Educado. Tímido pero simpático al mismo tiempo. Y con la cabeza muy bien amueblada, lo cual no está en ningún caso reñido con la ambición. La mirada y la sonrisa delatan a Momo Cho, un adolescente de solo 18 años. Durante la entrevista que mantiene en el graderío de Zubieta con NOTICIAS DE GIPUZKOA, el galo se muestra como lo que es, prácticamente un niño. Sobre el terreno de juego, mientras, ha acreditado con el Angers potencial suficiente para pensar en grande. De aquí a 2027, se trata de sacarlo a relucir con la camiseta txuri-urdin.

¿Desde cuándo sabía que iba a fichar por la Real?

–¿Desde cuándo? Las negociaciones comenzaron hace varios meses ya. Y si me preguntas por mi decisión... (se para unos segundos a pensar) En mayo, fue en mayo. Primero lo hablé en casa con mi familia. Y me convencí definitivamente durante la concentración con la selección sub-21 de Francia, en la ventana internacional posterior al final de las ligas.

La afición txuri-urdin vive con orgullo un momento de la historia del club en el que este tiene capacidad de atracción respecto a futbolistas cotizados como usted. ¿Tenía muchas más opciones?

–Efectivamente. Varios clubes europeos se habían interesado por mí.

Hablamos de equipos importantes.

–Sí, importantes. Pero yo estoy muy contento de haber elegido a la Real. No me arrepiento en absoluto. Ahora solo miro al futuro y me centro en progresar para ayudar al máximo al equipo.

Explíqueme los motivos de su elección. ¿Había estado aquí?

–No, pero sí mis padres. Ellos se acercaron a Donostia durante la temporada, cuando yo tenía partidos con el Angers. Vinieron, visitaron las instalaciones, gente del club viajó también a Francia para reunirse con nosotros... Todo se fue dando de forma natural. Desde la Real me dijeron que estaban interesados en ficharme, que iban a confiar en mí y que su proyecto deportivo me convenía. Como te decía ahora, estoy muy contento de haber aceptado su propuesta.

¿Qué fue lo que más le atrajo?

–Lo que te acabo de explicar, la confianza del club en mis capacidades. Los técnicos conocen qué cualidades tengo y cómo las puedo desarrollar. Saben de qué soy capaz sobre un terreno de juego. Y a partir de ahí, está también lo obvio: la Real es un gran club que competirá esta temporada en Europa y que juega en una liga muy reputada como la española.

Un club ambicioso además...

–Eso es. Así lo he percibido yo también. De hecho, esta era otra de las cosas que debía tener el equipo por el que me decantara. Debía tratarse de un equipo ambicioso que supiera lo que quiere y a dónde pretende llegar, y creo que es el caso de la Real Sociedad.

Usted también se plantea grandes objetivos, metas importantes.

–Exactamente. Yo también soy una persona muy ambiciosa. Tengo propósitos bastante elevados para mi carrera deportiva. Ahora quiero ir alcanzándolos, etapa por etapa.

La semana pasada, en otra entrevista, habló del Balón de Oro y muchos se echaron las manos a la cabeza.

–(Risas) A ver. En la vida existen los objetivos a corto plazo y las metas a largo. Estas últimas ya las expliqué en la entrevista que citas. Pero para llegar ahí hay que avanzar paso a paso, quemando etapas. De momento, voy a trabajar al máximo en la Real para ir desarrollándome y llegar a convertirme en el futbolista que pretendo ser en un futuro más lejano.

“Yo no quiero jugar contra Messi, quiero ganar contra Messi”, declaró usted tras el fichaje del argentino por el PSG. ¿Resume esa frase el espíritu de Momo Cho?

–Sí. Por supuesto que me inspira y me motiva ver a grandes futbolistas al otro lado del campo. Pero si juegas contra ellos es para ganarles, ¿no? Y para intentar llegar a su mismo nivel, si es posible.

Hablemos de objetivos colectivos. ¿Hasta dónde puede llegar esta Real Sociedad?

–Contamos con un gran equipo y con muy buenos futbolistas, así que no tenemos que ponernos límites. Si nos adaptamos los unos a los otros y jugamos con buen espíritu colectivo, podemos conseguir cualquier cosa.

Ahora que me habla de adaptación... ¿Cómo ha ido su aterrizaje en la ciudad y en el club?

–Muy bien, muy bien. Todo el mundo me ha acogido fenomenalmente, y eso es muy importante.

¿Va a vivir solo aquí?

–No. Vienen también mis padres y mi hermano pequeño.

Es normal que dentro del vestuario haya encontrado un apoyo en Robin Le Normand, ¿verdad? Cuestión de idioma.

–Sí, pero bueno, yo domino perfectamente el inglés, así que estoy pudiendo relacionarme con todo el mundo. Estoy contento.

¿Y de Imanol qué me dice? Usted siempre ha asegurado que le gustan los técnicos exigentes.

–Sí. E Imanol lo es, todo el mundo lo sabe. A mí me gusta tener este tipo de técnicos porque es lo que a uno le permite progresar y alcanzar un alto nivel.

Esto no ha hecho más que empezar, ¿pero qué le pide el míster a Momo Cho sobre el verde?

–Me demanda esfuerzo, trabajar mucho y tener siempre una actitud positiva.

¿Dónde se ve compitiendo? ¿En qué demarcación?

–Yo puedo jugar en cualquiera de las tres posiciones de ataque: derecha, izquierda o centro.

Ha declarado que partiendo del ala diestra, a pierna cambiada (es zurdo), es donde más cómodo se siente.

–Sí, eso es.

¿Pero hablamos simplemente de un punto de partida para romper al espacio? ¿O también le gusta recibir el balón al pie?

–Tengo capacidad para adaptarme a ambas situaciones. Puedo buscar la profundidad y pedirla al hueco, pero también recibirla en estático y combinar con mis compañeros.

La pregunta que le acabo de hacer es clave para mí, a la hora de definir a un jugador. “¿Este tío la pide al pie o al espacio?”

–Yo puedo recibir en ambas situaciones. A partir de ahí, sí que es cierto que mi cualidad principal reside en la velocidad, así que la utilizo para correr al espacio, a la espalda de los defensas rivales.

Voy a hacer una serie de afirmaciones. Si meto la pata, interrúmpame.

–(Risas) Adelante.

Usted llega procedente del Angers, un equipo acostumbrado a medirse en la Ligue 1 a rivales teóricamente superiores y que adoptaba a menudo una actitud más defensiva que ofensiva.

–El Angers es un buen club, un equipo trampolín que me ha ayudado mucho a la hora de lanzar mi carrera. Pero está claro que no hablamos de un PSG o de un Olympique Lyonnais. Se trata de una escuadra que busca la permanencia como objetivo principal: todo lo que le venga a partir de la salvación significará un bonus. Así, es normal que su táctica habitual sea un poco más defensiva, aunque hasta el pasado verano teníamos otro entrenador, de idea más atacante.

Este último curso usted ha formado en una doble punta, dentro de un sistema 5-3-2.

–Eso es. Jugábamos con cinco atrás, tres en el medio y dos delanteros, siendo yo uno de ellos.

Aquí quería yo llegar: aunque a la Real hay muchos equipos que van a presionarle arriba, se dan largas fases de juego durante toda la temporada en las que el cuadro txuri-urdin se mide a rivales replegados. ¿Siente que aquí va a tener menos espacios para correr que en el Angers?

–Pues, sinceramente, no lo sé. Yo solo te puedo decir que voy a trabajar al máximo para amoldarme a todos los contextos en los que nos toque jugar. Vendrán rivales a apretarnos en bloque alto, otros nos plantearán bloques bajos y nosotros adaptaremos los planteamientos según lo que el míster estime oportuno. Como te decía ahora mismo, yo me emplearé a fondo durante los entrenamientos para poder competir tal y como nos pida el entrenador.

Pidiéndola al pie o al espacio. Donde se pueda.

–Sí, sí. Yo me adapto.

¿Se ve en un 4-4-2 con rombo en la medular? ¿En qué puesto? Jugando así, el sábado actuó de delantero.

–Yo me veo donde me diga el míster.

Pero a usted le gusta partir de la banda diestra y, formando de este modo, ante el Borussia le tocó hacer la diagonal opuesta, de dentro a fuera, cayendo al ala izquierda.

–Yo no me pongo límites. Soy joven, quiero progresar y los equipos trabajan durante los entrenamientos para preparar la táctica del siguiente partido. Es ahí donde uno mejora y crece. Intentaré hacerlo lo mejor posible.

Su contrato con la Real expira en 2027. ¿Qué balance le gustaría realizar si repitiéramos esta entrevista dentro de cinco años?

–Me gustaría que se me viera como una persona humilde y como un gran jugador que ha sabido progresar temporada a temporada, siendo querido por los aficionados.

¿La entrevista la haremos aquí en Zubieta? ¿Seguirá entonces en la Real?

–(Risas) Ya se verá, ya se verá. Yo voy a trabajar a tope en el próximo entrenamiento. No miro más allá.