Creo que ya lo he comentado alguna vez, pero Take Kubo es una auténtica mina de oro. Incluso para los periodistas, que nos convertimos en beneficiarios subsidiarios. A pesar de que le acompañan una legión de compatriotas incluso hasta a los partidos europeos y que los periodistas guipuzcoanos somos todos unos paquetes, no tenemos ni idea de fútbol, no criticamos para no molestar a los jugadores y hacemos preguntas lamentables en las ruedas de prensa, somos varios los que hemos sido contratados para colaborar con los medios nipones y narrar las aventuras de Take en la Real. Yo escribo un artículo de cada partido que disputa el japonés. No me quejo. Me acuerdo que cuando ya jugaba en el Madrid y apenas concedía entrevistas, un periódico japonés me ofreció una buena pasta por hacerle una a Xabi Alonso y este accedió solo por hacerme el favor. Recuerdos que uno guarda para siempre…
El caso es que los que me contratan publican también una revista y de vez en cuando me piden reportajes sobre la Liga, sin centrarse en la figura de Kubo. La verdad es que son bastante originales en sus propuestas. Hace poco hicieron un reportaje sobre la furia española y una de las preguntas que me plantearon era sí se podía identificar al actual Getafe con esta leyenda. Ya les dije, al equipo de Bordalás quizá se le pueda asociar más con el Estudiantes de La Plata de Bilardo. Y ya, en una relación que podría poner patas arriba al planeta de los ofendiditos, me plantearon si el Athletic era uno de los grandes estandartes de esa furia. Hombre… “No sé, por si acaso no lo digas muy alto, que a mí me da la risa. Creo que tiene que ver con otras señas de identidad y con unas raíces de otro árbol”, me apresuré a explicarles tratando de controlar mi carcajada.
El intermediario que me contrató y traduce todos mis textos es un gran tipo. Serio y poco dado a bromas, pero buena gente, a pesar de que se vuelve loco porque son muy cabezas cuadradas y quiere que le ponga a la perfección los minutos de las ocasiones de Kubo y los protagonistas de sus jugadores, y muchas veces, víctima de mi dispersión, me equivoque.
La Liga desde 1975
Bueno, el caso es que se han propuesto hacer un estudio de la Liga desde 1975, que casualmente es el año en el que nací. Y para analizarlo, como ellos son así, han tenido la idea de escoger a los diez mejores jugadores de cada equipo: “Si puedes y aceptas, a ti te toca hacer la Real, el Athletic y el Celta”. “¿El Celta? ¿Y por qué?”. “Como es el norte también…”. Es que son muy graciosos, cualquiera le explica que Vigo está casi tan lejos como Málaga, pero bueno, valor y al toro.
Como buen profesional, me puse en manos de gente cualificada en la materia, salvo, obvio, en la cuestión de la Real. Pero tuve muchas dudas. Incluso lo estuve analizando con mi amigo Eneko Picavea, que tiene una cabeza privilegiada para el fútbol (como yo a su edad, me gusta decirle, luego ya veremos). Si las notas que pongo en un partido ya levantan ampollas y me llueven cuchillos, me imagino lo que puede ser un top 10 txuri-urdin en su era moderna en la que de verdad han florecido sus grandes estrellas.
Me atrevo con la lista que insisto, se basa solo en su nivel como futbolista mientras abro el correspondiente paraguas: Arconada, Xabi Alonso, Griezmann, Silva, Zamora, Satrústegui, Kovacevic, López Ufarte, Oyarzabal y Nihat. Se quedan fuera jugadores como Bixio, el que más partidos ha jugado en la historia, Kortabarria, Bakero, Kodro, Carlos Vela, Karpin, Zubimendi, Isak, Merino, Odegaard… En fin, que cuando elaboras una lista individual es imposible deshacerse de la sospecha de que estás siendo injusto. Pero qué de buenos futbolistas hemos tenido y lo que nos han hecho disfrutar. Somos muy afortunados.
La era Imanol
Como han podido comprobar, de la era Imanol solo incluyo a dos. Y uno ya no está, que es Silva quien, obviamente, dio mucho más al City y hasta al Valencia que a la Real. De la actual plantilla, aparte del capitán, solo me plantearía incluir al citado Zubimendi. Es decir, hablando en plata y tal y como hemos podido comprobar en las últimas semanas, no tenemos tan buen equipo. Nos hemos pasado descuartizando al Manchester United sin darnos cuenta de lo realmente importante y es que la Real también es un gigante venido a menos. Me parece curioso que incluso después del partido muchos no quieran bajarse de la teoría de que hoy en día los ingleses son un equipo menor cuando, por poner un ejemplo, le han abierto la puerta a Antony que parece Maradona en el Betis (ya le hemos sufrido). Me impresionó su nivel físico, lo grandes y rápidos que eran. Si de verdad algún realista piensa que no supondría una hazaña de leyenda derrotarles en Old Trafford y eliminarles, es que yo me he perdido varios capítulos de toda esta historia.
Lo que más rabia me dio el jueves fue que tuve la sensación del que tropieza en la misma piedra una y otra vez. De un desagradable y evitable déjà vu. Porque después de controlar mucho el desgaste y tratar de dosificar el cansancio, nos hemos presentado en los octavos con un nivel físico muy alejado del que demuestra el rival a pesar de llegar con muchas bajas. En los córners parecía un equipo de la NBA esperando el rebote de un tiro libre y los duelos aéreos un salto entre el actual Victor Wembanyama y el mítico Isaiah Thomas. Somos lo que somos y así lo tenemos que aceptar cuando ya no hay marcha atrás, pero tampoco hemos hecho nada para intentar cambiar. Incluso se nos fue Merino, que aparte de jugar muy bien, era el más poderoso que teníamos y ahora está ejerciendo por emergencia de delantero centro, porque de centrocampista no ha logrado asentarse aún en un gran Arsenal.
Oyarzabal y Óskarsson
Tres días después de conocer que Oyarzabal y Óskarsson pueden jugar juntos e incluso son capaces de fabricar ocasiones, la mayoría pensamos que deberían jugar los dos y nueve más en Old Trafford. El problema es que la última vez que le incidimos sobre esta opción a Imanol, nos sorprendió a todos con una ristra de preguntas: “¿Qué hacemos? ¿Les ponemos a los dos de titulares? Pero ninguno está capacitado para jugar los 120, si tenemos que llegar, ¿jugamos la última media hora sin delanteros? ¿Les reventamos con la posibilidad de que se lesionen, teniendo muchos partidos cada tres días?”.
Se le pasó una cuestión que se la planteo yo: si conocía la situación tras la marcha de Sadiq y la que se avecinaba con un calendario insufrible, ¿por qué no pidió que le trajeran otro delantero? Es evidente que Oyarzabal juega tanto de punta porque a Imanol le gusta tener dos extremos puros y solo queda un puesto para el islandés y él. Y, al menos para el técnico, por ahora no son ni comparables. La sociedad de los 9 que sigue pendiente de formar, que todos hemos visto y demandado, nace con un rejón de muerte al no haber un sustituto para colocar a las dos piezas en su sitio natural.
Hubo otra cosa que me llamó la atención del partido y es que, en el mismo último cuarto de hora en el que sí fueron superiores, los realistas parecían conformarse con el empate e incluso algunos perdieron tiempo sin disimulo. La pena es que el club también hizo lo mismo cuando en enero pudo buscar y encontrar respuestas a las preguntas que ahora se hace. ¡A por ellos!