Cada vez son más los que creen en los cantos de sirena de los conocidos como gurús o líderes, que les prometen ser millonarios con el mínimo esfuerzo, creyendo que su vida está determinada a ser la de uno de esos extravagantes ricos que no saben qué hacer con su dinero. La realidad se ha desvanecido de la cabeza de muchos jóvenes, viviendo en una fantasía inducida por influencers que han nacido con una gran fortuna pero que se hacen pasar por triunfadores (para ellos el éxito únicamente es tener dinero) por méritos propios. Es un problema real y actual del que quizá algunas personas no son conscientes. El poder de las redes sociales ha creado auténticos monstruos virales que contaminan con mensajes engañosos, sencillos y mesiánicos a personas que apenas han empezado a comprender el mundo. El destino que les aguarda, claro, es el de la frustración y la amargura. Nunca podrán cumplir los sueños que han crecido en su interior envidiando la vida de otros desde la pantalla de su móvil. Entender cómo funciona el mundo les creará un desengaño del que les costará recuperarse, pero por el camino algunos invertirán su propio dinero y parte de su tiempo en seguir las alocadas teorías del líder o ídolo de turno que dice tener las respuestas a todo.