Jesús Mari Zamora, el10 eterno de la Real, fue protagonista con tres goles en total en los dos primeros triunfos en el Camp Nou. En el primero de ellos firmó una diana maradoniana.... En una divertida y entretenida conversación, no consigue encontrar muchas explicaciones para justificar lo mal que le suele ir a la Real en el Camp Nou.

Creo que marcó un gol maradoniano en el Camp Nou en el primer triunfo txuri-urdin, en 1979…

Sí, el que marqué en el Camp Nou. Ellos venían de ganar la Recopa ante el Fortuna Düsseldorf y les hicimos pasillo. Empezaron ganando, pero les remontamos y vencimos 1-3. Yo marqué el tercero. Fue un córner o una falta en contra, Arconada cogió el balón y yo estaba en el segundo palo dentro de nuestra propia área. Entonces, cuando me pasó, yo empecé a correr hacia la banda, corrí, corrí, no me cogían, no me cogían, no recuerdo bien si regateé a un rival hasta que llegué casi a la altura de su área. Le hice un amago a Artola, como si fuera a chutar por el palo largo, recorté y marqué. Tampoco recuerdo bien si le dejé atrás, más bien le amagué claramente como si fuera a finalizar por ese lado y me fui hacia el otro. Fue una carrera de unos 70-80 metros. No es que tuviese a muchos contrincantes por delante, pero los que venían por detrás no me cogieron.

Igual le tienen que llamar para jugar porque la Real solo ha ganado tres veces en el Camp Nou y en la segunda victoria firmó un doblete.

Sí, esa fue con Bakero y Txiki, y Toshack de entrenador. Uno de los goles recuerdo que entré de segunda línea, le cogí la espalda a la defensa y esa vez sí que me regateo a Urruti. Del otro no me acuerdo (risas).

Y mucho que recuerda. Hace poco comí con Bixio y se acordaba de todo. Hablamos mucho de lo que les costaba jugar en los campos de los gigantes. De que no dejaron una puerta sin agujero camino de los vestuarios en el Bernabéu.

Pero no fue en el famoso partido de Liga de 1980, sino en el de Copa de 1978. En la ida ganamos 2-0 y en la vuelta lo pasamos muy mal. Era muy difícil jugar allí por los arbitrajes. Fue terrible. Nos hacían unas entradas bestiales, a muerte. Yo creo que casi no pude acabar el partido por las patadas que me dieron. Escandaloso, sobre todo la primera mitad. Un arbitraje totalmente parcial, no te pitaba ninguna falta a favor, todo en contra… Cuando nos retiramos en el descanso sí que alguno rompió alguna puerta y montamos una pirula impresionante en el camino desde el campo a los vestuarios porque fue terrible. En el segundo tiempo, como había sido tan descarado que nos querían eliminar a toda costa y no podían, cambió, arbitró normal y nos llevamos la eliminatoria con suficiencia. Pero si llega a seguir como en la primera parte nos mandan a casa.

En aquella época también se precocinaban los partidos en la prensa…

Sí, porque en el partido de ida, sin querer, porque yo nunca iba a hacer daño a pesar de entrar fuerte, y sin que fuera realmente consciente, lesioné a Del Bosque. Me encontré con una campaña de la prensa de Madrid porque le había lesionado, que si lo había hecho queriendo…. Terrible.

Y en Barcelona, ¿por qué les costaba tanto?

El que siempre nos costaba y se nos daba muy mal por el césped y el ambiente, no sé muy bien por qué, fue el Vicente Calderón. Es cierto que en Barcelona hemos ganado muy pocas veces. No sabría muy bien decir por qué. El campo era muy grande y el Barça ha tenido muy buenos equipos. Me acuerdo de los Cruyff, Neeskens, Schuster… Nos costaba derrotarles pero en aquellos años que ganamos las Ligas fuimos más regulares que ellos.

De tres veces que se han ganado allí, dos han sido con pasillo… ¡Y el sábado la Real lo hará de nuevo!

Nunca sabes cómo van a salir ellos porque lo normal es que les importe tres narices el duelo. Imagino que querrán ganar por orgullo o por hacer homenaje a la afición. Nunca sabes. El equipo tiene que salir a jugar como si fuera un choque ante un rival más.

¿Lo del pasillo suele distraer?

(Risas) Ahora hay mucho fair play. Que si le pego una patada a uno y le doy la mano; que si te gano 4-0 y nos damos abrazos con una sonrisa. Seré un antiguo, pero cuando nos goleaban yo me agarraba un mosqueo increíble. Luego cuando nos encontremos en la calle, amigos y lo que quieras, pero en el campo ni en broma. Y si me pegas una patada, no me levantes porque la siguiente me tocará darte a mí. Ha cambiado todo y el abuso del fair play actual me parece una milonga. Que si todo bonito, barato, blandito… Y no sé qué es eso. Les pegan un pisotón y parece que les tienen que operar de la rodilla. Yo estoy en otro mundo.

Ya es hora de volver a ganar allí…

Tal y como está, el Barça no es el mejor rival para lograrlo. Pero, después de haberse proclamado campeón, pueden estar con la torrija de las celebraciones, y, según quienes salgan, qué equipo presenten y con qué actitud arranquen. Habrá que ver qué partido sale. Insisto, yo creo que la Real tiene que ir como si fuese un partido más en el que se está jugando mucho y jugar a tope. Luego ellos cómo estén será otro tema. Es una opción que quizá antes no tenían si hubiesen estado obligados a ganar para llevarse la Liga. El Barça ha hecho una gran temporada, pero la Real también se encuentra bien. Muy mal se nos tiene que dar la cosa para no aguantar con cinco puntos de ventaja y doce por jugar. La Real tiene un equipo solvente para asegurar la cuarta plaza. En el deporte puede pasar de todo, pero yo veo a un equipo seguro, que puede perder o empatar, pero siempre está ahí.

Siempre le pregunto lo mismo y cada vez sube el nivel, ¿hubiese jugado Zamora en esta Real? Igual hubiese tenido que hacer pesas...

(Risas) Bueno, yo era fuerte físicamente, no hubiese tenido problemas para ese tipo de entrenamientos. Ya me hubiese gustado. Se lo escuché a Ancelotti cuando le preguntaban por ese tema el otro día: nosotros no hacíamos el trabajo de prevención de lesiones. Ahora se les cuida mucho, son más fuertes. Nosotros no teníamos prevenciones de nada.

En Zubieta muchos decían que se cuidaba más que Silva y entre semana se reservaba mucho...

Bueno, yo siempre he sido muy profesional. Y lo sigo siendo mentalmente. Me sigue gustando mucho hacer deporte, sigo igual. Yo llevaba todo a rajatabla. Para mí, ponerme el pantalón corto y las botas para entrenar o jugar era lo máximo. He tenido pasión por el deporte y el fútbol. Yo no tenía que pensar, me salía todo, fluía, era donde me divertía y me lo pasaba bien. No sentía la presión y la tensión de jugar en estos escenarios o competiciones. Yo no sabía si en el campo había 5.000 o 200.000 espectadores. De cabeza era muy fuerte y eso es básico para ese nivel.

Como el crack canario.

Sí, y además de la técnica que tiene, que hay pocos como a él, es muy trabajador. Es difícil de encontrar. Eso es lo que le ha hecho jugar más años y a ese nivel. Aparte de sus cualidades innatas, tiene cabeza, capacidad de trabajo, de ayuda, de empatía con el grupo… Es uno más, a pesar de jugar como nadie. Eso le ha llevado hasta donde está.