Como ya sucedió la temporada pasada, los ultras del Betis no estuvieron solos en Anoeta. Una docena de radicales del Atlético, denominados Suburbios Firm y que son una escisión extrema del Frente Atlético (parecida al grupo Bastión que fue quien perpetró el ataque y el asesinato de Aitor Zabaleta) se subieron al autobús a su paso por Madrid.
Como es lógico, las entradas se las consiguió el Betis, lo que no se entiende tan bien es que les permitiesen desplazarse hasta Donostia con el control que suele tener la policía sobre estos grupos neonazis, más aún cuando no se les había perdido nada más que venir a provocar en un Real-Betis. Al menos en esta ocasión la Ertzaintza sí que les controló muy bien y no se produjo ningún tipo de incidencia, más allá de que se pasaran el partido haciendo el saludo nazi o cantando el Cara el Sol.