Roberto Olabe deja huella en la Real. El director de fútbol se marchará después de 32 fichajes en los seis años que ha estado al frente de la estructura txuri-urdin desde su regreso al club. Lo curioso del caso es que no ha podido incorporar a ningún entrenador para que se colocara al frente del equipo. Cuando aterrizó en el cargo, intentó poner en el banquillo a Rubén de la Barrera, pero Jokin Aperribay ya había dejado claro que prefería que llegara Asier Garitano, que fue quien tomó las riendas del equipo. Imanol se había hecho cargo de un equipo en problemas tras el despido de Eusebio Sacristán y consiguió enderezar la temporada, pero aún así fue degradado a bajar de nuevo al filial. El técnico alavés lo justificó al catalogar al oriotarra como “el mejor especialista en el penúltimo escalón” de la formación. Pero en ningún momento pensó en él para apostar firmemente como entrenador el primer equipo.
Unos discretos resultados y una manifiesta disparidad de criterios en el estilo de juego provocaron la destitución de Asier Garitano en navidades, con la circunstancia de que su elegido, De la Barrera, se había marchado un mes antes. Ahí decidieron volver a contar con Imanol en la famosa presentación de las caras serias bajo los focos de Anoeta. El oriotarra, finalmente, estuvo a punto de meter al equipo en Europa (se quedó a un partido, al perder la que fue una final en Cornellá ante el Espanyol que le permitió sellar su pasaporte).
Olabe también participó activamente en las conversaciones para la contratación de Xabi Alonso para el filial. Y, como el presidente, confiaba en que estaba preparado para dar el salto al primer equipo, pero el éxito de Imanol se lo impidió. Esta campaña ha fichado de manera inesperada a Óscar Fernández para que dirija el C y es colista de su grupo de 2ª RFEF.
Continuidad con el trabajo actual
En lo que respecta a los fichajes de los jugadores, la elección de Erik Bretos, actual responsable de la Unidad de Reclutamiento del área profesional, plasma la continuidad absoluta con el trabajo realizado hasta la fecha. Cabe destacar que el donostiarra ha sido el responsable habitual de ojear los jugadores más interesantes in situ, cuyas propuestas eleva, e iniciar las conversaciones con el protagonista y su entorno. Esto lo demuestra que ha sido habitual escuchar a refuerzos agradecer la aportación de Bretos en sus ruedas de prensa de presentación. Con su ascenso, una apuesta ambiciosa muy en la línea de lo que proclama el presidente realista, Jokin Aperribay, el donostiarra de 35 años afrontará un nuevo escenario, en el que las decisiones más relevantes pasarán por su mano. Los que le conocen destacan que siempre ha tenido “buen ojo”. Y destacan su “discreción, capacidad de observar y dedicación”. Bretos siempre ha tenido muy buena relación con los futbolistas gracias al papel de policía bueno que podía ejercer. Ahora le va a tocar tomar decisiones que le van a costar amistades...