Me consta que conoce bien al rival europeo de la Real.

El Midtjylland es un club muy especial dentro de Dinamarca, con una manera de pensar muy distinta. Herning, la localidad donde tiene sede el equipo, está en Jutlandia, una zona muy rural y lejana de la capital Copenhague. Nadie pensaba que se podía crear un club así de fuerte en esa región del país, pero ellos lo han conseguido. Les gusta mostrarse muy atrevidos en la toma de decisiones. Son gente con mucha ambición.

¿En qué se basa esa osadía a la hora de gestionar el club?

En muchas cosas. Para empezar, hablamos de una entidad muy estable en lo económico, y que se nutre en lo deportivo de un gran fútbol base. Cuidan mucho la cantera. Pero, al mismo tiempo, apuestan también por fichar futbolistas extranjeros a los que ponen a jugar desde muy jóvenes en el primer equipo, para luego poder venderlos. Enseguida se ven así con chavales de 20-21 años que han acumulado cien partidos en una primera división y su experiencia igualmente en competiciones europeas. Miran mucho a África o a Sudamérica, incorporando perfiles físicos que luego tienen su atractivo en mercados como el inglés, el alemán o el francés. Es su modelo de negocio.

Supongo que ya conocería bien la entidad gracias a su etapa previa dirigiendo a Dinamarca sub-21... Pero en verano de 2022 le llamaron para entrenar al Midtjylland.

Eso es. Se trata de un club que trabaja mucho con estadísticas y con algoritmos, con el llamado big data. Cuando recurrieron a mí, me comentaron que buscaban dar ya un paso adicional, porque creían que habían alcanzado su límite a nivel fútbolístico. Entendían que, si querían progresar en el panorama europeo, tenían que modernizar su estilo, tradicionalmente muy directo. Me ficharon para implantar en el equipo un juego de posesión y de mayor control, y para apostar también por futbolistas con una mayor capacidad técnica. Querían, básicamente, que cambiara la propuesta.

¿Y por qué no se le dieron bien las cosas?

Bueno, a ver, hicimos una gran temporada en la Europa League, empatando en Rotterdam contra el Feyenoord o ganando 5-1 en casa a la Lazio, en un partido, por cierto, que llevó a los italianos a fichar a nuestra estrella Isaksen. Accedimos a las eliminatorias y nos dejó fuera el Sporting de Lisboa.

Entonces lo que le costó el cargo fue la trayectoria liguera...

Sí, en la liga nos fue peor. Teníamos una plantilla corta. Y ya sabes que Europa es una plataforma interesante para cualquier futbolista. Todos estaban a punto los jueves, pero luego los domingos se reservaban o tenían cualquier problema... Llegábamos como llegábamos a cada jornada, por lesiones o porque los propios jugadores tampoco se exprimían. Encima en el mercado de enero se nos fueron los dos máximos goleadores, sin que el club, ni ese invierno ni durante el verano previo, fichara gente que se adecuara al nuevo estilo. Un día me comentaron los dirigentes que las estadísticas estaban empeorando. “No hace falta que me lo digáis ni que me preguntéis. Ya os digo yo por qué está pasando esto”, les contesté... 

¿Fue entonces cuando le cesaron?

Aquel mismo febrero perdimos tres partidos consecutivos en una semana, uno de ellos en la eliminatoria europea contra el Sporting que te citaba ahora. Y justo ahí encarábamos también un cuarto encuentro súper importante para acceder al play-off por el título de la liga danesa. Coincidió ese momento con la llegada al club de un nuevo propietario, y se me trasladó entonces la intención de cambiar radicalmente el estilo futbolístico, para volver al modelo anterior. Respondí que, si querían eso, no estaban ante el entrenador adecuado, así que prescindieron de mí.

¿Cómo le sentó todo aquello?

Cambiar el modelo fubolístico de un equipo y de un club es muy difícil. Se necesita determinación y tener las ideas muy claras. Yo sentí que, en cuanto tuvimos una mala racha de resultados, surgieron las dudas. Cuando inicias un proyecto así, debes ser consciente de que estás ante un proceso de dos o tres años. Y sobre todo hay que apoyar y reforzar siempre el trabajo realizado, por mucho que los resultados no terminen de acompañar. Ahí se ve si realmente te crees lo que estás haciendo. Mi problema en el Midtjylland fue que el club apostó por un modelo en el que no creía. Prefirieron volver a su zona de seguridad.

Thomas Thomasberg, el entrenador que le relevó, sigue en el cargo dos años después.

Con él el Midtjylland practica un fútbol más directo. Intentan poner muchos balones en el área, les gustan los partidos más abiertos, con caos, y en cuanto a jugadores priorizan los perfiles físicos respecto a los técnicos. Prescinden ya de cualquier trabajo táctico para encontrar superioridades y demás. Han vuelto a lo que les había funcionado durante años.

¿Coincidió con muchos integrantes de la actual plantilla?

Sí. Con los laterales Paulinho y Andersson, con un joven Simsir al que hice debutar... Y al central Bech, a quien convocaba en mi época en la sub-21, lo quisimos fichar ya antes de que llegara luego al club. Habrá que ver cómo se adapta ahora el Midtjylland a la ausencia de Emi Martínez (traspasado en enero al Palmeiras), un mediocentro con fuerza, recorrido y calidad. Recuerdo que nosotros lo perdimos durante un tiempo por cuestiones personales y le echamos muchísimo de menos.

Midtjylland-Real. ¿Qué me dice?

Que voy con los dos equipos. Con la Real, porque le tengo muchísima simpatía y porque me gusta su propuesta, de juego y de club. Y con el Midtjylland porque forma parte de mi carrera. Todavía trabaja en la entidad gente a la que aprecio. A partir de ahí, si hablamos de fútbol...

Prefiere a los txuri-urdin.

Es que yo siempre digo que la calidad y el talento se imponen a la larga al juego físico. En 90 minutos puede pasar cualquier cosa. En una eliminatoria a 180 minutos deberían darse ya menos circunstancias raras... Y si pasamos a hablar de una forma más global, yo soy un convencido de que un equipo bien posicionado en el campo, con sus fundamentos tácticos, siempre va a tener más opciones que un rival que lo basa todo en el físico, en el caos y, por qué no decirlo, en la suerte. En el fútbol moderno no vale sólo con correr, poner balones largos y buscar segundas jugadas.

¿Llegó a conocer como adversario a Orri Óskarsson?

No.

¿Y puede decirme algo al menos sobre el salto que significa pasar de la liga danesa a la española?

La gran diferencia es que jugar en la primera danesa resulta mas fácil, porque hay menos exigencia. Allí, cuando un jugador tiene talento, se le apoya, se le mima... Y España, mientras, es competición pura. Óskarsson procede de un entorno en el que los jóvenes juegan muy protegidos. Ahora, mientras, ha llegado a la Real y habrá visto que tiene que demostrar su nivel desde el día uno, porque si no le van a adelantar por la izquierda y por la derecha. Lo más difícil del salto que ha dado reside en gestionar ese cambio de chip. A ver si lo consigue.