El fútbol moderno y su apretadísimo calendario han provocado que las eliminatorias europeas con los clásicos quince días de separación entre la ida y la vuelta hayan pasado a mejor vida. Se estilan ahora las confrontaciones a doble partido con encuentros separados por una sola semana, y esto es algo que la Real Sociedad ya ha tenido tiempo de conocer de primera mano. En circunstancias como la descrita, el encuentro de Liga que queda intercalado entre dos decisivos duelos continentales no suele afrontarse con todas las garantías del mundo. Pero el cuadro txuri-urdin puede presumir de presentar una estadística aceptable en el mencionado entremés: lo ha encarado hasta en cinco ocasiones durante la última década, acumulando dos victorias, un empate y una derrota.

Aquellas previas veraniegas

Jugar una eliminatoria europea en pleno verano significa otra de las experiencias atribuibles al nuevo fútbol de hoy en día. Lo cierto es que la Real no ha tenido que disputar muchas, y que en el horizonte cercano solo debería hacerlo en caso de que le tocara jugar la Conference League. Hubo una breve época, eso sí, durante la que aquellas rondas estivales fueron habituales para la escuadra txuri-urdin, que en los años 2013 y 2014 se vio inmersa en sendas fases preliminares. La primera de ellas significó acceder a las liguillas de la Champions League al apear al Olympique Lyonnais: entre la ida y la vuelta contra los galos, la escuadra dirigida por Jagoba Arrasate empató en Elche (1-1). Una campaña después, tras dejar en la cuneta al Aberdeen en plena pretemporada, los blanquiazules compaginaron la confrontación con el Krasnodar y el arranque de la Liga: ganaron a los rusos en Anoeta (1-0), perdieron tres días después en Ipurua ante el Eibar (1-0) y cayeron goleados en su visita a tierras exsoviéticas (3-0).

La era moderna

Las últimas tres experiencias de la Real, mientras, se han dado durante la recta final del invierno, con motivo ya de eliminatorias de la fase final de la Europa League. El equipo supo reponerse en la Liga de dos varapalos continentales (2-2 en Anoeta contra el Salzburgo y 0-4 en Turín contra el Manchester United) ganando en casa a Levante (3-0) y Alavés (4-0), en 2018 y 2021 respectivamente. Durante la pasada temporada, mientras, se produjo un episodio que marca por su trascendencia y por reciente, pero del que tampoco pueden sacar excesivas conclusiones. Entre sus dos partidos contra el Leipzig, la Real cayó goleada por el Athletic en el derbi de San Mamés (4-0), un resultado muy negativo que, en cualquier caso, solo equilibró la estadística general.

Otra tesitura

En el sexto episodio de esta serie de encuentros, la Real visita este domingo al Mallorca desde una doble tesitura. Por un lado, lo hace inmersa en una muy negativa racha de resultados, habiendo ganado solo uno de los últimos ocho partidos, eliminada ya de la Copa del Rey y teniendo muy difícil el acceso a los cuartos de final de la Europa League tras la derrota en Roma (2-0). Sin embargo, marca la diferencia en positivo la disponibilidad de futbolistas para Imanol Alguacil, ya que el técnico puede contar con 23 de los 25 integrantes de su plantilla (solo faltan, ambos por lesión, Aritz y Sadiq). Esto contrasta de lleno con lo sucedido de cara al mencionado partido de Bilbao, que la Real disputó con bajas sensibles (Isak o Januzaj).

¿Otro derbi emparedado?

Tras el partido de este domingo en Son Moix, la Real concentrará todos sus esfuerzos en intentar superar la eliminatoria de octavos de final que tan cuesta arriba se le puso el jueves en Italia, en la Europa League. Los txuri-urdin buscarán remontar dos goles de desventaja y acceder a unos cuartos de final cuyos partidos se disputarán, el próximo abril, inmediatamente antes y después de un nuevo derbi en San Mamés contra el Athletic. La ida continental se jugaría el jueves 13, y la vuelta el día 20. El duelo vasco en Bilbao, mientras, está programado para el domingo 16, aunque existiría la opción de que se adelantase al sábado 15 si los txuri-urdin cayeran eliminados en Europa.