Tras la firma hasta 2028 de Mikel Oyarzabal, el club centra sus miras en renovar a Mikel Merino. Le consideran otro pilar estratégico para mantener asentado el proyecto y proyectarlo con la máxima ambición para el futuro. Por ahora los contactos que han mantenido han sido preliminares, pero las bases son muy sólidas ya que la intención de la Real es que prorrogar su vinculación con uno de los jugadores más importantes de su plantilla y la de este es continuar defendiendo la txuri-urdin. Por lo tanto, salvo una oferta mareante de la Premier que convenza a las dos partes que, por cierto, se lleva tiempo esperando y anunciando pero nunca acaba de llegar, el navarro y el club realista están condenados a entenderse. Hay que recordar que Merino ya prolongó su contrato hasta 2025 en julio de 2020 cuando había explotado y su nombre estaba en las agendas de muchos directores deportivos de conjuntos europeos importantes y de renombre.

El centrocampista se muestra encantado en Donostia y en la Real, y su gente también. Son muchas las señales que demuestran y confirman que Merino, quien probablemente cuando aterrizó en estas tierras tenía como objetivo centrar, reconducir y relanzar su carrera sin descartar un nuevo y posterior traspaso a un equipo más poderoso, no piensa cambiar de aires. En su quinta temporada como txuri-urdin, se le considera como la pieza perfecta para equilibrar el juego del equipo y su extraordinaria evolución de la mano del equipo txuri-urdin le ha llevado hasta lograr el título de Copa, competir en Europa tres años seguidos y que las expectativas de futuro cada vez son más elevadas. “Donde eres feliz siempre quieres estar”, es la frase que mejor resume el momento que vive el pamplonés.

La dirección deportiva considera que asegurar la continuidad de Merino sería el último movimiento estratégico que le falta para que los que están quieran seguir y los que se quiere incorporar se decidan por emprender una nueva etapa en la Real uno de los clubes más atractivos del fútbol europeo. Como publicó Mundo Deportivo, no se descarta incluso que, al igual que sucedió con Oyarzabal y la buena y sincera relación entre las dos partes, se mantenga o apenas se toque la cláusula de 60 millones (65 si es el mercado invernal). El 10 txuri-urdin lo explicó de una forma que encaja a la perfección en el caso del centrocampista en la Cadena Ser: “Es algo que ni yo ni el club hemos tenido en cuenta a la hora de renovar. Nos conocemos de sobra y si ocurre algo lo decimos a la cara. No hacía falta hacer ninguna locura”. La explicación es que si viene de verdad un club con una propuesta cercana a la cláusula, siempre la estudiarán de la mano de la dirección deportiva por lo que la cláusula solo es un valor indicativo.

En lo que respecta a Illarramendi, por ahora el club no ha tomado una decisión y al igual que sucede con Silva, esperarán hasta más adelante para acordar la definitiva. Como es normal, el capitán mantiene ciertas dudas, porque en el primer tercio de la temporada tuvo muy poco protagonismo, algo de lo habló en un medio local, “yo lo que quiero es jugar y en la primera vuelta no participé mucho por lo que sufrí bastante. Todavía no me ha llamado el club, pero si sigo jugando lo tengo claro no habrá ningún problema”. Se desconoce el movimiento que pretende la dirección deportiva y la oferta que le presentará, pero presumiblemente será a la baja.

La Real aún no ha entablado negociaciones con el Leipzig, algo para lo que no parece tener prisa pese a la gran campaña que está protagonizando Alexander Sorloth, aunque, como es lógico, su intención es que siga y moverá ficha antes del final del curso.