En la tercera y última parte de la entrevista, el realista Álvaro Odriozola entra al detalle de los nombres propios de la temporada de la Real Sociedad, empezando por su entrenador.

¿Cómo ve a Imanol?

El patrón. Es igualito que cuando me entrenaba en el Sanse. Es muy probable que sin Imanol yo no sería futbolista. Siempre jugaba de extremo y fue él el que me puso de lateral, el que vio mi potencial y esa posición es la que me ha abierto hueco en la elite. De extremo no sé si hubiese tenido la calidad suficiente. Y me encantó volver y que no hubiese cambiado ni un ápice, que creo que es un valor que tiene él todo lo que trabaja como entrenador, y es una persona maravillosa. Es verdad que hay momentos que quieres matarlo porque te aprieta, te grita, pero siempre le agradeceré que me exija, me encanta, me pone cachondo y sabe cómo hacerlo. Espectacular.

Dicen que no le quería...

Me consta que fue él el que empujó para que se hiciera este año. Todo que agradecerle porque me conoce perfectamente y porque es el que más ha hecho para que yo esté aquí. 

¿Y el boom de laterales derechos?

Parece que hay un molde en Zubieta. Zubieta tiene el molde de muchas posiciones, se hace un trabajo grandísimo. Yo soy jugador de fútbol y lo de las posiciones es relativo. A mí al principio no me gustaba, pero soy un lateral con espíritu de extremo. 

¿Con qué se que queda de Traoré?

Su intensidad.

Aritz.

Su tenacidad.

Aramburu.

Su defensa del uno para uno.

Rupérez.

Su proyección.

Sola.

Su velocidad y capacidad del uno para uno.

“A mí al principio no me gustaba retrasar mi posición porque intervenía en los goles; soy un lateral con espíritu de extremo”

La final de la Europa League se juega en Bilbao... ¿Un sueño?

Nuestro sueño es ganar la Europa League, hacerlo en Bilbao aún más. Sería la hostia, ¿verdad?

¿Y volver a la Champions?

Tiene que ser un objetivo claro. Como todos hemos disfrutado este año es la bomba y volver a hacerlo sería la hostia. 

¿Ha cambiado el club?

La esencia es la misma, además me hizo especial ilusión ver la misma gente, los utilleros, la gente del staff, Ramón, que es el hombre que más horas ha metido en Zubieta; el encargado de mantenimiento; Alejandro el limpiacristales… La esencia es la misma pero la ambición es otra. Y en ese aspecto Olabe tiene mucho que ver. Esa ambición y exigencia máxima para que todo sea nivel Champions las ha traído Roberto. Y eso es lo que ha cambiado de verdad. La Real es un club maravilloso, con gente currante que viene con el sueño de llevar a la Real a lo más alto, pero ahora además con esa exigencia de estar en lo más alto, que creo que es lo que ha cambiado en los últimos cinco años. 

Zubimendi, Le Normand, Merino... ¿Cuántos siguen aquí?

¿Sabes qué pasa?, que aunque venga del mundo de los caballos no apuesto nunca (risas). Mi feeling es que van a estar con nosotros porque son jugadores importantísimos, están muy bien valorados por el club, sus compañeros, por la afición, aquí son felices y no sabes si fuera van a ser felices. Yo no les voy a decir nada, no tengo nada que decirles, no soy nadie. Si me piden consejo, se lo daré.