Desde que se retiró González González, la afición de la Real considera a González Fuertes como el peor colegiado de Primera División. Cada vez que le designan para dirigir un encuentro de su equipo se pone a temblar consciente de que, aparte de su incompetencia, algo no cuadra cuando tiene que impartir justicia con sus jugadores. Ayer, en un partido de muchas faltas, volvió a beneficiar al equipo que menos proponía al permitir las continuas paradas de juego y las flagrantes pérdidas de tiempo. 

Tras una primera parte en la que ya alteró a la grada, fue tras el descanso cuando acabó de soliviantarla. Primero perdonando la segunda amarilla en una falta de Óscar Plano sobre Illarramendi. La entrada no fue dura, pero cortaba un ataque prometedor sin opción de disputar la pelota. Lo peor es que en anteriores ocasiones no mostró tanta paciencia con Diego Llorente en una visita del Getafe y a Aihen en la del Mallorca el curso pasado. Lo peor es que llueve mojado, ya que Melero López no quiso aplicar el reglamento la semana anterior para mostrar la roja a Nacho a falta de 20 minutos para el final del encuentro del Bernabéu después de que le hiciera un tapón al saque de banda de Illarramendi.

Pero la acción clave del duelo llegó pasado el minuto 70, cuando el propio capitán le roba un balón a Olaza, quien se deja caer ante la agobiante presión de Kubo, que en ningún momento hace nada nada para derribarle. González Fuertes pitó falta cuando Brais estaba completamente solo para definir ante Masip. Con la reacción de la afición realista, con el recurrente cántico de “diles que se vayan”, en la acción posterior, llega la jugada del tanto vallisoletano en una jugada precedida por un malentendido entre Illarra y Le Normand.

Por si fuera poco y después de ver las desorbitadas prolongaciones que están dando esta temporada y después de que el asturiano se pasara la segunda parte señalando su reloj como si al final fuera a recuperar el tiempo perdido, solo dio cinco minutos de descuento. Una historia muy conocida ya en Anoeta, cuando se añade mucho cuando ganan los locales y poco cuando están necesitados. 

Lo único bueno de que te arbitre González Fuertes es que lo pierdes de vista durante varias semanas. Cuantas más, mejor.