Levantarse tras recibir un golpe nunca resulta sencillo, pero si de algo puede presumir la actual Real Sociedad es de capacidad para dejar atrás cualquier tipo de revés y seguir su camino en el campeonato de Liga. Derrotas dolorosas, eliminaciones en Copa y en Europa... Durante el último lustro, el cuadro txuri-urdin siempre ha sabido gestionar los disgustos y mirar hacia delante, pero también convenimos todos en que lo del martes en Anoeta con el Mallorca ha supuesto, muy probablemente, el varapalo más duro de todos los encajados. Se trata ahora de dar continuidad a lo ya acreditado, por mucho que el dolor de hace solo cuatro días fuera mayúsculo, y de iniciar compitiendo en Sevilla esta nueva vida sin La Cartuja de por medio.
Porque sí, aún queda la Champions, tal y como se encargó de recordar Imanol ayer mismo. Y el próximo martes en Anoeta tocará apretar para intentar superar al PSG, obviamente. Pero el escenario que se le abre a la Real, con la Copa fuera de su horizonte, multiplica la luz del foco liguero, que alumbra un posible quinto billete europeo consecutivo. Conseguirlo significaría un hito histórico para el club. Y, a expensas de lo que suceda en ese Mallorca-Athletic el 6 de abril, la situación parece bien encarrilada, por mucho que logros del pasado (la cuarta plaza que da acceso a la Champions) parezcan ya difíciles de alcanzar este curso.
La expedición realista a Sevilla viajó ayer a última hora de la tarde sin cinco bajas confirmadas y con incógnitas relativas a varios de los futbolistas que compitieron el martes en Anoeta. Se pierden con total seguridad el encuentro en el Sánchez-Pizjuán Álvaro Odriozola, Aihen Muñoz, Aritz Elustondo, Carlos Fernández y Ander Barrenetxea. El defensa de Beasain y el extremo donostiarra podrían llegar al duelo de Champions... Pero antes toca afrontar un partido liguero en el que se prevén cambios. Traoré, Zubeldia, Galán, Merino, André Silva e incluso un Zubimendi muy saturado de minutos podrían caer de la alineación, en beneficio de los Aramburu, Pacheco, Tierney, Turrientes, Sadiq y compañía. Alguacil adelantó ayer que habrá variaciones, y que Oyarzabal y Becker no entrarán en el once tras jugar en la Copa (prórroga incluida) más tiempo del que les habría correspondido.
Un Sevilla en recuperación
Enfrente espera un Sevilla que por segunda temporada consecutiva ha visto muy de cerca los puestos de descenso, pero que empieza ya a respirar tranquilo, de la mano de Quique Sánchez Flores. Con una zaga de cinco como punto de partida, el técnico ha enderezado el rumbo de una nave que tampoco es que ande sobrada de juego y de fútbol, pero que se ha recuperado últimamente desde alineaciones de circunstancias.
Y es que la enfermería del cuadro andaluz ha estado muy frecuentada en las semanas más recientes, pero poco a poco se vacía tras las recuperaciones estos días de Gudelj, Lamela y Lukebakio, el último quizás algo verde aún. Estas novedades no apuntan todavía a un once del que caen por sanción Ocampos y Sow y en el que ingresarían Pedrosa y Hannibal.