La Real Sociedad rendirá un emotivo homenaje a uno de los artistas donostiarras más reconocidos a nivel mundial, Eduardo Chillida, en su enfrentamiento ante el Real Madrid del próximo sábado.
Coincidiendo con el centenario del nacimiento del escultor, el club donostiarra lucirá una camiseta especial de edición limitada, haciendo un guiño a la profunda conexión entre arte y deporte.
Ya a la venta
Hoy, día 11 de septiembre, a partir de las 11:30 horas se pondrá a la venta, tanto en las tiendas físicas como en la tienda online, una edición limitada (2.000 unidades) de la camiseta conmemorativa con la que se jugará el sábado para homenajear a Eduardo Chillida. La elástica incluye la reproducción de una de sus obras en papel, Abiagune II (2001), además del logo conmemorativo del centenario y su lema “Lugar de encuentro".
Además de la camiseta, la Real lanzó a comienzos de año un balón conmemorativo y una bufanda, coincidiendo con la efeméride del nacimiento. Estos productos de merchandising están disponibles en la tienda física y online del equipo, así como en la tienda del museo Chillida Leku.
En los prolegómenos del partido, que coincide con el mes en el que Eduardo Chillida debutó como portero de la Real Sociedad —el 27 de septiembre de 1942—, el hijo del artista y presidente de la Fundación Eduardo Chillida - Pilar Belzunce, Luis Chillida, realizará el saque de honor con el balón conmemorativo que el club txuri urdin ha diseñado para la ocasión. Además de un lanzamiento de balones a la afición, en la antesala del partido se proyectará en las pantallas del Reale Arena un vídeo homenaje al escultor, haciendo referencia a la importancia que el fútbol tuvo en el desarrollo de su carrera como artista. “El fútbol y el arte son dos mundos, aparentemente antagónicos, que se unen en la confluencia del espacio, la forma y el movimiento”, señala Luis Chillida.
De futbolista a artista
Eduardo Chillida (Donostia, 1924) debutó en 1942 como portero en el club donostiarra, cuando el club txuri-urdin jugaba en Segunda División. Jugó tan solo 11 partidos ligueros con la Real dado que, a los 19 años, sufrió una lesión grave de rodilla que le obligaría a retirarse de los terrenos de juego.
Su nivel futbolístico le llevó a lograr el ascenso con el club guipuzcoano y que clubes como el Real Madrid y el F.C Barcelona se fijaran en él.
Sin embargo, Chillida decidió retirarse del fútbol y mudarse a Madrid a estudiar arquitectura en el Círculo de Bellas Artes en 1947. Por decisión propia, esta aventura también acabó de forma prematura y se enfocó en el dibujo y la escultura, campo donde, hoy en día, es reconocido a nivel mundial.
Sus premios
Logró el Graham Foundation Award en Chicago y el Gran Premio Internacional de Escultura en la Bienal de Venecia en 1958 y, un año después, el premio Kandinsky en 1960.
En el año 1984 recibe el Grand Prix des Arts et Letres de París. Tres años después, en 1987, le otorgaron el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y, más adelante, el Premio Imperial Japonés, en 1991.
Ha llegado a exhibirse en más de 500 muestras individuales y en lugares emblemáticos como el Guggenheim de Nueva York, el Palacio de Cristal de Madrid y el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
En la última parte de su vida, el propio Chillida constituyó el museo Chillida-Leku, en el caserío de Zabalaga, en Hernani.
Con sus manos de nuevo como protagonistas, se convirtió uno de los de los escultores guipuzcoanos más reconocidos a nivel mundial.