Se han marchado dos puntales como Le Normand y Merino. Los primeros partidos de la temporada no se han saldado con los resultados esperados. Y de repente el Real Madrid se planta en Anoeta para examinar a una Real Sociedad de inicio dubitativo. Las circunstancias no parecen las mejores para adquirir este sábado (21.00 horas) velocidad de crucero para la nueva temporada. Sin embargo, el precedente de 2014 (victoria 4-2), dentro de un contexto similar al actual, sirve para cargar las pilas de optimismo ante esta quinta jornada liguera.
Recordemos lo sucedido entonces. Acababa de concluir un verano complicado, que implicó las salidas del club de Claudio Bravo (Barcelona) y Antoine Griezmann (Atlético de Madrid). A dichas marchas cabía unir además la de Asier Illarramendi (fichó por el Real Madrid un año antes). Y las lesiones también quisieron unirse a la fiesta: Carlos Vela se pasó toda la pretemporada en el dique seco por una fascitis plantar, y el recién llegado Gero Rulli se rompió en su debut. El clima de depresión en el entorno txuri-urdin se vio agudizado con la derrota ante el Eibar en Ipurua (1-0 en la primera jornada) y con la temprana eliminación europea a manos del Krasnodar, solo cuatro días después del revés en el derbi guipuzcoano. Aún estábamos en agosto (día 31) y la figura de Jagoba Arrasate ya era cuestionada...
La remontada
Así llegó el Real Madrid a Donostia, con motivo de la segunda jornada. Y lo cierto es que la situación se puso más fea aún cuando, en el minuto 11 del encuentro, los blancos ya ganaban 0-2 gracias a los goles de Sergio Ramos y Gareth Bale. Afortunadamente, el cuadro txuri-urdin empató antes del descanso con dianas de Iñigo Martínez y David Zurutuza. Y la remontada fue culiminada en la segunda mitad, con otro tanto de Zurutuza y la sentencia de Carlos Vela. Aunque la situación deportiva de la Real volvería a torcerse durante las semanas posteriores, la importante victoria ante el propio Madrid sirivió para enderezar el rumbo después de un mal arranque, precisamente lo que buscan hacer los de Imanol Alguacil este sábado.
Las comparaciones siempre resultan odiosas. Y, obviamente, existen importantes diferencias entre lo vivido en 2014 y las circunstancias actuales. Sin embargo, también se dan similitudes, como las complicaciones de un mercado marcado por la salida de dos baluartes (Merino y Le Normand), o el discreto comienzo de una Real que solo ha sumado cuatro de los primeros doce puntos puestos en juego.
Puestas a continuar con los paralelismos, existen otros adicionales y más anecdóticos, que también conviene citar. Aquel Real Madrid que perdió 4-2 en Anoeta el 31 de agosto de 2014 tenía como entrenador a Carlo Ancelotti, técnico actual de los merengues. El partido en cuestión fue arbitrado por Juan Martínez Munuera, quien también dirigirá la contienda de este sábado. La Real acababa de fichar un delantero islandés, Finnbogason, cuando ahora hace dos semanas contrató a Oskarsson. Y el cuadro blanco llegó igualmente a Donostia como flamante campeón de Europa, entonces tras ganar la final contra el Atlético de Madrid en Lisboa.
Al propio Martínez Munuera, por cierto, se le reclamó una mano de Carlos Vela en el control previo al cuarto gol. No existía aún el VAR, por lo que la diana subió al marcador sin incertidumbre alguna y pudo ser festejada por una afición exultante que se llevó una de las grandes alegrías de la campaña. El curso 2014-15 resultó negativo para los txuri-urdin, pero al menos vio hincar la rodilla en Anoeta a los tres llamados grandes, con tres entrenadores diferentes en el banquillo. Jagoba Arrasate dirigió la victoria ante el Real Madrid. La dupla Asier Santana-Imanol Alguacil, el 2-1 al Atlético de Madrid. Y David Moyes fue el técnico en el 1-0 endosado al Barcelona.