La Real ha iniciado la temporada 2023-24 mediante una fase de partidos muy engañosa respecto a lo que en verdad espera durante el curso. Los txuri-urdin disputaron las primeras cuatro jornadas de Liga jugando en fin de semana y sin alternarlas con compromisos ajenos al campeonato, solo acumulando días de entrenamiento en Zubieta. Después del presente parón internacional, mientras, aguarda ya un primer bloque de encuentros con citas cada tres o cuatro días y sin apenas tiempo para el descanso, un peaje agradable por la circunstancia que lo motiva (la participación en la Champions) pero que va a penalizar a la escuadra de Imanol. Por el momento, conocidos ya los horarios y el calendario que se avecinan a corto plazo, el déficit de reposo respecto a los rivales va a resultar prácticamente continuo.

El partido con el que el equipo reanudará la competición tras el actual paréntesis iba a ser, sobre el papel, el único encuentro neutro en cuanto a descansos: la Real y el Real Madrid llegaban al duelo en el Santiago Bernabéu en una teórica igualdad de condiciones. Así seguirá sucediendo, más allá de cifras de internacionales (doce los blancos y siete los txuri-urdin) o de necesidades de viaje, pero la indiferencia inicial respecto al horario de la cita se convirtió en fastidio cuando la Liga modificó su ubicación en la agenda. Lo pasó del sábado 16 de septiembre (16.15) al domingo 17 (a las 21.00), restando a ambos conjuntos 29 horas de descanso antes de sus respectivos debuts en la Champions.

En situación desfavorable

El mencionado movimiento se traducirá, así, en que la Real disputará su partido de Anoeta contra el Inter con 27 horas menos de descanso que los italianos, cuando en un principio iba hacerlo con dos adicionales. El cuadro de Simone Inzaghi disputará el sábado 16 a las 18.00 un derbi que se presume caliente contra el Milan, y seguro que acoge con agrado la noticia respecto a los cambios en la programación de la Liga española. Es muy posible que estos también hayan gustado en Getafe, sede del siguiente rival txuri-urdin en la Liga. Los azulones visitarán Anoeta el domingo 24 a las 14.00. Y, aunque el déficit de reposo txuri-urdin ya venía de serie para este compromiso (los de Bordalás no juegan en Europa), su rival se beneficiaría aquí de las condiciones en que la propia Real habrá llegado a su estreno continental, exigida ya por la contienda previa en Chamartín.

Después, ya dentro de un contexto más equilibrado y tratándose solo de jornadas de Liga, Valencia y Athletic se medirán a los guipuzcoanos con superávits de descanso más reducidos, sobre todo el del Athletic. Lo mismo sucederá después de cara al viaje realista a Salzburgo, para medirse a un conjunto austríaco cuyo partido del campeonato local se habrá disputado cuatro horas antes que el derbi de Anoeta (ambos duelos el sábado 30 de septiembre). Y la excepción que confirmará la regla se producirá con motivo del último encuentro de esta serie, el inmediatamente previo al parón internacional de octubre: el fin de semana de los días 7 y 8 del citado mes, los de Imanol visitarán al Atlético de Madrid, habiendo jugado el martes previo y habiendo recibido el miércoles los colchoneros al Feyenoord. La Real saldrá al Metropolitano teóricamente más descansada que su adversario, una circunstancia inusual este próximo mes.

El equipo blanquiazul encara toda esta fase del curso, eso sí, desde la madurez que le otorgan las últimas tres experiencias europeas consecutivas, que además no se tradujeron luego en malos resultados en Liga. Ahora, cambiando UEFA por Champions, crece la exigencia de los duelos intersemanales y se agranda el foco continental, dificultando quizás afrontar luego las jornadas posteriores del campeonato. Sin embargo, el máximo torneo internacional presenta también el beneficio de disputarse los martes y los miércoles, días que penalizan menos que los jueves. En la pasada temporada, sin ir más lejos, se hizo complicado competir los domingos tras regresar en viernes de Moldavia o de Chipre.

Multitud de efectivos

La enfermería está casi vacía

Pendientes de André. Tocamos madera, pero todo apunta, de momento, a que la Real va a encarar esta próxima serie de partidos con una amplia nómina de efectivos disponibles. Hay jugadores que se están perdiendo entrenamientos esta semana por culpa de molestias, pero ninguno parece peligrar de cara a la visita al Bernabéu el domingo 17. Todo queda pendiente, así, de un André Silva a quien se espera con el grupo en un breve plazo de tiempo. Imanol explicó la semana pasada que el portugués, único lesionado del plantel, evoluciona de forma muy positiva, aunque el técnico no se aventuró a fijar una fecha para su reincorporación a la dinámica colectiva.