En la Real Sociedad existe una creciente preocupación por el inesperado cambio de comportamiento por parte de José Luis Munuera Montero con sus jugadores y con el equipo. Hasta el famoso partido del Bernabéu, en el que Imanol se reestrenó como técnico del primer equipo. Hasta ese momento de 18 partidos, los realistas se habían impuesto en diez de ellos y en Anoeta tenía fama de ser valiente y poco influenciable a domicilio. El tema es que, como señalábamos ayer y tal y como explicó a la perfección Iturralde González, “cuando entré al arbitraje me dijeron que no te haces árbitro hasta que chocas con el autobús blanco”. El andaluz completó una actuación casi excelsa esa noche en La Castellana que acabó con victoria realista por 0-2. Pero la caverna blanca le acribilló sin piedad por un no penalti no pitado a Vinicius en una jugada en la que Rulli despejó el balón con la punta de los dedos (el famoso “Todo OK, José Luis”, del inepto Melero López). Y, lo que es peor, los jefes del comité arbitral como López Nieto y Velasco Carballo comparecieron ante los medios para, incomprensiblemente, señalarles y manifestar que se habían equivocado al tener que haber indicado el penalti.
En los diez últimos partidos y en una de las mejores épocas de la historia txuri-urdin, la Real solo ha sido capaz de vencer dos encuentros con este trencilla. Incluidos los dos partidos ante el Atlético de Madrid, en los que hace dos cursos señaló una pena máxima exagerada en un roce de Merino a Suárez que se convirtió en el 1-2 previo al empate y el esperpento del domingo cuando ya todos los miembros de la delegación donostiarra, entre los que no se encontraba Jokin Aperribay, desconfiaban abiertamente de lo que podía llegar a suceder.
Por si fuera poco, una de sus actuaciones que más molestaron en Anoeta fue cuando actuó en el VAR en un Alavés-Real que finalizó con empate (1-1). El duelo que dirigió en el campo el madrileño Del Cerro Grande estuvo marcado por un penalti escandaloso no pitado a Isak cuando iba a rematar dentro del área en clara ventaja y fue empujado por detrás y por una pena máxima inventada en una acción de Zubeldia que apenas toca a Miguel de la Fuente antes de que se dejara caer.
También expulsó a Aritz Elustondo por un plantillazo ante el Valencia en Anoeta en una acción más discutible. Hoy en día no existe la figura de la recusación de un colegiado pero la sensación es que la Real no quiere volver a ver ni en pintura y mucho menos en partidos importantes a un árbitro que prometía mucho y que ha cambiado tras lo sucedido en Madrid.