Lisboa. Instalaciones del Benfica. Llueve a mares. Minuto 95. UEFA Youth League. La Real pierde 2-1 después de quedarse con diez al filo del descanso y de sufrir una segunda expulsión en el 55, con más de media hora por delante. El gol de la victoria local se ha demorado hasta hace bien poquito. Y los txuri-urdin siguen insistiendo en busca del empate, con ocho futbolistas y medio sobre el campo. El central Iker Ropero, tieso y con calambres, ejerce de punta y corre a la presión totalmente cojo, en una imagen que ejemplifica por sí sola todo el trabajo previo de sus quince compañeros. Sí, perdieron los blanquiazules este martes en Portugal, pero demostraron allí que, en esto del fútbol, incluso las derrotas tienen la capacidad de emocionar. Esto también es Real Sociedad.

El comienzo del encuentro no había resultado precisamente alentador. El técnico realista, Mikel Llorente, apostó para la ocasión por un 5-4-1 cuya medular dibujaba un rombo en fase defensiva, presionando el mediapunta Orobengoa al pivote benfiquista y saliendo fuera los interiores Arruti y Ramírez para apretar al lateral que recibía. El dibujo txuri-urdin tapaba todas las vías interiores, pero concedía el pase de los locales a sus habilidosos extremos, Silva y Lima, quienes encaraban en uno contra uno a Nores y Olarra. Estos sufrieron una barbaridad durante quince minutos eternos, fiesta a la que se quiso sumar el árbitro ignorando un posible penalti sobre el propio Olarra y señalando luego uno muy controvertido del meta Folgado al benfiquista Rego.

Mejor plantados

Afortunadamente, la jugada significó una especie de punto de inflexión en el encuentro, porque el propio Folgado detuvo el lanzamiento desde los once metros del hermanísimo Hugo Félix, familia del culé João, y a partir de entonces cambiaron muchas cosas. Cambió, para empezar, que la Real se adelantó aprovechando un libre directo de Arruti, cuyo disparo se coló en la portería del dubitativo Velickovic. Y cambió también que, superada la tormenta inicial y con ventaja en el marcador, el entrenador blanquiazul ajustó a los suyos en fase defensiva, enviando a Orobengoa a cerrar en izquierda y disponiendo ya en línea su media de cuatro futbolistas. Así, la temible vía exterior lisboeta parecía mejor taponada.

Fue una lástima que la Real, algo más desprotegida por dentro actuando de este modo, recibiera rápido el empate, precisamente tras una conexión interior de su rival con el citado Hugo Félix. Sin embargo, el movimiento de pizarra le vino bien al equipo, hasta el punto de que se asentó sobre el césped, equilibró el juego y tuvo incluso atrevimiento para lanzarse a presiones altas cada vez más agresivas. El encuentro se acercaba así muy igualado al descanso, momento que, desafortunadamente, los txuri-urdin alcanzaron en inferioridad numérica tras la expulsión, ya en el descuento, del central derecho Segurola. En un principio, la roja directa pareció una auténtica exageración, pero las repeticiones televisivas mostraron luego al zaguero impactando de lleno con toda la planta de la bota en el gemelo del delantero rival. Expulsión aceptable, con el asterisco, eso sí, del importante tufillo casero que venía desprendiendo el árbitro neerlandés desde el primer minuto de partido.

Mucho trabajo

Durante los apenas segundos que se jugaron hasta el intermedio, la Real dibujó un 5-3-1 con el que podían reproducirse los problemas del inicio, así que en el vestuario Mikel Llorente cambió a un 4-4-1 cuya razón de ser consistía en defender cada ala con dos futbolistas. A partir de ahí, el partido tuvo ya poco de táctico por parte txuri-urdin, y sí mucho de solidaridad, trabajo, entrega y despliegue, todo junto. Pudo adelantarse el Benfica bien pronto mediante un barullo en área visitante con varios rebotes, incluido uno en el poste, justo antes de que el encuentro se les pusiera definitivamente de cara a los lisboetas mediante la expulsión de Folgado. Salió fuera del área a abortar un contragolpe rival, el delantero llegó antes que él y el meta blanquiazul se lo llevó por delante. Otra roja y a remar todavía más, ya con un dibujo 4-3-1.

Lo que en primera instancia parecía imposible, aguantar así durante 35 minutos largos, comenzó a vislumbrarse luego como una posibilidad real, conforme pasaba el tiempo y el gol no llegaba. Velarde, el portero suplente, salió al campo con la capa de súper héroe y se marcó tres intervenciones de mucho mérito. La Real tuvo incluso la posibilidad de estirarse (impagable el trabajazo en punta de Mariezkurrena) y se acercó al gol en una internada por la izquierda de Orobengoa, cuyo centro no encontró rematador. Y después, paradójicamente, al propio Velarde le terminaron metiendo el balón a priori más sencillo, un disparo fuerte pero muy esquinado de Rafael Luis, quien supo detectar la puerta que se le abría a su equipo cuando un lateral rival (Olarra aquí) salía a banda a por su extremo. 

Restaba aún casi un cuarto de hora, tramo durante el que los guipuzcoanos llevaron a uno de los gallos de la competición a perder tiempo y a temer por el resultado. A Astiazaran se le marchó ligeramente alto un disparo en buena posición, antes de que se consumara un resultado agridulce. Dolió, y mucho además, pero la lluviosa tarde lisboeta también tuvo su lado positivo. Honor para los chavales.

BENFICA Velickovic, Spencer, Wynder, Fonseca, Parente, Prioste (Veloso, m. 88), Rafael Luis, Hugo Félix (Musma, m. 75) , Silva (Moreira, m. 75), Rego, Ivan Lima (Meotti, m. 88).

REAL SOCIEDAD Folgado; Nores (Garro, m. 57), Segurola, Beitia, Ropero, Olarra; Ramírez(Velarde, m. 57), Gibelalde (Gorosabel, m. 57), Arruti (Astiazaran, m. 75); Mariezkurrena (Arenzana, m. 81), Orobengoa.

GOLES 0-1, m. 19: Arruti. 1-1, m. 24: Silva. 2-1, m. 78: Rafael Luis.

ÁRBITRO Van der Eijk (Páises Bajos). Amonestó al local Wynder, y a los visitantes Gibelalde, Orobengoa y Ropero. Expulsó con roja directa a los visitantes Segurola (m. 45) y Folgado (m. 56).