Carlos Fernández cuenta con muchas opciones de comenzar la temporada como el delantero centro titular ante el Girona. El sevillano, que jugó de inicio ante el Atlético, se encontraba en una situación delicada con la recuperación de Sadiq y la flamante incorporación de André Silva, pero el destino parece concederle probablemente su gran oportunidad desde que viste de txuri-urdin. Imanol Alguacil destacó su primera parte ante los de Simeone al término del empate: “Estoy muy contento con la actuación de Carlos, pero en general de todo el equipo porque teníamos enfrente a un gran equipo. Carlos ha hecho un gran trabajo con y sin balón. Se mueve muy bien, es muy agresivo, ataca muy bien los espacios”. Aunque también advirtió de la competencia que le viene: “A André Silva ya lo conoceréis, es un pedazo de jugador que en esta última parte no ha podido jugar por lesión. Nos va a aportar mucho, porque los futbolistas buenos cuando se juntan se hacen mejores”.
Para ser sinceros, Carlos tuvo un papel protagonista antes del descanso frente al Atlético. Intervino mucho en el juego, trabajó mucho en la presión, no paró de ofrecerse e incluso estuvo cerca de anotar en tres ocasiones. En la primera, a los pocos segundos de empezar, no pudo culminar un robo de Merino; después se le escapó un cabezazo, también a servicio con la testa del navarro; y no llegó por muy poco a un centro de Aihen. Un poco más de lo mismo desde que llegó a la Real, ya que pocos discuten que se trata de un gran jugador, pero también que se trata de un delantero que cada vez parece tener menos relación con el gol. El sevillano siempre ha manifestado que se encuentra más cómodo jugando con otro punta a su lado y que en el 4-3-3 siempre le ha costado ejercer de referencia, aunque Imanol siempre ha confiado al máximo en sus posibilidades. Es más, no quiere ni oír que pueda salir cedido a pesar de que, en principio y sobre el papel, lo va a tener complicado para jugar los minutos que debería una incorporación que costó 12 millones de euros. En enero reaccionó con rotundidad cuando le preguntaron por su posible marcha a préstamo: “No, se queda sí o sí. Carlos, aún sin estar al 100%, es un jugador importantísimo para nosotros. Se queda aquí y a partir del lunes va a entrenar con normalidad. La rotura que tuvo fue pequeña ya ha recuperado bien. Es una pena que no haya tenido continuidad, pero nos va a ayudar mucho”.
Pero las estadísticas no están de su lado. No ha marcado ningún gol en pretemporada y en toda la temporada pasada solo vio portería en una ocasión en Mallorca que sirvió para sumar un punto. Ante el Rayo un cabezazo suyo permitió al equipo completar una magnífica remontada, aunque tuvo la mala suerte, en esto también, que se lo concedieran a Lejeune en propia meta porque le golpeó la pelota en la espalda antes de entrar. Participó en 30 partidos, aunque solo fue titular en 10 para un total de 826 minutos. El problema es que desde que viste la txuri-urdin solo ha visto puerta otra vez, el 17 de abril de 2021, ante el Sevilla.
Ahora tiene que aprovechar el momento, porque por una vez los contratiempos físicos juegan de su parte. Sadiq, que dejó una grata sensación ante el Bayer Leverkusen se quedó sin ir a la gira americana por una sobrecarga muscular, mientras que André Silva, como todo el mundo ya conoce, ha llegado sin haber superado aún una grave rotura de fibras que le va a impedir competir en el mes de agosto. Carlos ha trabajado con normalidad estas semanas de preparación y es plenamente consciente de que es ahora o nunca.