Las cifras son solo eso, números, datos y porcentajes a los que tampoco conviene agarrarse del todo. En cualquier caso, la Real Sociedad ya ha expresado en más de una ocasión, mediante el director de fútbol Roberto Olabe, que su modelo de club se trasladaría a la primera plantilla mediante una proporción 60-40 entre jugadores surgidos de la cantera y fichajes procedentes de otros equipos. La mencionada es, con total exactitud, la media reflejada en el plantel durante el curso 2022-23, con quince canteranos y diez contrataciones exteriores. Luego, en junio, una vez concluida la pasada campaña, los rumores de mercado y las perspectivas Champions harían temer por dicho equilibrio. ¿Qué ha terminado sucediendo en verano?

Se han sumado al primer equipo cuatro jugadores foráneos, Hamari Traoré, André Silva, Kieran Tierney y Arsen Zakharyan, integrando también el capítulo de altas otros cuatro futbolistas de la cantera: los potrillos Unai Marrero, Urko González de Zárate y Jon Ander Olasagasti, y un Álvaro Odriozola traspasado por el Real Madrid. En cuanto a las bajas registradas, mientras, tres corresponden a hombres formados en otras factorías (David Silva, Alexander Sorloth y Diego Rico), saliendo igualmente de la escuadra de Imanol hasta seis elementos promocionados en su día desde el Sanse: Zubiaurre, Gorosabel, Álex Sola, Guevara, Illarramendi y Robert Navarro. Hablamos, en total, de ocho incorporaciones y nueve salidas, pasando la plantilla de 25 a 24 miembros.

Números globales

En lo que respecta a los foráneos, se da un superávit de un jugador: se marchan tres pero llegan cuatro, con lo que la cifra general crece de diez a once. Con los canteranos, mientras, se da un déficit de dos futbolistas: dejan el equipo seis y se incorporan cuatro, con lo que el número global baja en la plantilla de quince a trece. Llegamos así a la estadística buscada, ese 13-11 entre Zubieta y fichajes respectivamente, una media que, trasladada a porcentajes, se traduce en un 54-46. El dato es ese. A partir del mismo, los análisis siempre deben resultar relativos.

“En su día tradujimos lo que queríamos ser en números, pero esos números no significan un fin en sí mismo, sino una consecuencia de nuestro modelo de identidad. Queremos seguir siendo fieles a ese modelo, más que a unos porcentajes concretos”, expresó Roberto Olabe nada más concluir la pasada Liga, cuando se le preguntó de forma directa por el futuro de esa media canteranos-foráneos de cara a una campaña de Champions. El director de fútbol sacó también a relucir otro número que consideró relevante, el de los 22 futbolistas de Zubieta que participaron con el primer equipo a lo largo de toda la temporada 2022-23, y vino a quitar hierro a la trascendencia que él mismo otorga a la estadística de marras. Durante los tres meses posteriores, el tiempo le ha dado la razón.

Al fin y al cabo, si el club y sus rectores hubiese querido aferrarse al 60-40, podrían haber efectuado movimientos distintos a los que se han terminado realizando. ¿Por ejemplo? Marrero con el dorsal 32 y Urko con el 26 sí son considerados del primer equipo (entrenan y compiten a las órdenes de Imanol), pero no es este el caso de Gaizka Ayesa y Pablo Marín (trabajan arriba y juegan con el Sanse), a quienes podía haberse utilizado para engordar cifras. Se ha dado salida, asimismo, a futbolistas de Zubieta que podían haber permanecido en el plantel para desempeñar un rol testimonial, alimentando la nómina de canteranos. Y, al hilo de este último punto, han quedado libres tres dorsales (13, 15 y 25) que podían haberse asignado a esos jugadores llamados a tener pocos minutos. No, la Real no parece obsesionada como entidad por cumplir con determinadas cupos, y sí por ajustarse al mencionado “modelo de identidad”.

La cantera cuenta

Zubieta sigue presente en las decisiones que se toman en el club. Zakharyan, André Silva y Tierney (estos dos últimos cedidos) llegan para relevar a David Silva, Sorloth y Rico respectivamente: foráneos por foráneos. Y hay que destacar igualmente que el doble relevo en el lateral derecho implica tanto la salida de dos jugadores de Zubieta como el ingreso de uno, Odriozola. El otro, Traoré, es un futbolista de 31 años y contrato corto (hasta 2025) que tampoco está llamado a tapar al propio Odriozola ni a proyectos como Aramburu, Rupérez o incluso Sola, si estos llaman un día a la puerta. Además, la Real ha solventado este verano la gestión de puestos delicados (un portero suplente, un relevo para las ausencias de Zubimendi y sustitutos para los roles de Illarra y Guevara) subiendo en el escalafón a Marrero, Urko, Olasagasti y a un Turrientes que apenas compitió el pasado curso.