Son muchos los aficionados blanquiazules a los que les ha llamado poderosamente la atención que Darío Ramírez esté jugando en el Sanse cuando se daba por cerrada su salida al Real Madrid. Como publicó este periódico, desde el propio Real Madrid consideraban hecho el fichaje, e incluso no tenía problemas en reconocer que llegaba libre, con un contrato formado por distintas cláusulas en función de objetivos deportivos cumplidos.
Pues bien, a las pocas horas de publicar la noticia y cuando incluso se esperaba que ya no participase en el amistoso que enfrentó al Sanse contra el Unionistas en Salamanca, saltó la sorpresa cuando Jon Ansotegi decidió que entrase en la segunda parte del mismo. Algunos lo entendieron como una medida de presión para intentar rascar algo más de dinero, pero la realidad es que en el calentamiento Arkaitz Marriezkurena había sentido molestias y no había podido participar en el duelo por precaución.
Más sorprendente fue que en el siguiente duelo del Sanse, ante el Stade Rennais el sábado, el de Lanzarote salió de inicio. En el descanso fue sustituido por Agote. Lo cierto es que, tal y como explican desde Madrid con un lacónico, “son cosas que pasan en el fútbol”, la operación se ha torcido y aunque no se descarta que de aquí hasta el final del mercado se puedan restablecer los contactos y rubricarse un acuerdo que reconocían sin tapujos ambos clubes, lo cierto es que Ramírez se ejercita con el Sanse como si fuera a pasarse el año aquí.
Después de completar un buen año en el C y de no contar con la confianza de Sergio Francisco la pasada campaña, a Darío le hacía mucha ilusión recalar en la cantera del Madrid, donde en principio le iban a ubicar en el tercer equipo, es decir en 2ª RFEF. Por el momento tendrá que esperar, ya que su fichaje se encuentra en un periodo de espera sin fecha ni certeza de que tenga caducidad.