Ahora que andamos con las clasificaciones europeas a cuestas, y mientras la Real Sociedad trata de certificar un billete para la Champions, todos somos plenamente conscientes de lo que significa sumar 62 puntos durante una Liga. La cifra, precisamente la obtenida por el cuadro txuri-urdin en los dos últimos campeonatos y también la que acredita en el actual a falta de cuatro partidos, viene a garantizar un billete para la Europa League, hito que en clave blanquiazul siempre significará un éxito. Para el Barcelona, mientras, el mencionado ritmo de puntuación resulta a todas luces insuficiente, lo que indirectamente evidencia la descompresión que el cuadro culé suele experimentar cuando, como ahora, se garantiza el título con jornadas de adelanto. Desde 2009 (la primera Liga de Guardiola), el presente es su noveno entorchado, habiéndole deparado los ocho anteriores hasta 16 encuentros sin nada en juego: sumó en ellos 26 puntos, lo que significaría un total de 61,75 proyectado a una temporada completa. Lo dicho, muy pocos para el Barça.

Con Guardiola, 5 de 15

El técnico de Santpedor ganó tres Ligas como culé, en 2009, 2010 y 2011. La segunda de ellas se decidió en la última jornada. En la primera y en la tercera, mientras, le sobraron tres y dos partidos respectivamente. Hay que subrayar que el actual entrenador del Manchester City aprovechaba coyunturas como la mencionada para realizar rotaciones masivas, estando además su equipo inmerso en las rondas finales de Champions. A partir de ahí, parece claro que su Barça no fue tan fiero cuando se vio con el título en el bolsillo: en los cinco encuentros en cuestión solo sumó un triunfo y dos empates, encajando otras dos derrotas. 

El pleno de Tito Vilanova

Citando ese componente europeo podemos haber dado con una de las grandes claves del partido de este sábado. ¿Sigue el Barcelona vivo en el continente? No, y esto significa una mala noticia para la Real. El cuadro catalán también estaba ya fuera de Europa en 2013 cuando, con Tito Vilanova en el banquillo, certificó con adelanto el título liguero. Poco le importó que el campeonato estuviera asegurado y siguió pisando el acelerador para completar un pleno final de victorias ante Real Valladolid (2-1), Espanyol (0-2) y Málaga (4-1).

Un partido con Luis Enrique

El asturiano ganó dos Ligas en Can Barça. La segunda, en la jornada final. La primera llegó, mientras, en la penúltima, cerrándose aquel torneo con el todavía famoso partido ante el Deportivo en el Camp Nou. Los gallegos necesitaban un empate para salvarse y perdían 2-0 al descanso, pero en la segunda mitad arrancaron el clave 2-2 ante un rival culé con varios futbolistas poco habituales en sus alineaciones. Aunque luego se salvaría por las irregularidades económicas del Elche, el Eibar descendió por culpa de un resultado que trajo cola. Luis Enrique, eso sí, tenía coartada para justificar su apuesta por los Masip, Mathieu, Vermaelen,Douglas y compañía: aquel Barça tenía aún pendiente de disputar la victoriosa final de Champions en Berlín ante la Juventus (3-1).

Las dos de Valverde

Vuelve Europa al candelero para ilustrar la diferencia existente en estas últimas jornadas sin nada en juego, en función de si la Liga de Campeones continúa o no en el horizonte culé. Cuando Ernesto Valverde se alzó en 2018 con el título, su Barcelona ya había caído en Roma en los cuartos de final, por lo que los resultados fueron positivos en líneas generales tras el alirón. Ganó a Villarreal (5-1) y Real (1-0), empató en casa con el Real Madrid (2-2) y la derrota a domicilio contra el Levante (5-4) significó el único borrón. Un año después, con el título ya asegurado y en vísperas de visitar al Liverpool para ser remontado (4-0) en semifianles, un Barça de mínimos perdió en Vigo con el Celta (2-0). Después, ya eliminado, frustró buena parte del billete para la Champions del Getafe ganando 2-0 a los azulones, para luego cerrar el curso en Ipurua (2-2). ¿ Y este sábado qué? El Barça ya es campeón, cierto. Pero para aprovechar una hipotética relajación parece mejor recibirle que visitarle, así como encontrártelo aún vivo en Europa.