Simone Inzaghi, técnico del Inter de Milán, tiene 47 años y una carrera relativamente corta en los banquillos. Asumió las riendas del primer equipo de la Lazio durante el verano de 2016, e inició entonces una trayectoria como entrenador exitosa hasta la fecha. El de Piacenza ha sumado ya varios títulos, siete, pero en su sala de trofeos solo están representados dos torneos: la Supercopa de Italia (ganada en cuatro ocasiones) y la Copa de Italia (vencida en tres). Se le nota ahora al preparador nerazzurro que quiere sumar una Serie A. Se le nota mucho, principalmente, en lo que se refiere a sus alineaciones del presente curso.

Por plantilla y por potencial de proyecto, el Inter es actualmente el mejor equipo de Italia, y como tal necesita ganar ligas. La última que conquistó data de la campaña 2020-21, todavía con Antonio Conte en el banquillo y justo antes de que se produjera el cambio de técnico, aquel mismo verano. Desde entonces, Simone Inzaghi ha visto impotente cómo Milan y Nápoles se han alzado con sendos Scudettos. Y por mucho que a sus órdenes el equipo completara el pasado curso una excepcional Champions League, subcampeón al perder sin merecerlo la final contra el Manchester City, el preparador interista viene priorizando esta campaña la regularidad de los domingos respecto a las estrellas de los martes y los miércoles. Semejante gestión, de momento, no le ha ido nada mal.

Cuestión de onces

Para sacar semejantes conclusiones, atendemos sobre todo a los onces que Inzaghi ha ido alineando durante la temporada. Asumamos que la pareja Lautaro-Thuram en la delantera resulta capital para el técnico. Detectemos también en el trío medular que forman Calhanoglu, Barella y Mkhitaryan un fiable indicativo de lo en serio que se toma el míster el partido en cuestión. Y veamos igualmente en los carrileros Dumfries y Dimarco la pareja favorita del entrenador para las alas. A partir de ahí, con una zaga de tres más variable gracias a los números recursos existentes, queda bastante claro que este Inter viene poniendo el foco en no perder comba en la lucha liguera con la Juventus. La Vecchia Signora, no lo olvidemos, no compite esta campaña en Europa, una ventaja sustancial en la lucha doméstica. El rival txuri-urdin, sin embargo, no está dispuesto a ver volar otro Scudetto.

Las alineaciones del Inter durante la presente Champions League.

Las alineaciones del Inter durante la presente Champions League.

¿Y la Champions qué? No, Inzaghi no la tira. Pero digamos que en Europa se muestra mucho más selectivo con los esfuerzos de sus futbolistas. Después de presentar en Anoeta una alineación alternativa (sin Acerbi, Darmian, Dimarco ni Thuram), el técnico interista pareció querer asegurar la victoria en casa contra el Benfica (segunda jornada), en lo más parecido al once de gala que ha presentado este curso en el continente. Después, ante Red Bull Salzburgo (sobre todo en Austria) y en Lisboa, dio rienda suelta a las rotaciones, de forma prácticamente extrema en Da Luz, para certificar el pase a octavos y jugarse la primera plaza este martes en el Giuseppe Meazza. ¿Con qué formación lo hará? Pues, pese a la relevancia del duelo, con un equipo bastante retocado respecto a la liga, tal y como apuntaban ayer los medios italianos. El domingo a las 20.45 horas espera la Lazio en el Olímpico de Roma, quizás el motivo por el que Inzaghi sentaría hoy junto a él a Bastoni, Barella y Lautaro Martínez.

Una máquina engrasada

El propio Lautaro, preguntado este pasado sábado tras la victoria en casa contra el Udinese (4-0), se felicitaba por haber alcanzado en semejante tesitura el momento actual de la temporada: líderes en la Serie A y clasificados para los octavos de la Champions. El argentino atribuía esta positiva trayectoria a Simone Inzaghi, por haber engrasado una maquinaria que no se resiente con los cambios de piezas. Varían los futbolistas de encuentro a encuentro, pero no lo hace ese innegociable 3-5-2, dinámico a más no poder y en el que solo se respetan las demarcaciones como punto de partida: cuando el balón echa a rodar, todo salta luego por los aires, dentro de un desorden muy ordenado. Se entrenan los mecanismos de salida de balón, de ataque posicional y de presiones más altas o más bajas. Juegue quien juegue, todo aquel que pisa el verde ejecuta después lo trabajado.

El modelo de juego resulta claro, una circunstancia que facilita muchísimo las cosas a Piero Ausilio, el director deportivo. Hablamos de un club de propiedad china, con cierto músculo financiero, pero que se las arregla en los mercados para fichar bien, con criterio, bonito y relativamente barato. Sommer, Pavard, Bisseck, Thuram, Carlos Augusto... Son futbolistas llegados al equipo este pasado verano y que parecen nacidos para jugar en el Inter actual. Entre todos han ayudado a generar una plantilla profunda y de plena confianza para un entrenador que quiere por fin su Scudetto sin descuidar Champions... ni Copa. El martes 20 debuta en el torneo del K.O. contra el Bolonia