En Japón están que trinan por la gestión que hizo su seleccionador ante Costa Rica. Han sido muchas las voces que se han alzado acusando a Hajime Moriyasu de ser demasiado conservador lo que provocó que el equipo desperdiciara una situación óptima tras imponerse a Alemania en una de las mayores hazañas de su historia al caer de forma absolutamente inesperada ante los ticos. También es justo reconocer que, como admitió el propio Take Kubo a pesar de ser el gran sacrificado en el descanso cuando los germanos se imponían por 1-0, la modificación de su sistema en el descanso fue clave en el éxito del primer día. El caso es que Japón había empezado bien e incluso marcó, aunque le anularon el gol por un claro fuera de juego de Maeda. Kubo apareció con cuentagotas y su mejor acción vino en un robo en posición adelantada al madridista Rudiger en una esporádica aventura por el otro flanco del ataque, aunque finalmente no logró atinar en el centro con su pierna derecha. Alemania se rehizo y comenzó a generar muchos problemas con sus combinaciones por el centro, lo que le permitió ponerse en ventaja gracias a un penalti transformado por Gundogan. Al seleccionador nipón no le gustaba lo que estaba viendo y, mediado el primer acto, comenzó a mover el árbol para cambiar de plan. En el descanso pasó a defensa de cinco con carrileros largos y optó por sentar a Kubo, que no estaba siendo ni mucho menos el peor, para dar entrada a Tomiyasu.

Si alguien pensó que iba a estar decepcionado y enfadado en el banquillo es que no le conoce. No hubo más que ver cómo vivió el encuentro y celebró los goles antes de dejar una declaración tras celebrar el triunfo a lo grande que le define como persona y como compañero: “Vimos que no estábamos funcionando bien en la presión y me quitó y sacó a Tomi. Pasamos a defensa de 5, que era otro de nuestros planes, pero como íbamos perdiendo 1-0, tuvimos que hacerlo antes de lo pensado. Y nos salió de puta madre”. 

Lo malo para él es que a Moriyasu sí le debió decepcionar su actuación hasta el punto de que, a pesar de que en el segundo encuentro Costa Rica planteó un encuentra ultra conservador y probablemente se trata de su recurso más habilidoso y desequilibrante en el uno contra uno. No tardó en hacerse notar el malestar de personalidades futbolísticas importantes, como el mítico Keisuke Honda durante la retransmisión del encuentro en el que reclamó insistentemente la entrada del txuri-urdin.

El caso es que en los medios japoneses imaginaban que el de Kawasai iba a seguir purgando por la mala primera parte de los suyos, pero a nadie se le pasaba por la imaginación que en un duelo en el que necesitas abrir la lata se quedara inédito, aunque el propio Honda manifestó que no chocaba demasiado con el estilo conservador del seleccionador. Lo que sí rescató sin embargo es la sospecha de Kubo de que no contaba con su confianza, tal y como dejó caer en las declaraciones que realizó en la web del club antes de comenzar la cita de Catar: "Ahora mismo soy jugador de la Real y no pienso en otra cosa. El entrenador me cuida muy bien, los compañeros también. Si no fuera por la Real, tenía el tícket para el Mundial medio perdido. Ahora tengo la suerte de estar convocado entre los 26 y le doy las gracias a la familia de la Real. No pienso en otra cosa". La explicación del billete medio perdido se debe, según los medios, a que a Moriyasu no termina de convencerle pese a que en los Juegos Olímpicos fue la gran estrella y el verdadero responsable de que los nipones acabaran cuartos clasificados, a las puertas de las ansiadas medallas.

El caso es que si Kubo no entra en el once ante España, con todo lo que supone para él enfrentarse al país en el que lleva tantos viviendo, cuenta con tantos amigos y con la necesidad de puntuar de su selección, le van a llover muchos palos a su seleccionador, al que le van a señalar de forma directa en el hipotético caso de que acaben cayendo a las primeras de cambio.

Como ya sucediera en el Mundial de 1982, donde López Ufarte llegó a declarar que “a los de la Real nos eliminaros dos veces”, si Japón hace las maletas la cita en Catar se quedará sin representantes de la Real. Curioso que en el mejor momento de su historia, sin contar a la época de oro de los títulos, una vez más, los realistas, terceros en la clasificación, hayan pasado de puntillas por la competición futbolística más atractiva que se puede ver. Ellos se lo pierden.