Imanol Alguacil lleva tiempo recurriendo, durante sus ruedas de prensa, a un ejemplo en forma de precedente que cobra ahora más sentido que nunca. El técnico oriotarra recuerda a menudo, últimamente, la recta final de la Liga 2019-20, la del confinamiento, un campeonato cuya recta final encaró la Real Sociedad desde puestos de Champions League y en el que luego tocó sufrir hasta el último segundo para certificar un billete de Europa League. Aquel gol de Januzaj sobre la bocina en el Wanda Metropolitano puso fin a una agonía que los txuri-urdin buscan ahora evitar desde una posición prácticamente idéntica a la de la gran cuarentena. Hace tres años, todo se paralizó cuando restaban once jornadas. Es decir, en el momento actual del torneo. Lo que vino después comenzó por un duelo ante Osasuna en Anoeta (1-1), encuentro equiparable al que el cuadro guipuzcoano disputa este sábado con el Getafe.

La situación de 2020

En la Liga de la pandemia, la Real llegó a la actual jornada 28 habiendo sumado 46 puntos en los 27 encuentros previos, dos menos que los 48 que acumula ahora. Su renta sobre el quinto clasificado, el Getafe de Pepe Bordalás, resultaba nula, ya que los azulones contaban igualmente con 46 puntos. El colchón europeo, mientras, era de ocho, la ventaja txuri-urdin respecto al octavo clasificado (el Villarreal de Javier Calleja). Si el conjunto de Imanol Alguacil sufrió para sellar su pasaporte continental fue porque encadenó en la Liga exprés posterior al confinamiento, once partidos celebrados en apenas un mes, una racha muy negativa que casi se lleva por delante su participación europea. En once partidos, la Real solo sumó diez puntos, menos de uno por encuentro, y estuvo muy cerca de quedarse con las manos vacías.

Mejor colocados

Tres campañas después, las jornadas que restan ahora por delante son las mismas que aquellas, pero el conjunto blanquiazul se encuentra bastante mejor situado. Así lo indican sus respectivas rentas, tres puntos sobre el quinto (Champions League) y once sobre el primer no europeo. Y así lo dicen también circunstancias menos objetivas y más relativas, como el estado de la plantilla y la configuración del tramo final del campeonato. La Real de junio y julio de 2020, fechas inusuales en las que se cerró aquella Liga, sufrió lesiones de futbolistas importantes como Ander Guevara (era el pivote titular) o Martin Odegaard. Y además se vio obligada a competir cada tres o cuatro días, algo que sufrieron todas las escuadras de Primera pero que afectó en mayor medida a aquellas que, como la propia Real, hacían del despliegue físico, la presión y los ritmos altos sus principales razones de ser. Las pausas de hidratación y la recién creada regla de los cinco cambios tampoco ayudaron a los de Imanol a dar lo mejor de sí, completándose un cúmulo de circunstancias que en su gran mayoría desaparecerán durante esta próxima recta final: el equipo ha recuperado a casi todos sus lesionados y, por lo general, solo va a competir una vez por semana.

Todo en el aire

Respecto a 2020, se dan ahora cambios en lo reglamentario, en cuanto a cupos europeos y demás. Hace tres años, la Liga se reanudó a sabiendas ya de que la final copera Real-Athletic se aplazaba hasta abril de 2021, con lo que txuri-urdin y rojiblancos renunciaban al premio europeo que significa el torneo del K.O. Esto, unido a que no había ningún procedimiento abierto contra ningún equipo, simplificaba las normas: el quinto y el sexto acudían a la fase de grupos de la Europa League, y el séptimo (lo fue el Granada) debía disputar dos previas. En esta ocasión, mientras, hay dos importantes factores en el aire: la final de Copa entre Real Madrid y Osasuna, y el caso Negreira respecto al Barcelona. Si los rojillos ganan el 6 de mayo en La Cartuja, habrá una plaza europea menos en la zona alta de la clasificación. Y está por ver también si la UEFA sanciona al cuadro culé no invitándole a la próxima edición de la Champions, que jugaría entonces el quinto de la tabla.