El presidente del Nàstic, Lluis Fábregas, se tomó muy mal la derrota en Zubieta que le condenó sin ascenso. Su reacción no puede sorprender a nadie después de lo acontecido el año pasado con el Málaga. Su queja principal era la falta de Var: “Nos sentimos desamparados. Lo pedimos ya en la época de Josep Maria Andreu, cuando estaba en la directiva de la RFEF. El Var ayer nos habría beneficiado, sin duda. La falta de tecnología es una muestra más de que esta categoría no se impulsa como debería. Falta previsión, inversión y justicia”.

El dirigente vio claro que no hubo mano en el penalti del Sanse, incluso pidió un par más a su favor y no se manifestó respecto a la pitaron a favor: “Hubo una injusticia clara en el terreno de juego. Hicimos lo imposible: ponernos 0-2 en el marcador. Pero el penalti fue inexistente y después hubo una jugada con doble penalti clarísimo que tampoco se señaló. No es justo que el Nàstic no sea equipo de Segunda División. En cuatro años hemos jugado tres finales y seguimos en Primera RFEF”. Bueno, como solía decir Luis Aragonés, las finales no se juegan se ganan.

Fruto de la impotencia, no perdió la oportunidad para denunciar las instalaciones de Zubieta cuando se hizo todo lo posible para que sus aficionados estuvieran bien ubicados: “Allí todos lo vieron, ha sido otra vez un escándal. Es indigno jugar una final de playoff en un campo de entrenamiento, donde los directivos estábamos de pie, los aficionados mal ubicados… No está a la altura de una categoría como esta”.

Por último, su último pataleo fue el ya tan recurrente queja de los filiales no deberían aspirar a ascender: “No se puede competir en igualdad contra filiales con recursos muy superiores. Ya nos pasó contra el Villarreal B y ahora contra el Sanse. Una liga con 10 filiales entre 40 equipos no tiene sentido. Si quieren jugar, que no tengan derecho a subir”. Lo dicho, una vez más y eso que esta vez no ha hablado el alcalde, una pena el nivel de los directivos en nuestro fútbol...