merengue, del regreso a la que siempre será su casa.