“Soy perfeccionista e insatisfecho, y me gusta pensar en lo que puedo mejorar”
Martin Zubimendi se muestra contento tras la victoria de la Real: "La necesitábamos"
Martin Zubimendi estaba muy contento al término del encuentro de la Real en Belgrado contra Maccabi. El mediocentro intentó con cara de travieso escaquearse de la atención a la prensa, pero cuando se gana el talante de los jugadores en la zona mixta siempre es distinto.
El donostiarra reconocía que el campo no les había ayudado a desplegar su mejor versión: “El campo no estaba bien, pero no es excusa porque era para los dos equipos. Es cierto que quizá a nosotros nos perjudicó un poco más. Tuvimos más pérdidas de balón de lo que solemos acostumbrar”.
Siempre humilde y respetuoso, no quiso catalogar al Maccabi de rival claramente inferior: “No sabría decirlo. Ellos también tuvieron sus ocasiones. Nos acercamos mucho, pero sin llegar a finalizar. Pero ellos también disfrutaron de las suyas”.
Al final incluso sufrieron a pesar de que los israelíes tampoco dispusieron de opciones claras para empatar: “Muchas veces se dice que el 2-0 es el resultado más peligroso. Cuando te meten uno se enganchan y se vienen arriba. Sufrimos algún momento de nerviosismo, pero lo conseguimos sacar adelante”.
La plantilla estaba muy tranquila con Unai Marrero: “Estoy muy contento por Unai. Nosotros sabemos que se deja la piel en el día a día. Es portero muy capacitado que por circunstancias no está teniendo muchas oportunidades. Pero demostró que está capacitado para eso y más”.
Y lamentó que el árbitro anulara el gol a un necesitado y gafado Sadiq: “Una pena porque al final te alegras cuando marcan los delanteros. Ellos viven de esto. Me alegré mucho en el momento, pero mala suerte de que lo anularan”.
La Real se presentaba con urgencias a Belgrado: “Estábamos necesitados. El punto que teníamos no era suficiente y con estos tres puntos creo que ya empezamos a mirar hacia arriba. A ver en qué vagon nos podemos meter”.
Zubimendi no quiso catalogar este viaje y este duelo como un marrón: “No sé si se puede decir que era un marrón. Jugar en Europa con la Real siempre es ilusionante. Fue un encuentro para sumar experiencias”.
El silencio de una grada vacía y desangelada le hizo recordar a sus inicios en el primer equipo en plena pandemia: “Fue extraño y muy diferente. No solo para los jugadores, también para el resto de los presentes. El fútbol sin la afición pierde la esencia, no es fútbol y se ha notó”.
El equipo cada vez está mejor y parece haber cogido por fin la ola buena: “Estamos en una dinámica buena, aunque en Europa no tanto hasta este jueves. Necesitábamos sumar nuestra primera victoria. Las condiciones no eran las idóneas pero al final logramos el objetivo”.
Arranque no tan negativo
Desde dentro no han visto el pobre arranque con la misma visión que desde fuera: “No tan negativo como puede parecer. El nerviosismo venía más de fuera. Yo veía a todos entrenar y estaba contento con los fichajes. Era una cuestión de tiempo que poco a poco vamos a mostrar lo que podemos hacer. Con el paso de los partidos vas apañándote mejor y tranquilizándote, pero el nerviosismo viene bien para activarte un poco también”.
El equipo se siente capaz de estar al mismo nivel o incluso por encima de años anteriores: “Somos ambiciosos y al final queremos mejorar siempre lo que hemos hecho en años anteriores. En los últimos cinco cursos no hemos logrado superar ninguna eliminatoria por lo que creo que el objetivo está claro: llegar más lejos en Europa. Queremos más, solo miramos hacia adelante y no nos paramos a pensar en lo que hemos hecho. Ya llegará el día en el que lo haga. Espero que sea dentro de mucho todavía”.
El de Ulia sueña con metas altas: “Yo firmaría una final vasca en Europa. De momento nos fue bien en la de la Copa del Rey así que sí repitiría”.
Zubimendi crece
En el plano personal, Zubimendi no deja de crecer: “La carga de minutos va para arriba y contento porque significa que estoy jugando y que el míster confía mucho en mí. Yo no me preocupo por jugar tanto. Me gusta el fútbol, me gusta jugar, cada partido en el que la cabeza se enchufa el cansancio pasa a otro lado. De momento estoy aguantando bien”.
Lo que no admite discusión es que ya ha entrado en otra dimensión: “No sé si estoy en otra dimensión. No me paro a pensar. Al final soy alguien muy perfeccionista. Me gusta cuidar todos los detalles y me gusta pensar en qué puedo mejorar. Soy un poco insatisfecho en ese sentido. A veces me pasa que normalizo todo y no me paro a pensar de lo bonito que está siendo todo. Cuando estoy con amigos y empiezo a repasar la trayectoria le doy mucho valor. Hablamos un poco del tema y está claro que es agradable también”.
Zubimendi volvió a esbozar su mejor sonrisa cuando le preguntaron por lo que tenía que mejorar: “Eso me lo quedo para mí”. Genio y figura el regista de la Real.