“Me han enseñado todo”. Quien así resume su paso por la Real es un canterano como Rubén Pardo, que desde Grecia reflexiona para Relevo lo que supuso en su vida pasar por Donostia. “Los valores de respeto, de llevar una vida ordenada y, sobre todo desde el primer momento en el que pisé San Sebastián, han estado encima de mí y soy lo que soy gracias a ellos, deportiva y personalmente hablando”, reconoce el riojano, que no tiene más que palabras de agradecimiento al club en general y a la afición.
“Siempre que salía a Anoeta o iba por la calle, me animaban”, señala sobre la parroquia realista, de la que guarda un grato recuerdo: “Nunca me ha pasado ir por la calle y que alguien me metiese caña. Ha habido momentos que no jugado ni nada, pero súper bien, la verdad, súper bien”.
Sin desvelar a quién se refiere, en la entrevista con Relevo el actual jugador del Aris de Salónica (Grecia) deja entrever que no todos en la estructura de Zubieta se comportaron como él hubiera deseado: “Falta de confianza de entrenadores y de alguna persona que no es entrenador. Soy un canterano que pasó por todas las categorías de la Real y, en mis últimos años, el cariño que me merecía cuando estaba en mi momento más flojo, no lo tuve de algunas personas”.
“Gente un poco más de alto cargo, Ya te lo puedes imaginar”, evita responder Pardo, que sí excluye de esa afirmación al presidente de la Real, Jokin Aperribay, quien siempre se mostró cercano al centrocampista: “Fue una de las personas que más me ayudó cuando empecé. Le veía muy cercano hacia mí, siempre estaba pendiente de mí, por ejemplo, cando venía a Zubieta a vernos entrenar”.
Su última etapa coincidió con el arranque de Imanol como técnico del primer equipo. Pese a que no contara mucho con el riojano en sus planes, el centrocampista también elogia al técnico oriotarra: “Me tomaba como uno más y eso es de agradecer”.
“Para mí lo que ha hecho Imanol conmigo cuando no he jugado es increíble y me imagino que seguirá haciendo lo mismo con jugadores que no tengan mucha participación, de apoyar, de seguir dándole porque les va a llegar la oportunidad”, asegura Pardo, que considera que esa faceta de un entrenador “es fundamental y en esa época por los chicos que te estoy diciendo pues estaban siempre para apoyar al joven”.
Desde Grecia
Pardo, de 32 años, llegó a Donostia procedente de La Rioja al filo de la mayoría de edad y debutó en Primera en octubre de 2011, después de un gran año con el Sanse. En esa temporada 2011/2012, jugaría ya más partidos con el primer equipo (17; dos de ellos, de Copa) que con el Sanse (16), disciplina que dejaría ya en la 12/13.
Autor de ocho goles en esa andadura de 194 partidos con la Real, Pardo salió de la entidad realista primero como cedido al Betis en enero de 2017 y ya de manera definitiva en enero de 2020 rumbo a Burdeos. El Leganés, primero como cedido y después fichado, y el actual Aris de Salónica han sido los dos equipos del riojano.