Suele ser muy poco habitual que un futbolista de la Real salga al paso de alguna polémica que rodea al equipo. El partido de Mallorca dejó un amplio remolino entre el conjunto bermellón y el colegiado encargado de arbitrar el choque, Pablo González Fuertes, y que afecta de manera indirecta a la Real.

Tanto que en pleno final del partido, en el que Mikel Merino terminó dando el triunfo por 1-2 al equipo de Imanol Alguacil, el centrocampista blanquiazul fue objeto de la ira local al malinterpretar su celebración habitual. Un gesto en L con el dedo índice y el pulgar de su mano derecha, y que parte de la parroquia balear interpretó como si les hubiera mandado callar.

Lejos de avivar el fuego, Mikel Merino ha publicado un tuit en X y un story en Instagram (un formato de publicación de 24 horas de caducidad) en el que en primer lugar ensalza "el respeto y el saber estar durante todo el partido" que mostró la grada rojilla.

En este sentido, Merino asegura que "no tenía ningún motivo para hacer ningún gesto" en contra de la afición del Mallorca, y que fue "una celebración que hago cada vez que anoto un tanto, besándome el dedo en forma de L dedicado a mi pareja".

Por último, el realista lamenta "que haya personas que lo hayan interpretado erróneamente".