Solo tres días de completar una polémica actuación en Anoeta, con motivo del partido entre la Real Sociedad y el Real Madrid, el árbitro español Juan Martínez Munuera tuvo que ser corregido hasta en cuatro ocasiones por el VAR. Sucedió este martes durante el Bayern-Dinamo Zagreb de la Champions League, disputado en Múnich. Al colegiado valenciano se le escaparon dos penaltis cometidos en el área croata y le bailaron también dos fueras de juego decisivos: uno que no decretó y que sí lo era, y otro que no existía pero sí señaló.

Todo comenzó durante el tramo inicial del partido, cuando el local Pavlovic fue objeto de un claro penalti que Martínez Munuera no señaló. La jugada continuó y se saldó, apenas quince segundos después de la infracción, con un gol de Gnabry en fuera de juego. El árbitro concedió el tanto, pero tuvo que ser avisado desde la sala de videoarbitraje por De Burgos Bengoetxea. La diana no podía subir al marcador, ya que su autor se encontraba en situación antirreglamentaria. Así, procedía rebobinar hasta la acción hasta el posible penalti, una falta del área que Martínez Munuera comprobó que sí se había dado. Kane hizo así el 1-0 desde los once metros.

Gol legal anulado

Solo 14 minutos después, en el 33, llegó el 2-0 del Bayern, obra de Guerreiro. El propio Gnabry envió un centro a la frontal del área con dirección a Musiala, cuya dejada conectó con una gran volea el futbolista portugués. A instancias de su asistente y hermano Miguel (todo queda en familia), Martínez Munuera anuló inicialmente la diana por fuera de juego previo en el centro a Musiala. Las imágenes demostraron, sin embargo, que el mediapunta alemán partió de una posición claramente reglamentaria, en torno a un metro por detrás de la línea marcada por el último defensa. El gol subió al marcador tras nueva intervención del VAR.

Los hermanos Martínez Munuera, Miguel (aistente, a la izquierda) y Juan (árbitro, a la derecha). RFEF

Más comprensible y menos flagrante resultó el error de Martínez Munuera a la hora de no decretar de inicio, ya en la segunda parte, el penalti que significó el momentáneo 6-2 para los bávaros (el partido acabó 9-2). La jugada en cuestión deparó una mano dentro del área de un defensor del Dinamo Zagreb cuyo cuerpo venía a tapar al colegiado, de ahí que no pudiera ver bien la infracción. Tras un nuevo paso por la pantalla del VAR, el trencilla valenciano señaló la pena máxima en una noche para olvidar en materia arbitral.