La década de los 70 tocaba a su fin, y la Real Sociedad no había adquirido aún la costumbre de pasear por Europa los colores blanquiazules. Cuando la Liga 1978-79 concluyó con el conjunto guipuzcoano en la cuarta plaza, este selló únicamente el tercer billete continental de su historia, tras los obtenidos en 1974 y 1975. El Banik Ostrava de Checoslovaquia había apeado a los blanquiazules en la primera eliminatoria internacional de estos, en el curso del estreno. Y la segunda experiencia había visto ya caer por el camino al Grasshopper suizo, antes de que el temible Liverpool se cruzara en la senda txuri-urdin. Luego, cuando la UEFA 1979-80 devolvió al equipo al panorama exterior, el sorteo de la ronda inicial situó en el horizonte al Inter de Milán. Porca miseria...
Los italianos eran un equipo fuerte, y lo demostraron ganando la ida en casa (3-0), con goles de Muraro, Baresi y Marini. Dos semanas después, el 3 de octubre de 1979, se expusieron al empuje realista en una de las noches más recordadas del viejo Atotxa. El antiguo recinto txuri-urdin empujó de lo lindo, se sumó a la causa la calidad de un equipo que sentaba las bases para hacer historia, y la remontada guipuzcoana estuvo más que cerca, tras un 2-0 final que incluyó buenas dosis de polémica con el árbitro. Casi 44 años después, el duelo se reedita por primera vez desde aquella experiencia, en esta ocasión dentro del máximo torneo europeo, la actual Champions League.
De los apenas 16.500 espectadores que cabían en el recinto de Egia a los 40.000 que llenarán Anoeta este miércoles. De los vetustos torneos europeos al atractivo envoltorio actual de la Liga de Campeones. Y de las plantillas 100% autóctonas a equipos integrados hoy día por múltiples nacionalidades, más el del Inter que el de la propia Real.
El fútbol ha cambiado mucho durante todo este tiempo, pero confluyen aquí y ahora circunstancias que invitan al paralelismo: mismo rival, misma sensación de proyecto pujante en clave txuri-urdin, y misma comunión grada-equipo que en aquellos albores del plantel campeón. Solo cabe confiar en que el árbitro inglés Michael Oliver no emule a su ya difunto compatriota Pat Partridge dejando de señalar un claro penalti en el área visitante. Así sucedió en 1979, quedando para el hincha una sensación de rabia compensada con orgullo. Orgullo txuri-urdin.
REAL SOCIEDAD Arconada, Celayeta, Olaizola (Iriarte, m. 86), Alonso, Gajate, Kortabarria (Gaztelo, m. 57), Idigoras, Diego, Satrústegui, Zamora, López Ufarte.
INTER DE MILÁN Bordon, Canutti, Baresi, Pasinato, Mozzini, Bini, Marini, Oriali (Panchero, m. 63), Altobelli (Caso, m. 79), Beccalossi, Muraro.
GOLES 1-0, m. 21: Satrústegui. 2-0, m. 78: Satrústegui.
ÁRBITRO Pat Partridge (Inglaterra). Amarillas para los locales Gajate y López Ufarte, y para los visitantes Bordon, Canutti, Baresi, Marini, Altobelli y Muraro.
INCIDENCIAS Partido disputado en el campo de Atotxa (lleno) el 3 de octubre de 1979. Primera ronda (vuelta) de la Copa de la UEFA. Victoria 3-0 del Inter en el encuentro de ida en Milán.