DATOS DEL PARTIDO:

REAL SOCIEDAD Remiro; Gorosabel, ZUbeldia, Pacheco, Diego Rico; Illarramendi, Turrientes, Silva; Navarro, Cho, Karrikaburu. Segunda parte: Zubiaurre; Sola, Aritz, Le Normand, Jonathan Gómez; Urko, Merino, Brais; Magunazelaia (Kortajarena, m. 75), Carlos Fernández, Ander Martín.

TOULOUSE Dupé, Nicoliasen, Puggaard, Onaiwu, Van den Boomen, Dejaegere, Spierings, Diakité, Da Silva, Rouault, N’Gomou. También jugaron: Keben, Skitta, Diarra, Mvoue, Dallinga, Chaibi, Kalidou.

GOL 0-1, m. 75: Aboukhlal.

ESTADIO Anoeta, 4.967 espectadores.

Imanol Alguacil cerró la pasada temporada asistiendo desde el banquillo a un partido sin trascendencia clasificatoria. La Real se midió al Atlético de Madrid con el objetivo europeo asegurado, pero el técnico declaró en la víspera que para él había mucho en juego. “Siempre. Incluso en los amistosos”, apostilló. Es de suponer, por lo tanto, que este sábado se marchó a casa con mal cuerpo por la derrota encajada ante el Toulouse en Anoeta (0-1), resultado anecdótico en cualquier caso: calor insoportable, rival con varias semanas adicionales de rodaje y un segundo tiempo que el cuadro txuri-urdin disputó con medio Sanse sobre el césped. Las conclusiones, en clave blanquiazul, deben apuntar a cualquier cosa menos al marcador.

¿Y qué dicen? Para empezar, que el entrenador no se ha olvidado del esquema original (digamos) de este equipo. Imanol es un técnico muy flexible a la hora de alternar dibujos y estructuras, pero durante los últimos tres años y medio esta Real ha recurrido en mayor medida al 4-3-3 que volvió este sábado a escena. Tras un tramo final de temporada en el que el 4-4-2 con medular en rombo otorgó el último impulso hacia Europa, y en medio de un verano cuyo mercado está agitando de forma notable la composición del plantel, el oriotarra nos lanzó ante el Toulouse una buena pista con la disposición de sus futbolistas. ¿Los nuevos? Momo Cho disputó la primera parte, como extremo derecho. Brais jugó la segunda, como interior diestro, de David Silva.

Momo, en el lado débil

Más allá de ubicaciones y de dibujitos, cuando el balón echó a rodar quedaron patentes circunstancias más relativas, menos absolutas. Y una de ellas se refiere a que Momo Cho es un futbolista al que los técnicos ven como jugador de lado débil. Es decir, como jugador que en fases de ataque elaborado espera el balón en zonas alejadas al mismo para intentar después explorar el espacio. En la primera parte de ayer, Imanol convirtió la banda izquierda en la zona de inicio de casi todas las ofensivas, haciendo caer allí a Illarra (interior zurdo), proyectando a Diego Rico y metiendo dentro a Robert Navarro, el teórico extremo.

Los txuri-urdin supieron juntar pases en la zona para llegar con peligro a la frontal del área, donde se atascaron. Cho dispuso de un par de situaciones para centrar a pierna natural, con la mala, la derecha, y a sus envíos les faltó un punto de tensión. Y se le presentaron igualmente un par de oportunidades para correr a campo abierto, pero ahí tampoco estuvo del todo acertado. Toca dar tiempo y crédito a un chaval de 18 años que acaba de aterrizar en un nuevo equipo y en una nueva ciudad, y quien además parece entregado a la causa. Lo demostró a la hora de presionar. De inicio, Imanol le encomendó la misión de quedarse con su lateral. Tras la pausa de hidratación, mientras, tuvo que saltar al central zurdo. Se le vio aplicado en ambas tareas, antes y después de un cambio de funcionamiento que sentó bien a la Real. Y es que defendiendo en 4-4-2 con Silva arriba, las ayudas interiores de Navarro convirtieron la banda de este en una especie de autopista.

Espacio para Méndez

Durante el descanso, Imanol modificó el equipo entero y también su idea de ataque. La Real pasó a formar de modo completamente simétrico, con los dos extremos, Magunazelaia y Ander Martín, pegados a la línea de cal. Con ello, el oriotarra buscó ensanchar el campo al máximo para que los jugadores interiores, Merino, Brais e incluso un Carlos Fernández retrasado desde la punta, pudieran recibir dentro y hacer daño. Sucedió lo mismo que en la primera mitad, que los txuri-urdin pudieron hallar las superioridades buscadas y que estas quedaron en nada por falta de acierto en el último y el penúltimo pase.

Brais había ofrecido detalles aislados cuando en el minuto 75 firmó un muy buen esfuerzo defensivo a la hora de cortar un contragolpe. Cabeceó un envío del Toulouse rechazando el balón a córner (él reclamó saque de puerta), y tras el lanzamiento desde la esquina Aboukhlal aprovechó el despiste blanquiazul para marcar el definitivo 0-1. Sin más. Esto acaba de arrancar.