No deja de ser paradójica la trayectoria de la Real en las últimas semanas. Son muchos los que consideran que las bajas de Traoré y de Kubo están siendo determinantes para el bajón que ha experimentado el equipo, pero los resultados no lo corroboran. Quizá lo que ha bajado es el nivel futbolístico y que el juego se está alejando de lo que es la idea y la propuesta de Imanol. Eso ya admite poca discusión, aunque en cuestión de registros y, a pesar del angustioso estado físico de la plantilla, la Real ha solventado con nota una muy dura cuesta de enero.

La última acción de Kubo antes de marcharse con su selección fue el disparo que escupió el larguero segundos antes de que Zubimendi empatara in extremis un partido que se debió saldar sí o sí con victoria. El japonés había decidido echarse el equipo a sus espaldas después de que Remiro fuese expulsado al cortar un balón con la mano fuera del área. Todo el mundo coincidía en que la vida sin Take Kubo iba a ser muy dura para un conjunto acostumbrado a que la punta de la derecha de su tridente fuese su referencia y la que marcara las diferencias.

Los números son tozudos y no engañan. Desde el encuentro que disputó ante el Sazlburgo el 29 de noviembre y que acabó 0-0, la Real con Traore y Kubo a disposición de Imanol encadenó ocho encuentros sin derrota, de los que sólo pudo sacar adelante dos: el angustioso 0-1 en Andratx y el contundente 0-3 en Vila-real. Es decir, también le estaba costando sacar sus encuentros adelante pese a que se incluye el maravilloso 0-0 en Milán, que le permitió asegurar la primera plaza de su exigente grupo de la Champions, pero también el 1-1 de Pamplona ante un Osasuna encogido, el 0-0 en Cádiz ante un rival muy inferior o el accidentado 1-1 frente al Alavés. 

Lo que se anunciaba como una preocupante e inquietante cuesta de enero por las bajas y por el, como se ha podido comprobar, agotamiento masivo del plantel, se ha culminado con un balance de cuatro victorias, tres de ellas en la Copa, que han permitido al equipo alcanzar las semifinales, dos empates en malas actuaciones frente al Alavés y Rayo y una dolorosa derrota ante el Athletic. Es cierto que los blanquiazules se encuentran muy lejos de su versión más espléndida y arrolladora que ha demostrado esta temporada, pero también lo es que, a falta de energía e inspiración, ha levantado un auténtico muro de hormigón delante de su portería que le ha permitido mantenerse a flote. De los últimos catorce encuentros de competición, la Real ha conservado su portería a cero en diez ocasiones. Un dato impresionante que deja muy a las claras la fiabilidad y la consistencia del bloque defensivo txuri-urdin.

El problema es que, aparte de la baja de Kubo, que evidentemente se nota por su capacidad para desequilibrar, al ser el más imprevisible, ha habido que añadir la de Barrenetxea cuando todos los focos estaban puestos en él para asumir la misma función. La precipitada salida de Momo Cho ha obligado al club a mover ficha con mucha rapidez con la llegada de Becker, que causó una grata impresión en el partido de Vigo, con un gol incluido. Lástima que tampoco pudiese competir en el encuentro ante el Rayo.

Después de toda la temporada sin apenas modificar el 4-3-3 que implantó desde que asumió la dirección del primer equipo y, aunque es cierto que sí lo ha retocado en varias ocasiones durante el desarrollo de varios encuentros, Imanol ha solucionado la falta de puñales por la banda recurriendo al 4-4-2 y al 5-3-2 que también empleó frente a los vallecanos para tratar de que los dos carrileros profundizaran por sus respectivos flancos.

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En definitiva, Imanol no para de buscar y, por lo que se ve, encontrar soluciones para frenar la caída física de la plantilla. Arranca febrero y su cuesta aún es más empinada...

La cuesta de enero

Partidos de Liga

Real-Alavés 1-1

Athletic-Real 2-1

Celta-Real 0-1

Real-Rayo 0-0

Partidos de Copa

Málaga-Real 0-1

Osasuna-Real 0-2

Celta-Real 1-2

La cifra

14 

duelos, de 18, va a jugar la Real fuera entre diciembre, enero y febrero.